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“Los ministros tienen más grande el ojo que la barriga”, Juan Carlos Echeverry

El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dice que la nueva Dian aumentó en 25% el recaudo. “Vamos a ser la economía que más crece en América Latina”, sostiene.

11 de diciembre de 2011 Por: Margarita Vidal

El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, dice que la nueva Dian aumentó en 25% el recaudo. “Vamos a ser la economía que más crece en América Latina”, sostiene.

Juan Carlos Echeverry nació para ser ministro de Hacienda. No es fácil en un país como Colombia, donde lo prioritario es todo y donde dos inviernos encarnizados han acabado con la infraestructura y los haberes de cientos de miles de colombianos que han visto anegarse sus viviendas y desaparecer todo lo que han logrado adquirir en una vida de trabajo. Y menos aún, si nos atenemos a la definición de Economía que les enseñan a los estudiantes primíparos: “ Economía es la ciencia que distribuye recursos limitados entre un montón de fines alternativos”.Pero Echeverry es no sólo un buen economista, sino un optimista irredento, que disfruta -como él mismo lo dice, en frase que ya es lapidaria- tratando de “untar la mermelada (el presupuesto nacional) en toda la tostada” - 45 millones de Colombianos-. Todo parece indicar que le está sonando la flauta.Faltan dos debates en plenaria Cámara y plenaria Senado para sus leyes sobre Colombia Telecomunicaciones y Regalías. ¿Por qué ha resultado tan difícil?Respecto a Coltel porque había muchas preguntas sobre el pasado, que tienen que responder quienes estuvieron en aquella época. Lo que a mí me correspondía era saber si no tenían una duda fundamental sobre la transacción que estamos haciendo. Una duda es qué pasa si la empresa se quiebra. ¿Hay alguna garantía de que con esto se puedan pasar las pensiones? Lo único garantizado son la muerte y los impuestos. Esta es una apuesta empresarial que se puede quebrar pero, como es obvio, uno no compra un carro para estrellarse. La apuesta es juntar telefonías fija y móvil para que eso vuele con un operador tan bueno como es Telefónica. En cuanto a Regalías, es una ley que debe pasar porque, si no, el gobierno tiene la facultad de emitirla por decreto, transitoriamente y el Congreso se hace la reflexión de que es mejor pasarla y no darle facultades al gobierno. Hemos estado reunidos y ya hay un acuerdo sobre el 99%. Quedan dos o tres desacuerdos antes de ir al Congreso para ser votada.Se dice que en ésa le metieron goles y micosHay que aclarar la definición de mico que, para mí, es algo que pueden meter en el cuarto debate, cuando uno no está ahí, y entonces lo aprueban. En esta ley desde el primer debate se metieron cosas que representaron discusiones muy duras como la de CorMagdalena, pero yo no puedo desconocer que CorMagdalena ya estaba apoyada en la Constitución y entraba de manera natural a esta ley. La pregunta era cómo. La discusión fue muy ácida y terminó quedando como un mico. En efecto, era una proposición nueva que le distribuía una plata a unos municipios, una suma razonable. Lo único que no me gustó -y lo dije- es que la presidencia del órgano rector, que estaba en Planeación Nacional -donde el gobierno la quiere- ellos la pasaron al Ministerio de Minas, porque ese es un ministerio de la Comisión V y Planeación no es de ninguna comisión.¿Y por qué es tan apetecida?Porque se van a hacer proyectos de vivienda, educación, transporte, medio ambiente y Planeación es el único órgano del gobierno que tiene un enfoque multisectorial. A mí me resulta complicado decidir, de modo que será el presidente quien determine si el presupuesto debe aprobarse por Terceras y Cuartas Comisiones, o por Terceras, Cuartas y Quintas, que es lo que quieren los congresistas de éstas últimas comisiones de Senado y Cámara. Salvo eso, lo demás son cosas pequeñas.Bueno, ¿y dónde me deja el tema de la Contralora? Nunca lo había visto salido de la camisa y usted estaba literalmente emberracado. ¿Qué pasó?La realidad fue que en vez de hablar entre nosotros y llegar a acuerdos, me presentó el tema de 500 puestos para la Contraloría, y eso es algo que hace salivar a cualquiera. Risa.Efectivamente, le confieso que cuando vi eso me molesté mucho. Pero esa noche hablé con la contralora Morelli y le dije que no quería importunarla. A su vez ella me expresó que Regalías requería una mejor fiscalización. O sea que estábamos en lo mismo. La propuesta era hacerlo en orden. Hoy ya estamos de acuerdo en todo.Respecto a su famoso símil sobre la mermelada en la tostada, parece que la tostada crece todos los días y la mermelada se encoge, ídem.Pues la tostada somos 45 millones de almas. Entonces la mermelada se reparte 60% por persona y va a los departamentos según la población, y el 40% busca llegar a los más pobres. Esa es la forma de repartir la mermelada. ¿Cuántas reformas logró aprobar en lo que va de Gobierno?Dos reformas fiscales sobre sostenibilidad y regla fiscal. Una reforma tributaria, una de salud, una de empleo, dos de regalías, aprobamos Coltel, APP, y licencias futuras; un total de diez y no se ha caído ninguna. Toco madera porque me falta esta semana, pero yo gasto mucho tiempo trabajando con el Congreso porque no se puede pretender que pasen las reformas sin hablar con ellos. La relación con los congresistas es de largo plazo y lo que yo no puedo hacer es ofrecerles el oro y el moro y después decirles “chao candao”. Uno tiene que construir una relación de confianza y camaradería. ¿Y qué pasa cuando las posiciones son irreconciliables?Hay huevos pericos en Palacio. Risa.¿A usted se le ha puesto difícil algún congresista?Yo he perdido poquitas votaciones en artículos pero cuando las he perdido ha sido estruendosamente. Bueno, también es cierto que con la aplanadora de la Unidad Nacional, no es ni tanta gracia… Sí, hay que agradecerle al presidente Santos que la Unidad Nacional nos está dando más del 80%. Pero acuérdese que el presidente Santos y yo venimos del Gobierno Pastrana, cuando tuvimos sólo el 25% del Congreso y no se nos cayó nada.¿Me está diciendo que los dos son buenos negociadores?Y que todo lo que yo sé se lo aprendí a Santos. Risa. Pero, obviamente, ese mismo presidente, hoy, ya tiene el 80% del Congreso. También es cierto que a uno le paran bolas en el Congreso porque llega sonriendo, pero también porque detrás viene un ogro que es el que asusta a la gente. Hay que tener atrás un presidente con una gobernabilidad muy fuerte, con un respeto inmenso y una gran capacidad negociadora.Tiene dos ‘chicharrones’ en 2012 con Pensiones y Reforma Tributaria.Hay que tener en cuenta que nosotros ya pasamos una reforma que llamaron, afortunadamente, la ‘mini- reforma tributaria’ y que está dando dos puntos del PIB, y que es la reforma más grande que se ha hecho en 20 años.¿Por qué?Porque tapamos los huecos del 4x1000, porque quitamos las deducciones y las exenciones de la inversión de activos, porque además le sumamos un Caballo de Troya, que tenía yo, Juan Ricardo Ortega, que es un verdadero sabueso. A mí me llegó una carta que decía: “Usted tiene que pasar por la Dian, revisamos sus pagos y parece que hay algo que no está en regla”, y yo llegué allá muerto del susto y les dije, ¡por amor de Dios, díganme qué es y yo lo arreglo!”.La nueva Dian está haciendo una renovación magnífica en todo el país. Antes de Juan Ricardo recaudábamos 65 billones, ahora recaudamos más de 81. Aumentamos el 25% de recaudo. Eso me da espacio para no tener que ir a matar a la gente a punta de impuestos para recaudar más con la próxima reforma. Por lo menos no en el corto plazo.Pero, la Dian está empanicando a la gente...De ninguna manera, el principio fundamental con Juan Ricardo es que el que la hace la paga. Queremos enseñarle a este país a pagar impuestos. Con ese principio, si usted tiene bien sus formularios y pagó lo que es, váyase tranquilo.La reforma pensional tiene también la gran ventaja de que no es que estemos en este momento ante un sistema quebrado. Tiene muchos problemas pero estamos pagando.Dirá: ‘sobreaguando’, y, literalmente…¿no?Así es, y tanto en los Fondos como en la Prima Media lo que antes se trabajaba como el Seguro Social- hay que hacer unas reformas necesarias. País que no hace eso, se vuelve como Grecia.Se espera un crecimiento de la economía de un 5% - los más optimistas hablan de un 6%-. ¿Si se concreta una debacle europea, cómo nos afectaría?Nosotros no tenemos gran intercambio con Europa. No dependemos de ellos, pero sí hay un canal indirecto y es que es probable que los bancos europeos se encojan mucho, con un: ‘¡no va más!’, y se dediquen sólo a dar créditos en Europa. Sería más difícil conseguir plata.¿Cuál es el único antídoto para eso?No necesitar plata, tener encaje. El gobierno ha hecho lo propio para que no necesitemos plata. El país al que le va a afectar es al que, en medio de semejante crisis, tiene que salir a prestar, a una tasa de interés altísima. Entonces, ya que hay crisis e incertidumbre internacional, nosotros decimos: como hay crisis por allá, vénganse para acá. Risa.¿Qué tenemos para ofrecer?Una población de 45 millones de personas que va a ser 50, eventualmente 60 millones, con mucha gente joven, con una gran clase trabajadora. Esa clase trabajadora será clase media en 10, 15 años. Ese ascenso social va a significar mucha más gente comprando de todo.¿El tema del empleo ha mejorado, cuáles son las cifras?En el último año hemos creado 2.200.000 empleos.¿2.200.000 empleos? ¿Dónde?En la economía colombiana. Había en agosto –esos son datos del Dane del 2010- 19.3 millones de empleos y en octubre de 2011 hay 21.5 millones o sea, pasamos de 19.3 a 21.5 según el Dane. Es decir, hemos creado desde agosto hasta hoy 2.2 millones de empleos.¿Y ustedes no se habían dado cuenta?¡Cómo! ¿Para qué cree que estamos aquí? Risa. La tasa de desempleo está en 9%, y a mí no me creían. El Presidente me pidió el puesto si no llegábamos, y yo le dije, Presidente, apuéstele a un dígito. ¿Qué porcentaje es empleo informal?Es mitad y mitad. Tenemos que mover eso para que empiece a ser dos tercios, un tercio. La locomotora minera tiene temas enredados: concesiones, licencias, contaminación, para nombrar tres.La locomotora minera es petróleo, que va a llegar a millón y medio de barriles en algún momento en la década. Carbón, va a llegar como a 130 -de pronto más- millones de toneladas al año. Oro, pasaremos de 53 a 88 toneladas en la década, pero nuestro problema es infraestructura. Cuando se tiene todo eso el problema es cómo sacarlo. Necesitamos oleoductos, carreteras, ferrocarriles para sacar los minerales dentro de un ambiente sano. Ese es el reto.¿Cuántos billones necesitará la infraestructura?Como dice el ministro Cardona, se necesitan 100 billones de pesos y yo estoy tratando de conseguirlos, no todo público, porque hay concesiones. La verdad es que teníamos planeado usar la plata del petróleo, del carbón y del oro para la agricultura, la infraestructura, la educación, la crisis invernal y la vivienda. La plata sale de los impuestos de los colombianos. Pero déjeme decirle que nos ha pasado una cosa interesante: Colombia ya pasó a Venezuela en PIB.¿Porque la economía venezolana se está derrumbando?No, es que nosotros hemos mejorado mucho y ellos han empeorado. Y mi meta es pasar a Argentina, que está inflada y va a devaluar. Cuando devalúe baja el PIB, y si nosotros seguimos creciendo, en cinco años los alcanzamos. Ya somos la cuarta economía latinoamericana, y vamos a pasar a ser la tercera. La locomotora de la Infraestructura está varada . No funcionó en los ocho años de Uribe, pero ya llevamos casi año y medio de éste y tampoco. ¿Cardona resultó otro Andrés Uriel?Yo no puedo admitir juicios a ningún colega. Hay que defenderlos dando el beneficio de la duda: a él no le entregaron proyectos diseñados, sino ideas escritas en un papel. Pasar de ahí a tener un diseño de detalle, que es kilómetro por kilómetro, donde tienen que especificarse temas como el agua, el puente, las montañas, los túneles, las inconsistencias del terreno, los resguardos indígenas y las tierras de las negritudes, y estar costeado en detalle para podérselo entregar a un constructor y que la incertidumbre de construcción sea baja, requiere año, año y medio de trabajo. ¿Qué proyectos tiene el gobierno para el Valle del Cauca?Primero regalías. El Valle y toda la región pacífica van a ser grandes receptores de regalías que antes no tenían. Ni Valle, ni Cauca, ni Nariño son departamentos mineros, pero las regalías se van a justificar entre 10 y 20 veces. Hay que gastar bien esas regalías y tener buenos proyectos. Para el Valle, en segundo lugar, TLC con EE.UU. Las empresas se van a querer hacer cerca de los puertos y allí hay una gran oportunidad con el Puerto de Buenaventura.Cali tiene una base empresarial muy grande, buenas condiciones medioambientales, climáticas, de finanzas, tiene logística, servicios. Yo saludo a mi buen amigo, al alcalde Rodrigo Guerrero, que va a tener más plata, y si le suma –como estoy seguro que lo hará- buen gobierno, allá pueden volar. Con los TLC, Buenaventura debe convertirse en un ejemplo portuario.Sí, -yo estuve recientemente en Cali- y me dijeron que la Sociedad Portuaria de Buenaventura va a invertir US$200 millones en los próximos tres, cuatro años, y así todos los demás. Nos toca mejorar la carretera. Yo creo que uno de los departamentos que va a liderar esto es el Valle del Cauca que tiene una situación geográfica envidiable. ¿A un optimista como usted se le puede preguntar de qué pata cojea? Porque no todo puede ser una maravilla.Todas las locomotoras tienen que acabar de coger impulso. Innovación, minería, educación, vivienda, infraestructura, agricultura . Estamos en el primer año de cuatro. Necesitamos que la economía termine creciendo entre el 6 y el 7%. Este año crecimos 5.5 que es muy bueno. Vamos a ser la economía que más crece en América Latina, pero nos toca ejecutar mejor. Es decir, yo le pido a los colombianos la plata de los impuestos y se la transfiero a todos los ministros. Esa plata tiene que gastarse y ejecutarse durante todo el año. Santos nos dio muy duro a todos este año, incluso a mí, porque Hacienda tuvo también problemas de ejecución. Es que una parte de la plata que se necesita en la economía, está parada en los bancos.¿Hay un miedo a firmar y a que los “empapelen”?Hubo un año con problemas por vigencias futuras, luego un año de elecciones, pero también tenemos que echarnos la culpa: fuimos menos eficaces ejecutando, gastando. Yo digo que los ministros tienen más grande el ojo que la barriga, como decía mi mamá. Inciden bravamente la burocracia y el papeleo exageradoAh sí, es que en Colombia pertenecemos todos -el sector público y el sector privado- al Club Hágalo Todo Más Difícil. ¿Si se puede hacer en cuatro trámites para qué hacerlo en dos? ¿Si lo puedo complicar, para qué hacerlo sencillo? ¿Qué va a pasar con el millón de viviendas, que prometieron?Ha habido de todo. Primero nosotros tenemos unos compromisos con los desplazados que muchas veces no cumplen los requisitos, y entonces se deja quieta una plata. Se podría usar pero, tenemos que hablar primero con la Corte. Siempre que el desplazado cumpla los requisitos, se le da la plata, pero no congelarla. Luego llegó el invierno: Gramalote, el sur de Bolívar, Bello, Antioquia, y la ministra me sigue pidiendo plata. Si le preguntara a todos los ministros, ellos dirán: ‘es que me falta plata, el ministro Echeverry es un amarrado”. Y es cierto, no en mi casa ni con mis amigos, pero con los recursos de los contribuyentes yo sí tengo que ser amarrado. ¿Y ha podido ser amarrado con el Ministro Pinzón, de Defensa?Me habían pedido dos billones de pesos. Después de negociaciones sin cuento, con Rivera y luego con Pinzón, lo bajé a billón y medio. En un Conpes el presidente Santos me dijo: “¿Usted por qué fue tan generoso?”. Risa. Yo, no sólo me tengo que amarrar el cinturón, sino que tengo un jefe que fue Ministro de Hacienda. ¿Hasta qué punto resulta seguro bajar el presupuesto de Defensa?No podemos permitir que se deteriore el tema de la seguridad y menos por plata. Tenemos que avanzar y por eso tendremos 20.000 policías y 6.000 soldados nuevos y se va a mover mucha más gente al ataque, porque hay mucho ejército cuidando infraestructura y pueblos. Los policías van a ayudar liberando al ejército de esas tareas, y con los 6.000 nuevos soldados profesionales vamos a pasar a un ataque mucho más frontal.

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