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Negociar un tratado limítrofe con Nicaragua, una tarea difícil

En este momento es complejo que Colombia logre un acuerdo bilateral con el vecino país, dicen expertos. Los nicaragüenses hoy están fortalecidos y llevan ventaja.

20 de marzo de 2016 Por: Judith Gómez Colley | Editora de Poder

En este momento es complejo que Colombia logre un acuerdo bilateral con el vecino país, dicen expertos. Los nicaragüenses hoy están fortalecidos y llevan ventaja.

La decisión  del presidente Juan Manuel Santos de buscar negociaciones directas con Nicaragua, que anunció el jueves y que ya había mencionado en el 2012,  para resolver las diferencias limítrofes  en el mar Caribe, a través de un tratado,  no parece ser tan fácil como se escucha. Lea también: “No comparecer, no significa que Colombia abandone la defensa”: coagente ante la Corte de La Haya

Tanto así que en los tres  años y cuatro meses que han transcurrido desde que la Corte Internacional de Justicia, CIJ,  falló el litigio sobre San Andrés -donde ratificó la soberanía de Colombia sobre el archipiélago y cayos pero concedió a Nicaragua una amplia porción de mar-, las partes  no han concretado nada.    

Contrario a eso, el país vecino recurrió, en 2013,  nuevamente al alto tribunal a instaurar dos demandas contra Colombia, sobre las cuales la CIJ se declaró competente el jueves para resolverlas. Eso echó por tierra, ese mismo año, los intentos de diálogo  entre los dos gobiernos.  

“Los temas bilaterales entre Nicaragua y Colombia no van a seguir sujetos a la decisión de un tercero y deberán abordarse mediante negociaciones directas entre las partes, de conformidad con el derecho internacional”, aseguró Santos el jueves al anunciar que no seguirá compareciendo ante la CIJ por ese asunto.

 Para el Mandatario es  claro que los límites solo pueden ser establecidos o modificados mediante un tratado internacional, aprobado por el Congreso,  como lo dispone la Constitución Política  y ratificado por la  Corte Constitucional, que en 2014  cuando falló una demanda del Pacto de Bogotá (al que Colombia renunció),  estableció que los límites solo pueden ser modificados por un tratado internacional.

Aunque    la canciller María Ángela Holguín dijo que tanto el presidente Santos, como su homólogo nicaragüense Daniel Ortega, han manifestado la intención de negociar un tratado,  la pregunta es ¿qué tan factible es que los dos gobiernos logren ese acuerdo si  Nicaragua  lleva  la  ventaja?

 Al decir de abogados especializados en derecho internacional y expertos en  dinámicas de integración fronteriza,  esa tarea es complicada en el actual momento, dado que el país centroamericano tiene la sartén por el mango al haber logrado  victorias en el alto tribunal internacional.

   Antonio José Rengifo, PhD en Derecho Internacional y profesor de la Universidad Nacional, sostiene que el hecho de que Colombia haya dicho que no comparecerá ante la CIJ por las demandas de Nicaragua deja al país en una situación complicada, además que para sentarse a negociar se necesita que el otro esté de acuerdo y esa no parece ser la posición de esa nación.

  “Además para uno negociar, en este caso Colombia, debe llevar unos puntos sobre los cuales discutir,  ya que  el fallo del 2012 es  cuestionable en varios aspectos, sustentarlos, pero a nuestro país le  faltó cuestionar mucho esa sentencia”, sostiene el jurista.

      Rengifo explica además que en el momento actual no es fácil negociar un tratado con Nicaragua que está en una posición muy fuerte y preferirá esperar las decisiones futuras que tome la Corte Internacional de Justicia sobre sus reclamos. 

“Una cosas es negociar en condición de fuerza  y otra abrir espacios, que es lo que le toca a Colombia, pero eso solo lo hace controvirtiendo, por la posición defensiva en que está”, agrega el docente de la Universidad Nacional.  

Inge Helena Valencia, profesora asociada a la Facultad de Derecho de la Universidad Icesi y experta en dinámicas de integración fronteriza, no cree que Nicaragua hoy quiera concretar un tratado con Colombia, ya que  tiene la posibilidad  de  esperar a que la Corte de La Haya defina el conflicto, por lo que resulta difícil pedirle a ese país que se siente a negociar.

 “En este momento la decisión de Colombia de no comparecer más ante la Corte tiene unos costos políticos importantes, más  aún cuando se puede hacer la lectura de que para el conflicto armado interno busca apoyo internacional, pero incumple las decisiones de un tribunal internacional. Ese es un mal mensaje”, explica la catedrática Valencia.

   Ricardo Abello, profesor de Derecho Internacional en la Universidad del Rosario, asegura que mientras haya asuntos abiertos en la Corte Internacional de Justicia  va a ser difícil llegar a un tratado y que al pasar  de una  actividad jurídica a una  diplomática, eso (un tratado) será a mediano  o largo plazo porque va a ser difícil que hoy haya una negociación directa con Nicaragua.

 Y la razón de eso, asegura Abello, es que Nicaragua se va a aferrar a la sentencia del 2012 y no va a querer una modificación de ninguna índole. Lea también: ¿Qué viene para Colombia al no comparecer ante la CIJ por litigio con Nicaragua?

Además llegar a un acuerdo con Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, tampoco es fácil.    “Con  relación a esto le da lo mismo, y por eso pide que se cumpla el fallo del 2012”, agrega.  

 El experto no es partidario de que en una eventual negociación entre los dos gobiernos se incluya el tema de la plataforma  continental más allá de las 200 millas náuticas.  

Lo que hay que negociar son derechos de pesca, el respeto a  las vedas por los dos Estados,  que no se pongan en peligro especies;   también ver si se puede modificar el trazado que hizo la CIJ en el 2012, cómo manejar  la seguridad en la lucha contra el narcotráfico en la zona, entre otros aspectos.      

El también experto en derecho internacional Juan Ramón Jiménez, considera que aunque el presidente Santos esté abierto a un diálogo en este momento, las tensiones impedirían que eso se pueda dar, ya que para Nicaragua puede ser más fructífero esperar una decisión de fondo de la Corte que buscar un tratado,  aunque lo importante es la estrategia de Colombia a través de organismos diplomáticos para lograr ese tratado. 

“El tema es difícil pero no imposible, la posibilidad está a la vuelta y es dejar de pensar que la única alternativa es ir a tribunales internacionales y buscar una solución que convenga a las dos partes. Siempre va a ser mejor un buen arreglo que un mal pleito”, añade el profesor de la Universidad del Rosario.

Ante ese panorama, por ahora las promesas que hizo el viernes al presidente Santos a los líderes raizales  de que podrán participar en las negociaciones que se lleven a cabo con Nicaragua tendrán que esperar, pues voces de políticos y funcionarios del vecino país dice que se debe mantener la posición de hacer cumplir el fallo.

Las dos demandas  El  16 de  septiembre de 2013 Nicaragua   demandó a  Colombia  ante la Corte Internacional de Justicia, CIJ, de La Haya,   y  pidió que se fijara el rumbo exacto de su  plataforma continental  con Colombia más allá de las 200 millas náuticas, lo que definirá ese tribunal en  próximos años.  El 26 de  noviembre del 2013, Nicaragua  instauró en la CIJ otra demanda contra Colombia por una supuesta violación  de las  zonas marítimas nicaragüenses,  que fueron delimitadas por ese tribunal en  el fallo del 19 de noviembre de 2012. La Corte también se declaró  competente para estudiarla.   Colombia no  atenderá esos procesos por considerar el tema como cosa juzgada y   contradictoria la decisión de la CIJ.

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