El pais
SUSCRÍBETE

Mariano Alvear, el excéntrico 'caporal' de la Universidad San Martín

El enigmático empresario habría desviado los recursos de las matrículas de esta universidad a sus negocios de cría de bovinos. Perfil.

4 de febrero de 2015 Por: Alda Mera y Colprensa

El enigmático empresario habría desviado los recursos de las matrículas de esta universidad a sus negocios de cría de bovinos. Perfil.

Cuando Mariano Alvear Safón salió de Montería, Córdoba, en los años 70, no lo conocía nadie. Se fue con una mano adelante y otra atrás, como dicen los cordobeses, para Bogotá.Un contemporáneo suyo, lo conoció cuando vivía con sus padres, Rigoberto Alvear y Margarita Safón, en una casa de dos plantas, que todavía existe, junto al puente sobre el río Sinú. Mariano cursó su bachillerato en Medellín y parecía un joven normal.Al regresar a su ciudad natal Mariano empezó su vinculación con el sector educativo al crear un instituto técnico de bachillerato de regular calidad. Tanto que los monterianos le tenían su dicho: “El que va mal o pierde el año, el Instituto Alvear lo gradúa”.Luego este hombre de ascendencia siria emigró a la capital de la República, donde estudió Derecho en la Universidad Gran Colombia.No ejerció ya que al poco tiempo decidió fundar un colegio en el centro de la capital colombiana.Pero en 1981 optó por crear la Fundación San Martín, universidad con sede principal en Bogotá. Sus allegados lo describen como un “visionario” que logró en 33 años pasar de abrir una facultad de odontología a tener 19 sedes universitarias en todo el país. También como una persona que, aunque no se preparó para ser educador, siempre tuvo esa vocación por lo que se desempeñó como instructor en el Sena por varios años. En 1993 abrió sedes en capitales como Barranquilla y Cali e incluso en ciudades intermedias como Montelíbano o Palmira. O en países como Panamá y Brasil, algo que no tienen ni las más encumbradas universidades privadas. Y obvio, en Montería abrió dos sedes, ambas en las zonas más costosas de esa ciudad.Para ese entonces ya se había casado con Gloria Orozco, con quien creó la empresa Gráficas Alvear, editorial de la Universidad.Una de las sedes de Montería queda en el área urbana. Allí funcionan las carreras de contaduría, administración de empresas e ingeniería de sistemas. O mejor, donde funcionaban porque la primera no tiene registro del Ministerio de Educación Nacional, MEN; la segunda apenas lo obtuvo en julio pasado, y la tercera, le fue cancelado el permiso por el MEN por no cumplir los requisitos.La segunda sede es una casa finca en el área rural en la vía que va de Montería a Cartagena, donde supuestamente funcionaba el programa de veterinaria, pero que Mariano lo tomó como propiedad personal, según distintas fuentes consultadas por El País en Montería, que solicitaron no publicar sus nombres por razones de seguridad.Habitantes, estudiantes y trabajadores de Montería dicen que Mariano hace muchísimos años que no va por allá y de hecho, en su ciudad de origen no queda sino su medio hermano Yasser Alvear, que en su momento fue directivo de una de esas dos sedes, pero que se retiró hace algún tiempo y ahora es concejal de Montería. El País intentó contactarlo vía telefónica pero no fue posible. Las fuentes coinciden en que ambas propiedades están ubicadas en las dos zonas más costosas de Montería. “En la urbana, la hectárea (hs) puede costar $2000 millones y si son 10 hs., ese predio cuesta unos $20.000 millones”, dijo uno de los consultados. La otra tiene unas 15 hectáreas, cada una avaluada en $250 millones, o sea que vale unos $3750 millones, sin contar los laboratorios con tecnología de punta para la reproducción de ganado. Y es que si de algo sabe Mariano Alvear es de reproducción de reses, tanto o más que de educación. Su gran negocio es la ganadería, como es tradicional en el departamento de Córdoba.Ambas sedes están cerradas y abandonadas hoy, al punto que no hay ni siquiera una secretaria que dé razón de algo. Solo dos vigilantes se turnan para cuidarlas, porque han estado a punto de ser saqueadas o quemadas por estudiantes, empleados y docentes afectados.En las protestas han participado hasta los mismos familiares y parientes de Alvear que trabajaban en la Fundación San Martín y que hoy están entre los cientos de trabajadores que no reciben sus salarios ni prestaciones sociales desde hace cinco meses.Entre ellos, una tía que era secretaria y un primo que hacía de mensajero de la universidad. “No es justo que los familiares de alguien con tanto dinero, estén pasando semejantes penurias”, dijo alguien que conoce de cerca la situación.“Que un empresario desampare a sus trabajadores, eso no es noticia, pero que desampare a sus propios familiares, eso no tiene nombre”, dijo a El País vía telefónica otra fuente, explicando que hace cinco meses no les pagan y les siguen descontando las prestaciones sociales, pero no aparecen consignadas.De acuerdo con lo que se ha investigado hasta el momento, al parecer, Mariano Alvear desviaba los fondos de las matrículas de los alumnos de la universidad, hacia el Cibre o Centro de Investigación e Innovación en Tecnología Agropecuaria del Grupo Social San Martín, del cual su hijo Martín figura como un experto. Y también a otros negocios personales de Mariano y de su hijo con Gloria, Martín Alvear Orozco.Caso emblemático de esta situación que viven unos 20.000 estudiantes y cientos de empleados en todo el país, es el de un trabajador de la Universidad San Martín de Montería, cuya esposa dio a luz en noviembre y tuvo que hacer una colecta para comprar los pañales.Si la situación de los empleados es difícil, la de los estudiantes es peor. El año pasado quedaron 25 alumnos listos para presentar su tesis de grado, sin título y sin saber a quién acudir. Y los que empezaron el semestre, quedaron a medio camino porque fue interrumpido.Y ni siquiera tienen cómo sacar sus certificados de estudio, pues no hay despacho ni atención al público. En las calles de Montería se rumora que un empleado de la Fundación se llevó los archivos para su casa y desde allá expide certificados, con el ánimo de ayudar a los estudiantes para que se puedan reubicar en otras universidades y no queden frenados. De ahí que el nivel de deserción de la San Martín ahora es del 42 %.La Superintendencia de Sociedades, investiga las cuatro empresas de la familia, que son C.I Gloma S.A.; Alvear Orozco (en liquidación), Prodomed Ltda; y Gráficas San Martín Ltda, según anunció hace dos semanas el superintendente Francisco Reyes Villamizar. A todas estas, Mariano Alvear no le da la cara a nadie y hasta a la propia ministra Gina Parody la ha dejado plantada con excusas médicas. Se dice que vive en su casa finca del condominio campestre El Peñón, en Girardot, donde según se afirma es dueño de un complejo hotelero.Su hijo predilecto, Martín, heredero de los negocios y de la forma de hacerlos de su padre, es más enigmático todavía y solo se pronuncia a través de su abogado, el exfiscal Mario Iguarán.Martín, de 35 años, en sus apariciones frente a medios a raíz del escándalo de la San Martín , siempre tiene una actitud nerviosa, conducta que lo caracteriza, según cercanos a él. Incluso, un desacuerdo con un supermercado del cual era proveedor cárnico, lo quiso arreglar a bala. Testigos del hecho dijeron que esa vez dijo: “De aquí no nos vamos, y sino, aquí hay plomo para todos”. Aunque Mariano Alvear nombró a su hijo como cabeza de varios proyectos, nunca delegó los asuntos financieros, ya que siempre ha manejado la Tesorería, al punto que es él mismo quien autoriza “desde la compra de un marcador, hasta la de un camión”, según allegados. Justamente, es que la vida de Mariano Alvear está atravesada por algunos hechos oscuros. Su hijo José Santiago Alvear Orozco, supuestamente fue secuestrado y también llamado a juicio por la Fiscalía en 2010, pero no se sabe bien porqué cargos. Y otro hijo, Mariano Jr. Alvaear Orozco, se suicidó muy joven, supuestamente porque perdió Farmacéutica, materia de Odontología, la carrera que adelantaba. Otros dicen que fue por depresión.La esposa de Mariano, quien al parecer era su “polo a tierra” en sus disparatados negocios de razas bovinas mezclados con instituciones educativas, falleció de cáncer en 2010. También llamó la atención que no hubo velación y la señora fue sepultada de inmediato. Razón por la que José Santiago, hijo solo de su esposa antes de casarse la pareja y al que él crió como propio, pidió abrir una investigación sobre su muerte.Desde entonces, se rumora que Mariano se inventó una figura jurídica para excluir de la Fundación San Martín, sede Barranquilla, de la cual era directivo, y quitarle las acciones a José Santiago. Por ese motivo, este hijo adoptivo lo demandó, sumando una más, a las más de 30 o 40 demandas de trabajadores y número similar de derechos de petición entablados por estudiantes perjudicados.Medios nacionales han descrito a Mariano como un personaje excéntrico, al que pocos conocen y los que lo conocen, prefieren no hablar de él. De lo poco que se sabe es que carga un cristo de oro con 21 esmeraldas que representan las 21 sedes de su universidad.Pero coinciden en que es casi una leyenda macondiana, tan terco que parte de su quiebra está en las erradas decisiones que tomaba como comprar haciendas sin verlas o traer ganado de clima frío para criarlo en Córdoba con aire acondicionado.Quién es MartínMartín Alvear Orozco estudió Finanzas y Relaciones Internacionales en la San Martín, en Bogotá, y realizó diferentes cursos de gerencia en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa). Desde que culminó su carrera profesional ha ejercido junto a su padre en la Universidad haciendo parte del plenum de la Fundación. Es el actual presidente del Centro de Investigación e Innovación y Biotecnología Reproductiva (Cibre) y estaba a cargo de los restaurantes Burger Market, las fincas de ganadería y de la marca de carne Qualité, que se distribuía en Carulla, La 14 y los almacenes Jumbo hasta antes del escándalo. Está casado con Xiani Ocampo, una egresada del programa de Finanzas y Relaciones Internacionales que se ha dedicado al hogar y la crianza de sus tres hijos de 16, 14 y 12 años, en su casa ubicada en el barrio Montearroyo de la capital del país, muy cerca donde también tiene un apartamento Mariano Alvear.

AHORA EN Colombia