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La 'guerra sucia', gran protagonista de la campaña presidencial

Analistas dicen que las peleas políticas y la falta de propuestas fueron la constante en la campaña, de la cual advierten pasará a la historia como la más ácida.

25 de mayo de 2014 Por: Redacción de El País Bogotá

Analistas dicen que las peleas políticas y la falta de propuestas fueron la constante en la campaña, de la cual advierten pasará a la historia como la más ácida.

La del 2014 ha sido una campaña atípica, que rompió todos los esquemas proselitistas y, que muchos dicen, pasará a la historia por ser de ataques, improperios y muy alejada de la propuesta y del debate político, incluso, que terminará con decisiones en los estrados judiciales.Para los especialistas, la constante de este tiempo de campaña fue de un tono agresivo, de acusaciones y defensas que reflejan la animadversión existente entre el presidente Juan Manuel Santos y el expresidente Álvaro Uribe, mentor de su principal rival Óscar Iván Zuluaga. Por eso no es extraño que esta haya sido una de las campañas más agresivas que ha tenido el país en los últimos tiempos.De hecho, el especialista en marketing político, Camilo Granada, dice que no sabe si catalogar la actual campaña como sucia, pero sí cree que “ha sido muy dura, no solo en Colombia sino que se proyectó a nivel internacional”. (Ver nota anexa)“Esta es una campaña que ya tiene procesos penales en curso, lo que demuestra que fue muy alejada de la discusión civilizada entre los candidatos”, advierte.El profesor de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, por su parte, tiene una frase contundente: “Creo que se ha hecho una de las campañas más sucias de la historia reciente del país” y comenta que los hechos que la han antecedido como los capítulos de Andrés Pastrana y Ernesto Samper, por ejemplo, no se semejan ni se aproximan en nada a lo que ocurre hoy en día.El profesor deja claro que aquí no se puede hacer una generalización con los candidatos, debido a que desde su óptica “es claro que candidatas como Marta Lucía Ramírez y Clara López no se les ha visto el juego sucio” y advierte que los ataques provienen principalmente de la campaña del aspirante del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga.Otro de los que coincide con las posiciones anteriores es el politólogo John Mario González, quien dice que la situación ha llegado a tal punto que “la política está en una etapa de judicialización”.Comenta que “esta es la campaña más ácida que se ha visto en el país y eso ha redundado en que el tema de las propuestas quede ensombrecido. En últimas, esto ha enrarecido el panorama electoral que vive Colombia”.Explica que “aquí no se pudo profundizar en el tema de las propuestas y menos marcar una diferencia entre los candidatos para que se diera un debate que sirviera para que la opinión pública tuviera matices de comparación para tomar una decisión”.Pero el tema no se queda únicamente en el ámbito de los especialistas. Desde el Congreso, en un debate de la plenaria del Senado a mediados de semana, también hubo críticas a la manera en que se ha llevado la campaña.Sobre el tema, el senador liberal Luis Fernando Velasco asegura que “lo que los colombianos hemos visto en esta campaña presidencial es vergonzoso” al hacer referencia al tema de las presuntas interceptaciones de comunicaciones que habrían hecho miembros de la campaña del Centro Democrático.En este sentido, Velasco afirma: “Que una campaña contrate a una persona para afectar a través de chuzadas al contradictor, y más grave aún, para afectar un proceso de paz en el que está involucrado un país, es vergonzoso”.No obstante a las acusaciones, el senador de la U y de la cuerda uribista, Juan Carlos Vélez, anota que lo que se evidencia es un ataque a una campaña que comenzó a tener una curva ascendente con respecto al presidente candidato Juan Manuel Santos.“Es claro que este asunto de las chuzadas no es otra cosa que un montaje encaminado a destruir la candidatura de Óscar Iván Zuluaga ante su crecimiento en las encuestas”, dice Vélez. Por esta razón, el senador Vélez lanzó una advertencia: “Para quienes dicen que esto se trata de una guerra sucia de parte del Centro Democrático, les advierto que el expresidente Álvaro Uribe presentará ante la Procuraduría, el próximo 4 de junio, las pruebas que demuestran que hubo dineros irregulares que ingresaron a la campaña de Juan Manuel Santos”.En un tono más pausado, el senador del Polo, Jorge Enrique Robledo, se refirió al tema, al cual calificó como un hecho lamentable para el país.“Hay dos opciones, la de Santos y la de Zuluaga que son lo mismo, pero que en medio de los escándalos y del fango nos quieren hacer creer que son las únicas. Pero hay otras opciones como la de Clara López que es realmente una alternativa”.Mientras tanto, Juan Manuel Galán, senador liberal, asevera que “nos estamos jugando el régimen político. Aquí no se trata del candidato Santos, se trata de la democracia colombiana. No podemos permitir que el actual fascismo de la ultraderecha llegue al poder para establecer un nuevo régimen político en el país”.No obstante a las posiciones anteriores, una voz da un tinte diferente a la situación de la actual campaña política.El especialista en marketing, Germán Medina. asesor de Zuluaga, explica que el tema de la situación actual radica especialmente en que “las campañas se volvieron mediáticas” y que los medios de comunicación “están más pendientes de los escándalos que de las propuestas que tenían los aspirantes”.Sustenta su tesis al argumentar que, por ejemplo, “Zuluaga recorrió el país haciendo las propuestas de su campaña, pero los medios no vieron eso sino que cada vez que lo abordaban le preguntaban por el escándalo del momento. Hubo mucho amarillismo”.Dice además que todo el mundo habla de que se debió hacer más propuestas en la campaña, pero “los titulares de los medios siempre fue de escándalos” situación que, en su criterio, contrasta con la mirada del ciudadano de la región que oyó las propuestas de los candidatos de sus necesidades básicas.Desde su orilla, Medina reconoce que “aparentemente esta campaña pasará a la historia por sus escándalos”, pero cree que hay una posibilidad de resarcimiento, debido a que advierte que “aún falta la segunda vuelta presidencial que podría, en últimas, reencaminar la situación que se ha vivido hasta el momento”.Democracia en riesgoLos analistas coincidieron en que la condición atípica de la actual campaña tiene más elementos de fondo que se podrían proyectar al futuro.Camilo Granada explica que “todas estas situaciones deslegitiman la democracia, porque el ciudadano común termina por poner en el mismo lugar a todos los candidatos y concluye que son iguales, además en el imaginario colectivo queda que la política es sucia que no construye sino que destruye”.Esto, según Granados, puede determinar una afectación a las participación ciudadana en los procesos democráticos de hoy y los futuros, porque la imagen que quedó fue de una “campaña de ataques e improperios, pero cero propuestas”.El profesor Mauricio Jaramillo coincide con esta posición y advierte, además, sobre la “degradación de la democracia”. “Lo que le queda al ciudadano es una sensación de desconfianza porque se hacen acusaciones sin pruebas y con un desgaste a la justicia”, acota, no sin aclarar que “no podría concluir si esto va a tener un efecto en la participación ciudadana en las elecciones, ya que solo hasta que se conozcan los resultados y se obtengan cifras de abstención habrá un rasero para sacar conclusiones”.El politólogo González, entre tanto, considera que “esto refuerza el escepticismo ciudadano, porque, en el fondo, lo que se está generando es una desconfianza frente a las instituciones del Estado que quedan deslegitimadas con todos estos episodios. Eso es una consecuencia tremenda para la democracia”.Las peleas de antañoDesde la época previa al Frente Nacional, en la historia Republicana de Colombia, los enfrentamientos políticos han sido la constante.En la campaña del 2010, el foco de las acusaciones fue el candidato Juan Manuel Santos, en ese entonces en las toldas uribistas, quien tuvo que enfrentar las denuncias de falsos positivos y las chuzadas que se habrían dado en el Gobierno de Álvaro Uribe. Adicionalmente, en esa campaña, se calificó como guerra sucia que se dijera que Antanas Mockus, por su enfermedad de Parkinson, no estaba en condiciones de manejar el país.Pero hubo más peleas. En 2006 Uribe acusó a Rafael Pardo de tener un acuerdo con las Farc para evitar su reelección.En 1998, la pelea fue entre Andrés Pastrana y Horacio Serpa, época en el que el tema del debate se centró en el Proceso 8.000 que había salpicado años atrás al gobierno de Ernesto Samper. En ese momento, Pastrana siempre dijo que Serpa había sido beneficiado con los dineros del narcotráfico, denuncia que tuvo eco en la campaña de Noemí Sanín, quien también acusó al exministro de ser conocedor de todo lo que pasó con Samper.El antecedente de lo anterior se dio en 1994 cuando Ernesto Samper y Andrés Pastrana se trenzaron en una disputa. Todo fue porque Pastrana acusó a Samper de haber recibido dineros del Cartel de Cali. Esto derivó en el Proceso 8.000.Más atrás, en 1986, la campaña de Álvaro Gómez acusó a Virgilio Barco de favorecer multinacionales petroleras. La estrategia no funcionó y Barco ganó las elecciones.Escándalos trascienden fronterasEl lenguaje de la campaña presidencial traspasó las fronteras, debido a que medios internacionales ya hablan de ellas y, de hecho, la califican como “especialmente sucia”.La BBC Mundo publicó un artículo en el que cita analistas que coinciden en que Colombia nunca había vivido una campaña con episodios similares a los de hoy en día y alertan sobre el daño a la democracia.Por su parte, el canal DW de Alemania dedicó un especial a las elecciones presidenciales en Colombia, que tituló: “Campaña sucia en vez de electoral”.En su explicación se dice que “en Colombia, la campaña sucia ha caracterizado la recta final de la elecciones, dejando de un lado las propuestas de gobierno de los aspirantes”, que coincide con las miradas internas a este fenómeno.Encuentre aquí toda la información sobre las Elecciones Presidenciales 2014

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