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Le contamos la historia secreta del 'cambiazo' en la reforma a la Justicia

Desplantes, fuertes discusiones, reuniones de última hora y saludos protocolarios con críticas, se dieron durante los dos días en que se modificó la enmienda para incluir los ‘micos’.

24 de junio de 2012 Por: Argemino Piñeros | Colprensa

Desplantes, fuertes discusiones, reuniones de última hora y saludos protocolarios con críticas, se dieron durante los dos días en que se modificó la enmienda para incluir los ‘micos’.

El 19 de junio de 2012 será un día que nunca olvidará el saliente ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra. Esa jornada, desde muy temprano comenzaron las 48 horas más difíciles que tuvo que vivir durante el tiempo que estuvo al frente del cargo, por cuenta de la conciliación de la reforma a la Justicia.Pasadas las ocho y media de la mañana, Esguerra llegó al Club de Ejecutivos, en pleno corazón de Bogotá, para participar en la reunión de las comisiones conciliadoras. Ahí fue donde comenzó su vía crucis.Sin importar su investidura de Ministro y sus buenas maneras, los congresistas le impidieron que estuviera en la reunión. Aunque fue invitado a que se quedara por los representantes Germán Varón y Rooselvelt Rodríguez, el senador liberal Luis Fernando Duque se opuso y, según contó uno de los representantes conciliadores, “prácticamente lo echó, aunque de manera respetuosa”.Ya sin el Ministro en la reunión se dio un cruce duro de palabras entre el senador Juan Carlos Restrepo, otro de los conciliadores, con el representante Rodríguez. Restrepo, de Cambio Radical, le dijo a Rodríguez, de la U, que “aquí no se necesita concertar con el papá”.El desarrollo de la reunión desde el comienzo mostró que por primera vez en los casi dos años que lleva de integrada la Unidad Nacional no operaría como tal, es decir las mayorías al gobierno se le voltearon y, según contó otro de los conciliadores, los cambios empezaron a imponerse por parte de los senadores Duque, Restrepo y Eduardo Enríquez Maya.En ese mismo momento el Ministro, resignado, seguía a la distancia desde el Congreso de la República el transcurso de la reunión, de la cual sólo conocía los pocos datos que le informaban.Ya en la tarde, pasadas las cuatro, Esguerra abandonó de manera intempestiva la plenaria de la Cámara en donde defendía la votación del marco legal para la paz. Muy serio y sin responder palabra caminó los pasillos del Capitolio Nacional y lo abandonó con destino al Club de Ejecutivos.Esguerra llegó a la reunión cuando el 70 por ciento de la reforma ya se había resuelto por parte de los conciliadores. Entre los puntos acordados estaba quitar la muerte política a los congresistas y el retiro polémico de las inhabilidades de los mismos.Otro de los conciliadores contó que “realmente fue muy poco lo que le atendieron y aceptaron al Ministro en la reunión”, posición que fue ratificada por el representante Varón, quien sostuvo que al momento de llegar Esguerra tuvo que revisar lo redactado y atender lo que se seguía estudiando.El martes terminó con la radicación del informe de los conciliadores, pasadas las diez de la noche, para que apareciera en la Gaceta del Congreso y así poder ser votada al otro día.El miércoles y con la lucha prácticamente perdida, el ministro Esguerra, en un comunicado de prensa, empezó a revelar los cambios que aprobarían los senadores y representantes, a pesar de su oposición. En el mismo reporte decía que el texto se aprobaría con la eliminación de las inhabilidades a los congresistas.En la Cámara, que había empezado a sesionar desde antes de medio día, los representantes Alfonso Prada y Guillermo Rivera, quienes fueron ponentes durante todo el proceso pero fueron sacados de la comisión de conciliadores, decían a los medios que la reforma se aprobaría con ‘micos’, en especial para la pérdida de la investidura.Pasadas las dos de la tarde y con unas pocas advertencias de algunos representantes se empezó la discusión final de la reforma. Antes de ser votada el presidente de la Cámara, Simón Gaviria, le dio la palabra al Ministro en la plenaria. En ese momento les dijo que lo habían sacado el día anterior de la reunión de los conciliadores, que lo concertado no era lo mejor que en su concepto debió haber quedado, pero reconoció que esa era el resultado de una concertación y pidió que se votara.Una hora después, y casi con el mismo protocolo, incluso más rápido que en la Cámara, el Senado dio la aprobación a la conciliación. Allí Esguerra sólo habló hasta después de votado el informe de los conciliadores y nuevamente agradeció.Sobre las cinco de la tarde y ante los micrófonos y grabadoras de más de una veintena de periodistas Juan Carlos Esguerra, finalmente detalló los temas que le molestaron con los cuales pasó la polémica reforma a la Justicia,

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