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“No es posible la gratuidad en educación superior de Colombia”: directora Icetex

Martha Lucía Villegas deja la dirección del Icetex, después de diez años. Asegura que hoy la entidad es sostenible. Más de 480.000 estudiantes de estrato 1, 2 y 3 accedieron a la educación superior.

19 de noviembre de 2012 Por: Karina Ausecha | Colprensa

Martha Lucía Villegas deja la dirección del Icetex, después de diez años. Asegura que hoy la entidad es sostenible. Más de 480.000 estudiantes de estrato 1, 2 y 3 accedieron a la educación superior.

Una década al mando del Icetex fue más que justo y necesario para Marta Lucía Villegas recuperar la entidad. Esta antioqueña deja su cargo con la satisfacción de haber logrado facilidades para el acceso a la educación superior de estudiantes de estratos 1, 2 y 3. Pese a las críticas recibidas, más que por su gestión, por la naturaleza de la institución que dirige, Villegas logró más de 480.000 créditos nuevos otorgados en 10 años. Y se va convencida de que la gratuidad de la educación no es posible, por lo que el debate de la reforma a la educación superior debe centrarse en la búsqueda de oportunidades reales de acceso a ella. ¿Cómo era el Icetex cuando recibió el cargo hace diez años y cómo lo deja?Cuando recibí el Icetex en el 2002 la institución tenía un alto desprestigio, porque la gente no la quería y sentía que era muy costosa. El número de créditos era muy pequeño, la entidad había entrado en un deterioro de credibilidad y estaba muy desadministrada. Casi era una institución para cerrar.¿Cómo logró recuperarla?Lo primero que hice fue conseguir un crédito de US$200 millones del Banco Mundial para inyectarle recursos y lograr que cien mil estudiantes de escasos recursos accedieran a la educación superior, con créditos blandos de largo plazo. Bajamos las tasas hasta alcanzar cero interés. Pero eso implicó emprender un proceso hasta convencer al Gobierno de que esa era la mejor inversión. Hoy todos los estudiantes de estratos 1, 2 y 3, que son casi el 95% de nuestros usuarios, tienen tasa real igual a cero, es decir, solo reembolsan el capital ajustado al IPC o índice inflación anual. ¿Por qué fue tan difícil lograr esa tasa? Porque vale mucho dinero, y eso lo tiene que poner el presupuesto nacional. $250.000 millones por año. Entonces, implementar la tasa real igual a cero no era un asunto simplemente de voluntad, exige recursos en grande, y a medida que crezca el Icetex va a demandar más dinero del Gobierno Nacional. ¿Esos recursos de dónde salen?Son dineros de todos los colombianos. El desafío más grande de una institución como esta en cualquier parte del mundo es la sostenibilidad, porque se puede armar un programa de crédito, pero a los dos años se puede morir. En Chile y en México solo duraron dos años con un programa de crédito, y en Estados Unidos alcanzó 25 años y quebró. En Colombia el Icetex cumplió 62 años y estos últimos han sido el florecimiento de la institución. Para lograr ese equilibrio también se creó el fondo de sostenibilidad con las universidades. Estas le pagan un porcentaje al Icetex por las personas que desertan y no cancelan su deuda, porque atentan contra la sostenibilidad del Icetex. ¿Por qué algunos no quieren pagar? Me queda la tranquilidad de que el Icetex hizo hasta lo último para que esas personas pagaran, con el plan de alivios, condonando intereses corrientes y de mora, pero lo que no puede condonar es el capital prestado. Le corresponde al usuario decir “yo quiero pagar”. No es justo que las personas no cancelen sin razón justificada pese a todas las opciones que se les da y que además, hablen mal de la institución. ¿Cuántos son los deudores morosos? 1.050 personas estaban en condición de mora con deudas muy antiguas y altas. En el último plan de alivios se acogieron 5.700 personas, con deudas de todos los años. Es probable que de esas 1.050 que quedaban de años antiguos, la mitad se haya acogido a los planes de alivio. Usted deja el cargo en medio del debate de la educación superior, cuyo punto álgido es el de la gratuidad. ¿Considera que puede ser gratis?No lo sé; creo que el mundo de la gratuidad (para la educación superior) no existe. Solo en Dinamarca, donde los impuestos son del 60%. Si la gente estuviera dispuesta a pagar el 60% de sus ingresos en impuestos, sería probable. Pero de la nada no saldrá. Colombia tiene dos sistemas de financiamiento: el subsidio a la oferta a través de las universidades públicas, que cuentan unos 600.000 estudiantes, y otro a través del Icetex, donde tenemos más de 400.000 estudiantes en universidades públicas o privadas. Muchas personas sin recursos quieren ir a universidades privadas y ¿por qué no va a poder acceder a ella? ¿Solo porque algunos dijeron que no? Esto no es una obligación, es una opción y si alguien la quiere tomar, lo hace. ¿Usted considera que la educación tiene que costar, como sostienen algunos, para que sea valorada? La educación nos vale a todos. El tema no es ese. Lo veo desde la opción personal, cada quien tiene la libertad de elegir su carrera y su universidad y no hay derecho a que le quiten la oportunidad. El Icetex da oportunidades a los de menos recursos y los que no tienen más opciones para llegar a las mejores universidades. La modificación de la Ley de Educación Superior se debería centrar en la búsqueda de oportunidades reales de transformación educativa, es decir, saber qué necesita el joven, qué piensan los padres de familia, cuál es la educación que se debe ofrecer, qué necesita el país, cuál es la proyección futura, esa es la verdadera discusión. ¿La labor del Icetex la podría hacer la universidad, como piden algunos? Hoy las universidades legalizan los créditos, pero si se pone a una universidad a asumir funciones de entidad financiera, se acaba en dos minutos. No veo a la Universidad Nacional prestando para sostenimiento y ¿qué pasaría con los más de 5.000 estudiantes que tienen crédito de manutención?, ¿a dónde se irían? La universidad no se los prestaría. Se habla desde el desconocimiento. ¿Qué la hizo pensar que este era el mejor momento para dejar Icetex?Haber logrado muchos de los propósitos que me tracé. Quería estructurar una entidad sostenible en el tiempo y hoy lo es. Hay mucho por hacer, pero está en un punto muy alto, y quien llegue ayudará a promoverla y no hace tanta falta que esté aquí. Pensé que esta sería una tarea de seis años, llegué a los ocho con el expresidente Álvaro Uribe, y con estos dos con el presidente Juan Manuel Santos creo que es suficiente; más, puede no ser tan bueno para todos. ¿A qué se dedicará? Me gusta la consultoría internacional, es parte de lo que haré. En muchos países quieren conocer lo que hacemos.

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