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En el albergue situado en el coliseo Marco Sánchez hay 180 personas durmiendo y resguardándose desde hace tres días. En el punto se están acopiando ayudas humanitarias para los damnificados, las cuales son donadas por particulares. | Foto: Giancarlo Manzano / El País

HUELGA

Las otras 'avalanchas' que golpean a los habitantes de Corinto

A la tragedia del pasado martes se han sumado robos en las casas de los barrios afectados y una oleada de reclamos de los damnificados.

9 de noviembre de 2017 Por: Redacción de El País 

En Corinto hoy se registran otras avalanchas. Estas no vienen desde la montaña cargadas de lodo, pero se lo llevan todo y, como la ocurrida el pasado martes con el desbordamiento del río La Paila, también golpean duro.

El drama de las 600 familias afectadas en el Cauca parece, por instantes, una bola de fango que se alimenta de lo que dejó la tragedia y que crece con el paso de las horas.

Los sobrevivientes soportan esto con los ojos asustados, como si vieran de nuevo bajar el río enardecido y arrasar con todo. Al mismo tiempo no pueden ocultar su incredulidad de quien no sospecha que ante el desastre pudiera presentarse algo peor.

Ahora no solo los preocupa un nuevo deslizamiento. Su angustia es conseguir un lugar seguro para trasladar las cosas que rescataron, antes de que se las roben.

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Según ellos, por las noches, están saqueando las casas que quedan vacías porque sus dueños decidieron refugiarse en cambuches en la montaña o en casas de vecinos y familiares que están lejos del río. Lo que no se llevó la tragedia, lo arrebató la delincuencia.

Juan Pablo Carabalí, un indígena fornido con porte militar, dice que en el barrio La Playa en las últimas dos noches varios “combos” se han llevado toda la ropa que encontraron.

El panorama se repite río arriba. En la vereda Carrizales, Johanna, una vecina del sector, cuenta que los ladrones se han adueñado de
electrodomésticos y dinero de un agricultor de la zona.

La Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, Ungrd, reportaba tres personas fallecidas. Sin embargo, los Bomberos de Cali recuperaron dos cuerpos más ayer en la tarde, por lo que la cifra de muertos ascendería a cinco personas.

72 horas de insomnio y falta de agua

Dormir en Corinto no es fácil. La zozobra de que La Paila tenga una nueva creciente súbita tiene intranquilo a medio pueblo. Dormir, entonces, es apenas un recuerdo.

Ayer en la madrugada, por ejemplo, la sirena de los Bomberos sacó de sus camas a los residentes de barrios como La Playa, La Esmeralda y El Pedregal. Pensaron que era otra empalizada que venía rumbo a sus casas. Falsa alarma. Era una alarma de incendio.

“¿Quién duerme después de lo que pasó? Yo no puedo dejar de pensar en el sonido del agua rugiendo como si fuera un león y los troncos pegándole a las paredes. Lo único que podemos hacer es seguir sacando el barro de las casas y esperar, porque dicen que puede bajar otra empalizada en cualquier momento”, dice José Jiménez, residente del barrio La Playa, mientras bate una pala para limpiar la entrada de la casa de su madre.

Al menos quince calles de Corinto siguen inundadas por el barro. Pese a que vecinos, militares y funcionarios con maquinaria no reparan en limpiar lo que solían ser las vías y andenes frente a las viviendas, la falta de agua para lavar las paredes hacen cada vez más difícil reconocer los colores de las fachadas de las casas. Hoy, el gris tiñe buena parte del pueblo.

El agua tardará en llegar al menos dos semanas a las casas, pues la fuerza de la empalizada destruyó la bocatoma que abastecía la planta del municipio. Eso explica Yeimer Solarte, director del área técnica operativa de la Empresa de Acueducto de Corinto, Emcorinto, quien dijo que esperarán que disminuya la turbiedad del río La Paila para bombear el agua directamente hasta la planta de tratamiento para producir agua potable y hacer un racionamiento del líquido, mientras se construye una bocatoma nueva para restablecer el servicio para los cerca de 14.000 corinteños.

El dolor de Luz Dary

En el coliseo Marco Sánchez, en el centro del municipio, se están resguardando 180 personas que se quedaron sin vivienda.

Según el reporte de la Alcaldía de Corinto, la avalancha desapareció 37 casas. Uno de los techos que se llevó el agua fue la de Luz Dary Noscué, quien vivía en La Playa con cinco familiares más y desde hace tres días está a la espera de ayudas humanitarias que parecen no llegar.

Dice en voz baja que a ella ya no le caben más dolores en el cuerpo. El barrial se le llevó la casa en la que vivió los últimos treinta años. Allí solo quedaron un par de ladrillos en pie.

“Nadie dice nada. Nadie da razón de nada. Perdí lo único que tenía en menos de dos minutos y lo único que me quedó fue la ropa que tengo puesta. Ahora toca esperar y batallar, pero yo tengo 58 años y ni siquiera sé cómo volver a empezar”, cuenta sin asomo de lágrimas, pues dice que en tres días se secó de tanto llorar.

En la vereda Carrizales otra Luz Dary une a la comunidad. Desde el martes está desaparecida Luz Dary Restrepo, una mujer de 65 años que desde hace 40 vivía en una casa junto al río La Paila. La búsqueda de su cuerpo ha convocado a vecinos de cinco veredas, quienes se armaron de palas y picas para encontrarla entre el lodo.

Norby Restrepo, la hermana de Luz Dary, dice que el miércoles la buscaron entre los escombros y el barrial, pero no encontraron señal alguna. Ayer, más de cincuenta personas retomaron las herramientas para tratar de hallar a la mujer, sin tener éxito.

No obstante, Norby dice que la solidaridad es tanta que no hay más estímulo que seguir hurgando. “Lo último que podemos perder es la esperanza de encontrar el cuerpo, al menos para darle cristiana sepultura”.

Aunque en principio la Alcaldía de Corinto expresó que había 18 personas desaparecidas, ayer en la tarde confirmó que la cifra de personas aún sin hallar es de cinco.

Calamidad pública

La Alcaldía de Corinto declaró la calamidad pública en el municipio tras la avalancha ocurrida el pasado martes causada por la creciente súbita del río La Paila.

Según el alcalde (e) de Corinto, Germán Hoyos, la decisión se tomó con el objetivo de jalonar recursos del ámbito departamental y nacional para invertir en la recuperación de la infraestructura y propiciar ayudas para la comunidad impactada.

La avalancha de Corinto dejó, según el reporte de las autoridades, 32 personas heridas. De estas, siete fueron remitidas a otros municipios para ser atendidas (cuatro a Cali y tres a Caloto).

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