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¿Le surgen prematuras grietas a la Unidad Nacional?

En las dos últimas semanas se han registrado diferencias entre los partidos y el Gobierno.

5 de septiembre de 2010 Por: Elpais.com.co | Colprensa

En las dos últimas semanas se han registrado diferencias entre los partidos y el Gobierno.

En dos de las últimas cuatro semanas, varias desaveniencias presentadas entre Congreso y Ejecutivo han dejado ver que las relaciones en el interior de la Unidad Nacional no son tan fluidas, pese a la rapidez con que se logró la suma de acuerdos políticos tras la arrasadora elección de Juan Manuel Santos.El pronunciamiento del presidente del Senado, Armando Benedetti, quien sostuvo hace días que los principales proyectos del Gobierno no han llegado al Congreso, y la tan sonada frase de que el “Congreso no es el patio trasero del Gobierno”, han demostrado que dentro de algunos sectores que respaldan al presidente Santos se levantan picos de inconformidad.Los partidosHechos como la reticencia del Partido Conservador a incluir un capítulo de tierras en la Ley de Víctimas y los pronunciamientos que dejaron ver la molestia del Legislativo por la forma en que el Gobierno ha tramitado sus iniciativas, han demostrado que los partidos no serán simples tramitadores de las reformas propuestas.Sin embargo, representantes de las colectividades niegan que haya división en torno a los objetivos.Para Rafael Pardo, director del Partido Liberal, la Unidad Nacional en general “está muy bien”. Según el dirigente, “es claro que hay diferencias en temas, como se ha podido ver en los últimos días, pero eso es parte de todos los procesos políticos”.De acuerdo con el ex candidato presidencial, una explicación para los últimos acontecimientos pasa por el hecho de que las discusiones entre Gobierno y Congreso no son unidireccionales. “Todas las reformas se van a ir discutiendo y tendrán sus propios procesos”, sostiene Pardo, quien afirma que sí hay unidad pues “este pacto se ha construido para generar acuerdos sobre temas fundamentales que pasan, obviamente, por un proceso de negociación”. Sobre las divisiones entre Congreso y Ejecutivo en torno a asuntos como la Ley de Víctimas, el proyecto que pretende modificar el régimen de regalías y la Ley de Ordenamiento Territorial, el propio Pardo expresó que la discusión es normal, pues “son temas trascendentales para el país, que tocan a muchos grupos de interés.”Otro punto de vista tiene el codirector de Cambio Radical, Germán Varón, quien sostiene: “Veníamos acostumbrados a una relación mucho más fuerte, directa y jerárquica entre Legislativo y Ejecutivo que ahora no se da”. También aclara que “se han restablecido los equilibrios democráticos y que entre todos debemos llegar a una concertación”.No obstante, para Varón, “lo que está pasando en la Unidad Nacional es muestra de la presencia de varias vertientes políticas que tienen el derecho de expresarte” . Aun así, el político bogotano puntualiza que pese a las divisiones, el Congreso tiene toda la intención de tomar decisiones sobre la conformación y discusión de leyes propuestas por Santos.En el mismo sentido, el senador conservador Carlos Eduardo Enríquez Maya expresa que “de ninguna manera hay división”. Para él, lo que hay es un cruce de “apreciaciones que son respetables en temas tan sensibles como el contenido de la Ley de Víctimas” . La cuestión central que señala el senador nariñense es que pese a que el Gobierno trata de acordar reformas constitucionales y de tramitar su agenda, debe tener en cuenta que el Congreso es independiente y “en su potestad verá si es conveniente cambiar, tramitar o derogar las reformas que pide el Ejecutivo”.Quien se aparta un poc0 de esa visión tan optimista de las relaciones Gobierno-Congreso es el senador de la U Manuel Enríquez Rosero, para quien si bien es claro que la Unidad Nacional apoya al Gobierno y sus proyectos, no se puede negar que “sí hay preocupación porque el tiempo avanza y no se han presentado proyectos vitales”. Otro punto que resalta Rosero es que en los últimos días se ha dejado notar la molestia porque “los proyectos se están concertando por fuera del Congreso sin que los legisladores puedan participar”.Al respecto dice que el Ejecutivo “no puede pensar que el Congreso simplemente va a servir de notario para aprobar o ratificar todo, sino que tiene que haber debate”.El vocero de la U, Roy Barreras, no cree que haya grietas dentro de la Unidad Nacional. También asegura que su partido permanece unido, en el propósito de ser la columna central del gobierno de Juan Manuel Santos.Esa unión, dijo Barreras, es sólida, pese a que existan dentro del partido “legítimos intereses en defensa de los derechos ganados con el trabajo electoral”, con lo cual hizo referencia al no nombramiento de Sergio Díaz-Granados como ministro delegatario en lugar de Germán Vargas Lleras, durante la pasada visita del Presidente a Brasil.Sobre este asunto Barreras recalcó que “el partido entendió esa designación, porque Díaz-Granados (ministro de Comercio) estaba fuera del país, pero cuando ello no ocurra, el Designado Presidencial debe nuestro ministro” .El clima en el CongresoPese a que las voces dentro de los partidos no parecieran entrar en discordia con el Gobierno, es claro que en el interior del Congreso la preocupación no es sólo mantener la independencia del Legislativo.En los pasillos se afirma que el problema puede ser de “celos” entre las comisiones, quienes se disputan el trámite de las distintas iniciativas preparadas por el Ejecutivo. A esos celos se les suman hechos como la bien sabida congestión de las comisiones primeras de Senado y Cámara, que serán los organismos encargados de tramitar la mayor parte de proyectos presentados por el Gobierno.Mientras que la Comisión Primera de Senado se encargará de las discusiones de temas como reforma a la justicia, la nueva Ley de Regalías y la nueva Ley de Víctimas, su homóloga de la Cámara de Representantes recibirá las discusiones en torno a ordenamiento territorial, reformas ministeriales y la eliminación de la Comisión Nacional de Televisión.En este punto se develan estrategias del Gobierno como el hecho de pasar por la Cámara el proyecto de ley que busca transformar el régimen de regalías, después de hacer antesala desde el Senado. El tema central es que a toda costa el Gobierno intentará evitar su hundimiento, que puede tener su más grande talanquera en la cámara baja, donde se encuentra la expresión de los intereses regionales.Otro asunto fundamental será el tratamiento de la Ley de Víctimas, que, según fuentes del Ministerio del Interior y de Justicia, se ha pasado por la Comisión Quinta de Senado previendo un complejo trámite en la Comisión Primera.La Ley de Primer Empleo en este momento se encuentra en medio de una disputa cerrada por parte de las comisiones terceras (especializadas en asuntos económicos) y las séptimas.Por último, el termómetro del Gobierno en el Legislativo se mide por la velocidad de trámite de los proyectos. Caso particular lo han marcado las diferencias en los trámites en Cámara y Senado en torno a la iniciativa de Reforma a la Justicia, pues mientras que la primera está a punto de designar ponentes para discusión, el Senado ni siquiera ha anunciado su inclusión en la agenda.Otro asunto que medirá el aceite a las relaciones entre las dos ramas del Poder será la Reforma Política.Aunque desde el primer día de su gobierno Santos anunció cambios ambiciosos en materia de ordenamientos electorales, sólo hasta el pasado jueves se vino a hablar del tema, reduciéndolo a la reglamentación de la reforma política de 2009. Esta contemplará la reducción de la financiación de partidos, tema que sin duda será espinoso para los legisladores.Gobierno, tranquiloPersonas cercanas al Ministro del Interior sostienen que al Gobierno y particularmente a este funcionario, las presiones recibidas desde el Congreso no les afanan.Vargas Lleras, quien en su haber tiene vasta experiencia legislativa, pues fue congresista entre 1994 y el 2008, ve como un incentivo y un reto el hecho de que el Congreso se encuentre dividido en torno al trámite, la premura y los espacios de gestión de la agenda legislativa oficialista.Vargas piensa que tal hecho derivará en que las dependencias del Gobierno Central agilizarán la gestión de sus objetivos con el fin de lograr mayor incidencia en el Congreso.

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