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La era de la ‘Twitterpolítica’

Esta red de microblogging ha servido como plataforma para presentar propuestas de campaña y relacionarse con posibles electores.

1 de mayo de 2011 Por: Adolfo Ochoa Moyano Reportero de El País

Esta red de microblogging ha servido como plataforma para presentar propuestas de campaña y relacionarse con posibles electores.

La plaza pública, que años atrás era la mejor alternativa para que candidatos a cargos de elección popular presentaran planes de gobierno y propuestas, tanto a seguidores como a detractores, hoy se trasladó a la Internet y más específicamente a las redes sociales como Facebook y Twitter.Uno de los más tradicionales políticos colombianos, el ex presidente Ernesto Samper Pizano, forjado décadas atrás en el liberalismo del trapo rojo, del grito en la plaza pública, asevera que la única manera de tener un diálogo directo con las masas, especialmente esas muy jóvenes que recién se interesan en la participación ciudadana, es el Twitter.Samper, que regresó al debate político nacional hace apenas unos meses precisamente mediante Internet, admite que para hacer campaña hoy es imperativo ingresar al mundo 2.0 porque, en sus palabras, “el Twitter no es otro mundo, el Twitter es el mundo”.Política de redes socialesPara la analista política y ‘twittera’ asidua Claudia López, lo que ha logrado el Twitter, con apenas cinco años de vida, es dinamizar el debate y hacer más visibles las opiniones de personas del común, que no tienen un fácil acceso a medios masivos de comunicación para expresar sus posturas.“Con la llegada del Twitter y su uso por parte de personas en campaña electoral o en el poder político la agenda pública tiene una nueva dinámica. Ahora es inmediata y los debates son mucho más nutridos por la posibilidad de hacerlo en tiempo real”.Un ejemplo del poder de los cibernautas fue la fallida marcha a favor de Agro Ingreso Seguro, que fue respaldada, entre otros, por el ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias.Después del anuncio de su realización, en Twitter hubo una lluvia de críticas que pronto se convirtió en un hashtag (temática muy popular), en cuestión de horas. La marcha tuvo que ser abortada.El Twitter también ha servido para dirimir polémicas, como acostumbra hacer el columnista de la Revista Semana Daniel Samper Ospina, quien a través de la web interactúa con muchos de los protagonistas de sus comentarios.En más de una oportunidad ha intercambiado tweets con los hijos de Álvaro Uribe o con el ex presidente mismo después de haber publicado su columna semanal.También ese ha sido el caso del periodista Daniel Coronell, quien interactúa con sus lectores y en más de una oportunidad tuvo rifirrafes con algunas de las personas que fueron blanco de sus denuncias.El analista político Alfredo Rangel opina que con las redes sociales no sólo los electores tienen mayor visibilidad y posibilidades de interacción con líderes de opinión, asimismo ocurre con otros aspirantes que son menos mediáticos que otros y que en muchas oportunidades no tienen la misma cobertura en medios masivos de comunicación.Para el publicista y consultor en estrategias electorales Ángel Becassino, el uso de las redes sociales en las campañas políticas es novedoso porque apelan a las emociones de los electores, al darles a ellos una sensación de cercanía con el candidato. “Si no hay enganche con la gente, no pasa nada”, dice el experto.El consultor político Germán Medina, que comparte ese planteamiento de Becassino, agrega que en definitiva, este es el momento de lo que se podría bautizar como ‘Twitterpolítica’.Y parece que sí. Fue a través de esa misma red que el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria arremetió contra el comandante de la Policía Nacional, general Óscar Naranjo, cuando un cable de Wikileaks hizo referencia a las ‘chuzadas’. Incluso llamó al oficial traidor porque éste supuestamente habría dicho que las interceptaciones ilegales fueron ordenadas por Gaviria.Y aunque los expertos coinciden en que los 140 caracteres que se pueden escribir en Twitter son una manera nueva de llegar a las masas, también concuerdan en que no todos los políticos usan de manera adecuada esa herramienta virtual.Basta recordar los ‘tweets’ (mensajes en Twitter) del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, quien para expertos como Claudia López y Ancízar Marroquín, ha puesto en riesgo su prestigio político al enfrascarse en peleas con usuarios de la red, criticar al actual Gobierno y pronunciarse en contra de decisiones judiciales.“La personalidad explosiva del ex presidente salió a flote en el Twitter y como las personas pueden responderle enseguida, eso generó un rechazo hacia él y sus posturas frente a temas específicos de la actualidad nacional”, dice Marroquín.Otros expertos como Víctor Solano consideran un engaño que políticos que buscan apoyo de la comunidad no manejen personalmente sus cuentas de Twitter, como hace Uribe, según lo admitió el ex mandatario hace algunos días.El ex presidente aseveró que un grupo de asesores se encargan de administrar su cuenta en esa red de micro blogging horas después de que un tweet suyo desatara una polémica nacional debido a que era insultante con el presidente Juan Manuel Santos.Solano dice que la fortaleza del Twitter es precisamente la sinceridad y la calidez de quien escribe a través de la red.“No es lo mismo seguir a un candidato que usa su Twitter para generar debate, para compartir opiniones, que uno usado por terceros, que sólo lo usan para publicar comunicados de prensa fríos e impersonales. Esto último genera el rechazo de los usuarios web. El Twitter es una conversación, no un monólogo informativo”, explica Solano, quien es experto en consultoría de Internet y periodismo web.Y aunque es muy complicado demostrar qué políticos delegan sus cuentas en redes sociales a empresas expertas en Internet o asesores, algunos analistas dicen que personajes de la vida política nacional como Sergio Fajardo y Enrique Peñalosa parecieran hacerlo.Víctor Solano dice que uno de los peores ‘twitteros’ es el ex senador Samuel Arrieta, quien no responde a los usuarios y publica mensajes planos, sin ‘personalidad’ definida y que no conectan con la gente.Los expertos están de acuerdo en que Twitter será uno de los protagonistas de las contiendas electorales en el futuro, lo que aún no es claro, sin embargo, es si la equivalencia entre número de seguidores y número de votantes existe.Víctor Solano concluye que los políticos debieron aprender la lección de la Ola Verde de Antanas Mockus y definir quiénes son sus seguidores para generar propuestas acordes y lograr que vayan a las urnas.

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