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“No me cabe en la cabeza un fallo adverso”: excanciller Julio Londoño

El ex canciller Julio Londoño Paredes confía en que la Corte Internacional de Justicia le dé la razón a Colombia en el litigio con Nicaragua. Advierte que si no se ha podido derrotar a las Farc hay que dialogar.

2 de septiembre de 2012 Por: Margarita Vidal | El País

El ex canciller Julio Londoño Paredes confía en que la Corte Internacional de Justicia le dé la razón a Colombia en el litigio con Nicaragua. Advierte que si no se ha podido derrotar a las Farc hay que dialogar.

Julio Londoño Paredes tiene 74 años y lleva 43 al servicio del país, a partir de su retiro del Ejército con el grado de Teniente Coronel y de su ingreso al Ministerio de Relaciones Exteriores, el primero de enero de 1969, como Consejero Grado 25, de la Sección de Fronteras, de la Oficina Jurídica. De allí en adelante ha ocupado todos los cargos posibles: Secretario General del Ministerio, Viceministro, Embajador en Panamá, Canciller de la República, encargado permanente de las negociaciones colombianas sobre delimitación de áreas marinas y submarinas con los países limítrofes. Londoño fue uno de los artífices de Grupo Contadora, en su condición de Embajador en Panamá, durante la Administración Betancur, y ha sido, además, Ministro Delegatario de Virgilio Barco, embajador ante la ONU, embajador en Cuba, período (11 años) en el cual fue negociador de los gobiernos de Pastrana y de Álvaro Uribe con el ELN, a nombre del gobierno colombiano. En la actualidad hace parte del equipo de expertos que lidera la defensa de Colombia ante las pretensiones de Nicaragua, frente a la Corte Internacional de Justicia, sobre el Archipiélago de San Andrés y Providencia. Negociador hábil, Londoño tiene fama de frío e inconmovible, máscara que se quita en la intimidad del hogar, donde ejerce un rabioso romanticismo escuchando kilómetros de boleros y música colombiana. Merenguero duro, se curtió en esos lances en Santo Domingo, mientras su padre, el General Julio Londoño, de quien heredó su pasión por la milicia, era Embajador de Colombia en ese país. Paradojal y lleno de contrastes, es también y simultáneamente, hincha acérrimo de la música mozartiana y de la música guasca o de carrilera. Magnífico esposo y padre, su esposa Constanza Fajardo, con quien tiene tres hijos, Andrés, Isabel y Daniel, lo califica como un “militar feminista”, por su permanente defensa de la mujer. Ella, que odiaba a los militares antes de conocer a Londoño, no se pudo resistir a la determinación que le demostró desde la primera cita: “Ese mismo día me propuso matrimonio y yo le dije que sí”.Estas últimas condiciones, aunadas a una férrea disciplina que le permite correr tres maratones al año, y diez kilómetros diarios, llueva, truene o relampaguee, a una desmesurada capacidad de estudio y a una memoria de elefante, hacen de este hombre recio -el mayor conocedor de temas limítrofes en Colombia- un gran componedor. No hay duda de que constituye el as en la manga del gobierno colombiano para defender un territorio que es nuestro, pero que Nicaragua ha pretendido apropiarse desde hace años, ignorando que Colombia ha ejercido allí jurisdicción y soberanía por más de doscientos años. Sobre Nicaragua y el proceso de paz, que hoy tienen un importante respaldo de los colombianos, temas en los que es experto, hablamos para esta entrevista. ¿El fallo de la Corte Internacional de Justicia en nuestro litigio con Nicaragua, sí saldrá este año?La Corte debe pronunciarse probablemente en Octubre, o Noviembre para absolver dos cosas: una, cuáles son los cayos e islotes que pertenecen al archipiélago de San Andrés, aparte de las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina y, dos, establecer la delimitación marítima.¿Cuál es la pretensión de Nicaragua?Nicaragua pretende que la delimitación se haga, por decirlo de alguna forma, por detrás del archipiélago. Es decir, entre el archipiélago y la costa continental colombiana.Colombia se atiene a la delimitación anterior, ¿que es cuál?Colombia defiende el trazado de una línea por el otro lado, es decir, entre el archipiélago y la costa nicaragüense. Hay dos posiciones encontradas sobre por dónde se debe trazar la línea, sin entrar a precisar detalles sobre el trazado de la línea. Es la dirección: o va por un lado o va por el otro.Pero en algún momento habría que precisar el trazado de la línea...Claro, la Corte seguramente lo hará, pero en términos generales esa es la posición.Declaraciones de la canciller Holguín crearon polémica, en el sentido de que, de pronto, la Corte diera una solución ‘salomónica’, ¿quería decir equitativa?Yo creo que el espíritu que animó a la ministra al hablar de ‘fallo salomónico’ es que la Corte falla en estricto Derecho, y no teniendo en cuenta criterios ‘equitativos’. Salomón no le echó serrucho al niño, sino que se lo entregó a la verdadera madre. De acuerdo con el artículo 38 del Estatuto, lo que se espera es que la CIJ falle teniendo en cuenta todos los principios, normas, fundamentos y jurisprudencia, establecidos en el Derecho Internacional.En su última intervención, al cierre de la presentación de pruebas, usted dijo haber destruido todos los argumentos de Nicaragua, ¿eso es real?Pues por lo menos la posición colombiana fue muy clara, contundente y con muchísimos argumentos, producto de una cuidadosa investigación y estudio desde el punto de vista jurídico, histórico y geográfico. Vamos a esperar qué dice la Corte.¿Pero, tiene alguna certeza, ‘in péctore’?Creo que la Corte Internacional de Justicia le va a dar la razón a Colombia porque no solo nos ampara, como le digo, el Derecho, la historia y la geografía, sino también la jurisdicción y la soberanía ejercidas por Colombia, desde hace más de 200 años, sobre el Archipiélago.¿Alguna vez los nicaragüenses han ejercido algún tipo de soberanía allá?Jamás. Desde que Nicaragua se independizó, en el año de 1821, hasta nuestros días, nunca ha ejercido un acto de soberanía allí.¿Por qué se le dieron esas posesiones a Colombia?Porque el gobierno de España, en el año de 1803, adscribió toda la costa que hoy día es de Nicaragua y de Costa Rica, al Virreinato de la Nueva Granada, conjuntamente con el archipiélago de San Andrés. Fue todo un paquete que se sacó de la Capitanía General de Guatemala. Nicaragua es sucesora de la Capitanía General de Guatemala y Colombia es sucesora del Virreinato de la Nueva Granada. Después los dos países adquirieron la independencia, Colombia en 1810, y Nicaragua en 1821. Allí es donde se fija el criterio para determinar la fecha y la soberanía territorial de las nuevas naciones recién independizadas. Toda la costa Mosquitia nicaragüense, la costa costarricense, y, naturalmente, Panamá –que era una parte de Colombia- pertenecían al Virreinato de la Nueva Granada, y pasaron a Colombia. El resto pertenecía a Nicaragua. ¿Por qué se presenta la firma del tratado Esguerra- Bárcenas?Porque en 1913 Nicaragua reclamó la totalidad del archipiélago de San Andrés, desconociendo que Colombia había ejercido jurisdicción sobre él, durante un siglo. Nuestro gobierno prefirió entrar en negociaciones, que culminaron en ese tratado de 1928, en el cual Nicaragua reconoce la soberanía de Colombia sobre el archipiélago, y Colombia a su vez, le reconoce a Nicaragua la soberanía sobre la costa Mosquitia, que anteriormente pertenecía al Virreinato de la Nueva Granada. Entiendo que a finales del siglo XIX Nicaragua invadió unas islas del archipiélago, ¿cuáles?Las Islas Mangles, cercanas a la costa nicaragüense, pero Colombia no hizo nada y quedaron invadidas. La actitud de Colombia se explica porque había grandes problemas como la Guerra de los Mil Días y la pérdida de Panamá. Nicaragua se quedó con las islas hasta el día de hoy, pero eso lo reconocimos en el tratado. Hay que decir que en 1913 se firma un tratado entre Estados Unidos y Nicaragua, que le permitía construir un canal interoceánico por su territorio, y le alquilaba las Islas Mangles que, nominalmente, pertenecían a Colombia. Nosotros protestamos y se firma el Tratado Esguerra-Bárcenas de 1928.Entonces, ¿usted cree que podemos estar tranquilos sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia?En principio eso es lo que nosotros esperamos, que la Corte falle en Derecho, teniendo en cuenta nuestros intereses y nuestra posición. En el equipo de defensa colombiano aparte de usted y de otras personas hay nombres como el de James Crawford, Rodman Bundy y Marcelo Kohen, ¿quiénes son?Crawford es posiblemente el abogado más prominente e importante que tiene el mundo en este momento. Es australiano, profesor de la Universidad de Cambridge. Es el abogado que más casos ha tenido ante la Corte Internacional de Justicia –cerca de veinte- y numerosos arbitrajes de otras características. El profesor Bundy es norteamericano y pertenece a un bufete de abogados francés, uno de los más importantes del mundo, que funciona en París. Kohen es también abogado, profesor de la Universidad de Ginebra, nacido en Argentina, pero de nacionalidad suiza. Tiene la ventaja de que conserva muy bien la mentalidad latina, y tiene una muy importante experiencia en estos temas. El doctor Eduardo Valencia Ospina también nos da asesoría, y es el único colombiano que ha estado en la Corte Internacional de Justicia, no como juez, sino como su Secretario, cargo que desempeñó durante dieciséis años. Hay otras personalidades colombianas que hacen parte de este equipo, y podemos decir que Colombia ya ha agotado el tema ante la Corte, cuyo fallo es inapelable.¿Qué pasaría en el caso de que fuera adverso?No puedo contestarle eso, porque no me cabe en la cabeza esa posibilidad.Vamos a otro tema en el que usted tiene una vasta experiencia: las negociaciones de paz. Como ex militar, ¿comparte la tesis de que es imposible derrotar a la guerrilla?Yo estoy separado del Ejército hace muchísimos años, pero estuve como negociador con el ELN durante la administración Pastrana y buena parte de la administración Uribe, en total unos siete años. Estoy convencido de que siempre es necesario dejar abiertas las puertas de la paz y así lo han hecho todos los gobiernos, desde el general Rojas Pinilla, cuando se negoció la desmovilización de la guerrilla del Llano. De allí en adelante -sin excepción- todos los gobiernos han tratado de concertar la paz, que es una necesidad sentida. A mí me parecen muy bien los pasos que está dando el gobierno del presidente Santos. Aquí ha habido pactos de paz exitosos con el EPL, el M19, el Quintín Lame, y otros, y es un hecho que todo gobierno tiene la obligación de intentarlos. Pero no contestó mi pregunta, hay quienes insisten rabiosamente en que debe haber primero una derrota militar de la guerrilla; ¿Qué opina usted al respecto?Pues que, desde el año 57, con Lleras Camargo, hasta nuestros días, lo hemos intentado y no ha sido posible. Y si no ha sido posible en 55 años, no se va a lograr ahora en tres meses o en un año, o dos, de manera que pienso que el gobierno está bien encaminado. Pues el ex-presidente Uribe hizo una “revelación” de las conversaciones actuales con las Farc, como si Santos fuera un ‘traidor’ a la Patria...En lo que a mí me consta el ex-presidente Uribe, cuando estaba en el poder, generó una ofensiva frente a los grupos armados que culminaron en la desmovilización de más de 40.000 paramilitares, que habían tenido un accionar, si se quiere aún más atroz que la guerrilla, y al mismo tiempo estaba en negociaciones, que intentó, como el país sabe, primero con la ayuda de Cuba y después -con la aquiescencia de los colombianos- con el presidente Chávez. Eso indica que, independientemente de la acción militar que se lleve a cabo, es válido auscultar la posibilidad de una negociación.Usted es testigo ático, porque adelantó conversaciones en Cuba con el ELN, en las cuales estuvieron a punto de firmar cinco veces. ¿Por qué no firmaron?A mi juicio había algunas dificultades, esencialmente derivadas de que el Eln no tenía una cabeza única, sino un Comando Central, constituido por cinco personas. Eso dificultó una absoluta identidad de criterios. Por otro lado, había una gran desconfianza. Los paramilitares estaban actuando, y ese fue un factor que distorsionó absolutamente el proceso.Según el documento que se ha filtrado, las conversaciones planteadas ahora se realizarán por fuera. ¿Eso le parece conveniente?El país ha quedado muy vacunado frente a cualquier tipo de despeje, y por eso me parece acertado que el gobierno haya señalado que eso no se dará en ninguna circunstancia. Frente a la negociación por fuera hay diversos criterios, pero yo tengo la impresión de que, en un tema tan sumamente complicado, es preferible adelantarlas por fuera, lo cual no quiere decir que haya intervención foránea. ¿Es cierto que Fidel Castro apoya de tiempo atrás la solución pacífica del conflicto en Colombia, y que usted fue testigo de ello durante las negociaciones con el ELN, en Cuba?Sí, lo dijo públicamente, no solo durante la negociación con el ELN, sino en general. Sostuvo que la Revolución Cubana fue una coyuntura única y que en las circunstancias históricas actuales no es posible el triunfo de una revolución armada.¿Por qué cree que se escogió Cuba, en este nuevo proceso, como una sede de las conversaciones, junto con Oslo?Porque Cuba ha demostrado ser un gran facilitador y es un país donde se pueden adelantar discreta y objetivamente las conversaciones. Cuba es respetuosa de la negociación misma entre las partes, hace un esfuerzo importante para brindar todas las facilidades a ese efecto, y tiene unas condiciones que en otras partes serían difíciles de dar: es una isla y es mucho más fácil mantener la discreción.¿Qué errores del pasado no podemos cometer en un proceso como éste?Hay un problema fundamental y es que en estos procesos hay muchos espontáneos y todo el mundo quiere aparecer en la fotografía, por una razón o por otra y eso es muy complicado. Eso también va para la comunidad internacional; recuerde que, en un momento determinado, ¡en el Caguán se encontraban 28 embajadores! Eso no puede repetirse.En segundo lugar es importantísimo que todo se haga discretamente. Aunque es natural que la opinión pública y los medios pidan declaraciones de cómo van las cosas, demasiado ruido alrededor causa distorsiones. La prudencia es fundamental. Al mismo tiempo, los negociadores de la guerrilla deben tener la capacidad de comprometer a toda la organización y no solo a unos frentes. Estoy seguro de que el presidente lo hará así, porque si este proceso arrancó desde el mes de febrero y no nos habíamos dado cuenta, es un indicio de que él sabe muy bien cómo manejar estos aspectos determinantes.Tema final: ¿el reordenamiento geopolítico del mundo ha hecho que América Latina sea relevante ante los ojos del mundo, excepto los EE.UU.?América Latina tiene características muy especiales. Hay países que tienen cada vez mayor relevancia, por una u otra razón, en el contexto internacional. Brasil, por ejemplo, ya no quiere ser, como decían anteriormente, “cola de león”, sino estar a la cabeza con los leones mundiales. Tiene ya un papel y un peso preponderantes en el mundo y eso hay que reconocerlo. Argentina, Chile, México, Venezuela misma -con todo y las características de Chávez- están en la lupa de la comunidad internacional. Todo eso genera una atención muy especial hacia nuestro subcontinente, especialmente en el momento en que yo he percibido cierto grado de decadencia de la OEA, que ha dado lugar a la formación de una serie de subgrupos. ¿Esa decadencia de la OEA es consecuencia de la criticada labor del señor Insulza, o la propia institución se agotó?Pues es difícil de contestar. Alberto Lleras Camargo dijo alguna vez: “La Organización de Estados Americanos será lo que los Estados quieran”. Así que yo creo que los Estados deben meterle más el hombro a la OEA, porque es un foro que tiene la gran ventaja de reunir a todos los países del continente; Cuba no se quiere reincorporar, pero se le presentan las posibilidades para hacerlo, y están Estados Unidos y Canadá. Por consiguiente es un foro permanente para discutir asuntos de interés general, tan indispensable, que si se acabara la OEA habría que inventar otra.

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