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Para realizar las diferentes actividades del proyecto, cada año hacen un cronograma donde se plantea realizar por lo menos una vez al mes. Aunque a veces la comunidad pide ayuda más de una vez con asilamiento de nacimiento de agua. | Foto: Especial para El País

CAUCA

Indígenas Misak, guardianes de los páramos del Cauca

Conozca el proyecto de reforestación para proteger los espacios sagrados de los guambianos.

8 de octubre de 2017 Por: Leidy Tatiana Oliveros/ Reportera de El País

El amor que el pueblo Misak le tiene a la naturaleza no se compara con nada. El respeto a los páramos de las Delicias, Moras y el Alto de Guamacas, en el municipio de Silvia, Cauca, los motiva a continuar con un proceso de restauración que ya lleva 11 años y lo único que busca es conservar los espacios sagrados del territorio donde viven. Estos héroes de este sector rural son más conocidos como Guambianos.

El proyecto que en el 2011 nació con el cabildo Indígena del Resguardo de Guambia se denomina ‘Protección, conservación y restauración de ecosistemas estratégicos de páramo mediante actividades de aislamiento de nacimientos de agua y humedales en la parte alta de la microcuenca El Ñimpe’.

Es tal el empeño que le han puesto a este trabajo, que recientemente se llevaron el segundo puesto en la Categoría General, en el Premio Planeta Azul, que organiza desde hace 25 años el Banco de Occidente.

Con sus coloridos atuendos indígenas, cuatro integrantes de esta comunidad fueron aplaudidos por el público asistente a la velada, que se realizó en el Club Campestre de Bucaramanga.

Esta comunidad ancestral ha venido buscando estrategias de conserva-
ción y restauración ambiental desde un concepto propio Misak, para mitigar la intervención del hombre.

Todo comenzó como una solución a la problemática ambiental en el territorio por el acelerado crecimiento poblacional, lo cual ha generado un impacto negativo y un desequilibrio del espacio de vida Misak.

Cuidar la naturaleza para los guambianos es lo más importante. “Es la madre que genera vida. Las plantas, los animales, los minerales, todo lo que brota de la tierra es continuidad de ella, para que haya vida y una convivencia armónica entre la naturaleza y el hombre”, dice Álvaro Tombe, líder guambiano. Desde que se inició el proyecto, él ha tenido claro que quiere dejar a los más pequeños un espacio puro para disfrutar por mucho tiempo.

El cabildo indígena viene trabajando en la regeneración de sitios naturales y en la recuperación de espacios de vida, como son los páramos, los nacimientos de agua, las quebradas, los ríos, los bosques, todo lo que consideran espacios sagrados.

“El páramo es una fuente de vida, es un ecosistema productor de agua, es nuestra madre, por eso luchamos para cuidarlo y conservarlo”, dice Jorge Enrique Calambás, integrante de este proyecto que hasta el momento ha logrado restaurar más de 150 cuerpos de agua.

Y es que, cosmológicamente, la historia dice que los guambianos nacieron del agua. “Existen dos lagunas, una macho y otra hembra, de la unión de estos nacieron los primeros Misak”, cuenta Calambás.
Es por esto que este pueblo indígena aprecia el agua como un gran tesoro. “Del páramo obtenemos todo, nuestra comida, la medicina, mejor dicho, este líquido es el que nos mantiene vivos”, expresa con pasión Calambás, quien además dice que el páramo tiene un significado muy grande para ellos, tanto así que con palabras no lo puede explicar.

Lo que los motiva a hacer estos procesos principalmente es el querer y el sentir que tiene el ser Misak. “El cariño que le tenemos a la naturaleza. Nuestro planeta tierra es uno solo y tenemos que conservarlo”, asegura Álvaro Tombe.

Este proyecto, que consiste en proteger áreas del páramo, principal abastecedor de los acueductos de Guambia y Silvia, comprende tres actividades: aislamiento de nacimientos de agua, recolección y manejo de residuos sólidos y pozos sépticos.

Nuestro espíritu hace que todos los días nos levantemos con el ánimo de seguir trabajando y concientizando a nuestro niños y personas que viven en el territorio de cuidar la naturaleza, dice Álvaro Tombe.

Mediante mingas, donde participan entre 50 y 100 personas, se logra hacer cada una de las actividades.

Aislamiento de nacimientos

Cuenta Álvaro Tombe que hace un tiempo en el territorio Misak “se hacían campañas de reforestación, pero por desconocimiento, la gente sembraba algunos árboles que afectaban las fuentes de agua, por eso, se tenían que quitar, ya que no eran nativos del territorio. Por ello se hizo un vivero para que se empezaran a sembrar especies de la región”.

Con estos árboles se hace la tarea de aislamiento de nacimientos, la cual consiste en cercar los bosques con vegetación y alambre de púa. Los materiales se consiguen con apoyo de la Alcaldía y con esfuerzos del cabildo.

“Se cercan los bosques para que la gente respete y no contamine tanto el agua. También para que los animales no hagan daño. Tiempo después es la naturaleza misma que va tejiendo arbustos y formando sus cercos para que no se hagan mal”, dice Esteban Calambás, coordinador del Programa Ambiente de vida del cabildo Misak.

Para esta actividad, el cabildo cuenta con el apoyo local de la Corporación Autónoma Regional del Cauca, CRC. “Siempre trabajamos con las mingas. Todo se hace con trabajos comunitarios, alcaldes zonales y gobernadores del cabildo”, asegura Tombe.

Manejo de residuos sólidos

Toda la comunidad tiene la tarea de recolectar residuos plásticos para luego entregárselos a una empresa que se encarga de transformarlos, con el fin de obtener como producto final un elemento reciclable.
“Una vez hacemos la recolección, se entregan kilos de todo tipo de plásticos y la empresa los devuelve en madera plástica y en productos que son útiles para los tres colegios que hay en el territorio.

Generalmente entregan mesas, comedores, sillas, juegos para los niños”, cuenta Esteban Calambás, quien asegura que “tenemos el deber de no contaminar y de cuidar nuestros espacios sagrados”.

Con esta actividad han logrado mitigar el impacto que tienen los desechos de plástico en el territorio. Además, ha servido mucho para disminuir la contaminación de las casas, en las carreteras, en los cultivos y en el río principal, que es Piendamó.

Pozos sépticos

En el territorio Misak hay veredas que no cuentan con un sistema de alcantarillado y se ven obligados a hacer uso de pozos sépticos, pero algunos ya cumplieron su vida útil y se constituyen en un problema ambiental. Por eso dentro del proyecto contemplaron la necesidad de mejorar estos espacios.

“Optamos por hacer mantenimientos de forma tradicional a esos pozos sépticos, con una moto bomba drenamos estos sitios. Lo que hacemos es abrir otro depósito junto al pozo séptico, lo drenamos y con diferentes productos como cal agrícola, mineral, y abonos como la gallinaza, la miel de purga, hacemos el procedimiento para el mantenimiento”, explica Álvaro Tombe.

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