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Las cuatro posibles salidas a la crisis con Venezuela, según los analistas

Expertos en política internacional plantean soluciones al problema de la frontera, pero a todas luces la solución parece lejana. Conozca cuáles serían las salidas.

30 de agosto de 2015 Por: Jessica Villamil Muñoz, reportera de El País

Expertos en política internacional plantean soluciones al problema de la frontera, pero a todas luces la solución parece lejana. Conozca cuáles serían las salidas.

Siete pasos fronterizos entre Colombia y Venezuela cerrados. Más de mil personas deportadas. Decenas de viviendas reducidas a miseria. Una crisis social que todavía no se resuelve por vía diplomática. Nueve días de incertidumbre.

Analistas en política internacional exponen diferentes escenarios, pero a todas luces la solución parece lejana. Basta con observar las reacciones contundentes del presidente Nicolás Maduro frente a las “débiles y tardías” medidas anunciadas por Juan Manuel Santos para sortear la situación.

El internacionalista Vicente Torrijos dice que el llamado a consultas de los embajadores y las convocatorias hechas a la OEA y a Unasur, tan solo son “maniobras para salir del inmovilismo”, pero no lograrán contener al mandatario venezolano.

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Por eso cree que hay que evaluar la decisión de mantenerse en Unasur, mientras que el docente de ciencias políticas de la Universidad de La Sabana, considera que la única salida a esta crisis es un cara a cara entre Santos y Maduro.

Para Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa, lo mejor es pedir   intervención de la comunidad internacional.

Pero, ¿cuál es la salida que debe adoptar el gobierno de Juan Manuel Santos para sortear esta nueva dificultad?

El País presenta los diversos escenarios, desde los más drásticos hasta los más conciliadores.

¿Renunciar a Unasur?

Todos los intentos por contener la crisis van a ser inútiles si no se toman medidas extremas.

Así lo sostiene el experto en política internacional Vicente Torrijos, quien indica que reunirse con los países que integran la Unión de Naciones Suramericanas, Unasur, es infructuoso porque todos sus directivos están del lado de quien los eligió, que en este caso fue Venezuela.

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Indica que ya el presidente Juan Manuel Santos trató con la reunión de las dos cancilleres, que resultó infructuosa, y además su homólogo venezolano ni siquiera ha querido pasarle al teléfono.

 “Cuando se dialoga con antagonistas de la democracia nunca se logra una respuesta racional”, asegura Torrijos.

Por eso, indica que la salida es evaluar si se continúa o no haciendo parte de Unasur, si se mantiene a Venezuela como garante de los diálogos de paz y de una vez se define si para las Farc es prioridad mantener de aliado a ese país o defender los derechos de quienes están sufriendo en la frontera.

En caso de que la guerrilla se incline por su amistad con Maduro, dice Torrijos, también habría que entrar a decidir qué pasa con los diálogos de paz.

Justamente el senador y expresidente Álvaro Uribe dijo el viernes que desde su partido apoyan “todas las medidas enérgicas” que tome el Gobierno Nacional, sin importar lo que ocurra con las Farc en La Habana. “El tirano no debe continuar como garante de paz que no lo es”.

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Para Torrijos también es vital que se denuncie la afrenta del Presidente de Venezuela contra el pueblo colombiano ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

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¿Es viable romper relaciones?

Pese a que varios sectores políticos del país plantean esa salida, Diego Cediel, profesor de ciencias políticas de la Universidad de La Sabana, dice que no es viable. Según él, ello solo implicaría mayor complejidad al asunto, teniendo en cuenta la manera de actuar de Nicolás Maduro.

Roberto Izurieta, director de Proyectos de América Latina de la Universidad George Washington, comenta que esta es una situación muy delicada y está convencido que Maduro  busca conflictos para distraer la atención de sus verdaderos problemas internos. Y hasta quizás buscando una excusa para posponer las elecciones regionales en su país. Sin embargo, indica que Colombia debe actuar con la prudencia que demanda la Nación más fuerte y no caer en el juego político.

[[nid:458255;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/08/portada_4.jpg;full;{Cada día que pasa, parece más inmanejable la situación de los colombianos deportados tras el cierre de la frontera con Venezuela. Rostros de impotencia, tristeza e incertidumbre reflejan la magnitud de la situación.Elpais.com.co l AFP l Colprensa}]]

Prioridad a la diplomacia   

Pese a la lluvia de críticas de comienzo de semana por la tardanza del presidente Juan Manuel Santos para reaccionar ante los malos tratos a colombianos en la frontera, los analistas y politólogos están convencidos de que la salida no está en la confrontación.

Muchos apuntan a acudir ante los organismos internacionales para exponerles la situación y que sean ellos quienes decidan qué condena internacional se toma con el gobierno de Maduro.

Enrique Arévalo, docente de la maestría de derecho internacional de la Universidad de La Sabana, dice que, a pesar del llamado a la OEA, “estamos en mora de acudir a instancias internacionales para denunciar lo que está pasando, inclusive con colombianos que tenían el derecho legítimo de estar en Venezuela”.

Explica que si bien uno de los escenarios cerrados para un eventual reclamo desde Colombia es la Convención Americana sobre Derechos Humanos, a la cual Venezuela renunció en 2013, sí se tiene la instancia de  la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

¿Cara a cara?

Ya los gobiernos de Colombia y Venezuela se encontraron el miércoles a través de sus cancilleres. Se llegó a acuerdos concretos que un día después fueron rotos por el Gobierno vecino. Eso obligó al presidente Juan Manuel Santos a llamar a consultas a su embajador en Caracas.

Sin embargo, el profesor Diego Cediel advierte que esta crisis solo la frenará un encuentro cara a cara entre los  jefes de Estado.

“Puede que se vuelvan a tomar las mismas decisiones que el miércoles, pero un pacto entre presidentes no se puede romper así no más, ya eso sería una afrenta mayor”, comenta.

Cediel agrega que  esta situación, que tiende a alargarse, no llegará a agresiones bélicas porque el problema de Maduro no es directamente con Santos ni la institucionalidad colombiana.

Considera que el cara a cara entre Santos y Maduro debería contar con presencia de la OEA y otro organismo de cooperación internacional, las cancilleres, embajadores y  cuerpos de seguridad de ambos estados.

Esta sería, al parecer, la idea más acertada teniendo en cuenta que el Presidente de Venezuela ya dio luces de querer reunirse con el Mandatario colombiano.

El viernes, durante una larga intervención, Maduro sostuvo que está dispuesto a encontrarse con el presidente Santos “a hablar sobre estos temas (contrabando, paramilitarismo, delincuencia común) cuando quiera, donde quiera y como quiera (...). Acomodemos nuestras agendas. Llegó la hora de vernos las caras usted y yo y resolver este asunto”.

Recuerde

El presidente Nicolás Maduro, que viajó este fin de semana a China y Vietnam en busca de apoyo financiero, aseguró que propondrá a la Unasur la creación de “una comisión suramericana de la verdad que venga a Venezuela a ver la situación fronteriza con Colombia, que “venga a ver la situación del narcotráfico, del paramilitarismo, de la guerra económica”.

Ya la canciller colombiana, María Ángela Holguín  había hecho ese planteamiento ante la Unasur.

Analistas consideran que al no actuar con prontitud, el gobierno Santos reforzó la conducta negativa de Nicolás Maduro en la frontera.

 

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