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"No es que la CIJ nos haya corrido la cerca con Nicaragua": canciller María Ángela Holguín

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, habla del año difícil que ha debido afrontar el actual gobierno por cuenta del litigio con Nicaragua.

26 de diciembre de 2013 Por: Alfonso Ospina Torres | Colprensa

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, habla del año difícil que ha debido afrontar el actual gobierno por cuenta del litigio con Nicaragua.

María Ángela Holguín es de los pocos ministros que ha pasado en su cargo todo el gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, en el 2013 esa permanencia soportó un torrencial de críticas, impulsadas por el fallo adverso de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en el litigio marítimo entre Colombia y Nicaragua.Más de un año después de haber recibido ese golpe, la Canciller cree que el país reaccionó de la manera en que lo hizo porque estaba desinformado, asegura que Colombia no ha perdido su presencia en aguas del Caribe y confía en que no habrá daños adicionales por las nuevas demandas de Nicaragua.Este año su trabajo se vio opacado por las consecuencias del fallo de La Haya sobre delimitación con Nicaragua. ¿Cómo analiza lo ocurrido trece meses después del escándalo?Ha sido un año muy duro. Hubo que ponerle la cara a una bomba de tiempo que ya estaba puesta y nos tocó a nosotros; lo que hicimos fue responder de la manera más seria y responsable. En la primera etapa evaluamos el caso, con abogados nacionales e internacionales para mirar dónde había fallas, inconsistencias, espacios para interponer recursos; la gente pensó que no había acción, pero es que un fallo de once años no se analiza de un día para otro, luego sí vino la demanda del Gobierno presentada en septiembre. Mientras tanto hubo el manejo del fallo a través de decretos que nos permitían unificar las zonas contiguas y garantizar el ejercicio de la soberanía para los pescadores, la protección medio ambiental y la exploración de hidrocarburos. Hoy los pescadores siguen trabajando exactamente igual, la Armada está permanentemente en la zona y no se ha registrado ningún incidente. Puede que no haya habido incidentes, pero sí hubo un deterioro gigante del clima político, además de una sensación nacional de derrota… Es por el desconocimiento del fallo y sus implicaciones. Lo que pasó es que se le dieron a Nicaragua unos derechos económicos exclusivos de pesca y de posibilidad de exploración; no hay nada más, no es que nos hayan corrido la cerca, porque son aguas internacionales. Se respetó el mar territorial colombiano, tenemos los cayos y las islas con su reserva de 12 millas. La gente no ha entendido que no nos sacaron del área y que los pescadores siguen donde siempre estuvieron. Se hizo una imagen negativa desde el primer día y ha sido difícil que la gente entienda que a los sanandresanos no les cambió la vida, salvo a los pescadores que perdieron capacidad porque ahora hay también nicaragüenses en la zona.Pese a eso hay mucho temor porque Nicaragua siga ganando espacio, luego de las nuevas demandas que presentó este año… Sí, ellos pusieron otra demanda sobre la plataforma continental extendida, lo que ya habían pedido en 2008. Esta demanda, más que jurídica es técnica. Ante eso, debemos actuar de manera distinta: hemos constituido un equipo de seis abogados internacionales, expertos en procedimiento, porque consideramos que eso es cosa juzgada, ya decidida por la Corte y no tiene porqué revisarse un tema que ya se resolvió; además, tenemos abogados con conocimiento de ese concepto nuevo de la plataforma extendida, que Colombia no comparte, porque no hace parte de la Convención del Mar. La otra demanda, de hace un mes, es la primera de este tipo que recibe la Corte, en la que piden que ese tribunal le exija a Colombia que acate el fallo. Creemos que ese tipo de pedido debería ir a la OEA o al Consejo de Seguridad de la ONU porque una cosa es que la CPI diga jurídicamente cómo es una delimitación y otra que tenga potestad para hacer cumplir un fallo. La crisis por el fallo generó serios cuestionamientos al trabajo de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores. ¿Esa figura aún tiene validez? Creo que la Comisión Asesora siempre ha actuado de manera responsable y diligente, según lo que le presentaron en once años de litigio. Ellos fueron reaccionando y siempre rodearon a los diferentes gobiernos en la forma como se hizo la defensa. Creo que el error, si lo hubo, fue en la información que se le dio al país. A los colombianos los mantuvieron desinformados, como en el 2007 sobre lo que falló la Corte en ese momento, diciendo que el Meridiano 82 ya no era el límite, por eso cuando lo fijó, resultó algo nuevo para todos. Pero su cancillería tampoco parece haberlo hecho… Claro que lo contamos, eso se dijo muchas veces. Estuve casi un año en las cortes, en las universidades, con la Contraloría, la Defensoría y la Procuraduría, en San Andrés, hicimos lo que no se había hecho, quizás por temor a que cualquier cosa que se dijera lo usara la Corte en contra de Colombia o fuera un argumento para que Nicaragua interpusiera más demandas. Estamos convencidos de que no nos podemos volver a equivocar así, hay que estar diciéndole al país cómo va la defensa y les he pedido a los agentes (Carlos Gustavo Arrieta y Manuel José Cepeda) que hagan reuniones públicas y les cuenten a los medios todos los pasos en esta nueva defensa. Además, no se puede excluir a los sanandresanos y a partir de enero tendremos un grupo de ellos involucrados en las decisiones de la defensa.¿Ha recuperado importancia la Comisión Asesora pese a las peleas constantes, a las denuncias por filtraciones y a los enfrentamientos ideológicos sobre el manejo del fallo? Me gustaría que fuera distinto y que el tema de la defensa de la soberanía del Estado uniera no solo a los expresidentes sino a los miembros del Congreso, como se ve en otros países. El tema de las filtraciones se dio en el grupo asesor, lo que fue infortunado, pero todo se va superando. La última reunión de la Comisión fue relativamente cordial, en un ambiente en el que hay lógicas diferencias de opinión. ¿Quiénes no han regresado a la Comisión Asesora? El expresidente Álvaro Uribe Vélez no ha ido nunca, desde que inició el gobierno del presidente Santos, y el expresidente Pastrana no ha ido a las últimas dos reuniones. ¿Han hecho acercamientos para que vuelva Pastrana? Sí, él ya ha manifestado su voluntad de regresar, diciendo que lo hará cuando tenga la posibilidad y vea la utilidad. ¿Ve como una realidad que la Unión Europea retire la exigencia de visas a los colombianos? A mediados de 2014 tendremos esa posibilidad de que a Colombia y a Perú les retiren el visado. Lo que ahora debemos hacer es preparar un encuentro del que se llama el ‘Trílogo’, que son la Comisión, el Parlamento y el Consejo Europeo, en la que solicitarán información técnica, para una siguiente reunión del Parlamento, en la que se haría la votación. Hasta ahora se ve que hay países muy abiertos, pero otros que aún tienen en la cabeza los temas de seguridad, así que viene un trabajo muy grande, como el que hasta ahora hemos hecho con la coordinación de nuestro embajador en Bruselas. Trato de no pensar que tenemos todo ganado ni de hacerme falsas ilusiones. Creo que hemos hecho un buen trabajo y que tendremos esa noticia el próximo año. ¿Con qué otros países se trabaja para eliminar la visa? Hemos avanzado con nueve países en los últimos tres años. Un hecho como que EE. UU. haya pasado de cinco a diez años el tiempo de vigencia de la visa, hace que casi entre en ese grupo de países. Es en EE. UU. y en la UE en donde hay que hacer ese cambio, porque esas dos áreas cubren la mayoría de migración de colombianos. Luego vamos a mirar la situación con países asiáticos, especialmente con Japón. Y en el Caribe, con República Dominicana estamos trabajando bien y vamos hacia el fin de la visa.¿Es posible cambiar la alerta de seguridad que hace EE. UU. a sus ciudadanos que vienen a Colombia? En eso trabajamos todos los años, pero no es fácil. Ustedes ven que a veces se basan en un solo caso, que pasó en un solo sitio y queda una alerta generalizada para el país. Hablamos el tema en la reciente visita que hicimos al presidente Obama y entendemos que es un asunto importante, para el turismo y para todo, porque si, por ejemplo, uno habla de educación, no es posible pensar en profesores americanos que vengan a enseñar inglés, cuando existe esa alerta que asusta a las universidades. ¿Cómo termina el año en una relación siempre tan conflictiva, como la que se tiene con Venezuela? Tratamos todos los días de mejorar y tener resultados en tantas áreas de relación, hemos hecho cada dos meses reuniones bilaterales vinculando a los sectores de comercio, transporte, minas y energía y defensa, aunque ese ritmo bajó porque ellos estaban concentrados en sus elecciones internas; esperamos que el año entrante mejoremos el cumplimiento de los cronogramas. En general hay un avance. Por fin inició la construcción del Puente de Tienditas (entre Norte de Santander y Táchira), que llevábamos muchos años intentando mover, y en la frontera por Arauca, en El Amparo, la aduana fue convertida en principal, con lo que los ganaderos ya pueden exportar sin tener que ir a San Antonio. En seguridad, hemos avanzado, aunque esperamos que mejore la cooperación. La meta siempre será mejorar la calidad de vida de la gente en la frontera, que hoy está afectada por temas como el contrabando. ¿Con Ecuador cómo evoluciona la relación? Este año ha sido increíble, con los gabinetes binacionales que hemos realizado (el último en la primera semana de diciembre). Uno ve cómo todo avanza de manera significativa, especialmente en temas de seguridad y en asuntos de cooperación de infraestructura de transporte. En general hemos avanzado mucho en todos los temas que nos tocan: refugiados, hidrocarburos. Con Ecuador la relación es extremadamente buena. ¿Esas mejoras han sido impulsadas por el ‘Plan de fronteras’? Es un trabajo que ya cumplió 3 años y hoy tiene 186 proyectos y $80.000 millones que logramos canalizar para impactar comunidades pequeñas a lo largo de las fronteras. A ellas hemos llegado con programas como de telemedicina; planes productivos en cacao, camarón, caña de azúcar y café; infraestructura para indígenas, en Nariño y en Guaviare. Estamos convencidos de que la coordinación del gobierno central con las regiones permitirá tener más presencia en las fronteras, pues el abandono no puede seguir siendo la vida de sus habitantes. ¿Cuál es su meta para el 2014, el último año de Gobierno? Quisiera acabar el trabajo que hemos hecho para abrir presencia en Asia, en donde nos llevan mucha ventaja nuestros vecinos y nuestros socios de alianza. Y que los colombianos no tengamos que pasar por ese martirio que es sacar la visa Schengen. En general, queremos encaminar la apertura de Colombia hacia otras regiones del mundo, que cada día el país se abra más, como lo hemos hecho en estos últimos tres años, logrando que nos vean de forma más positiva en todo el mundo.

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