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Habemus cardenales

21 de febrero de 2012 Por: Antonio José Caballero- Especial para El País

Yo se que voy a torear el obispero, pero haciendo memoria recuerdo que hablé con el entonces cardenal Joseph Ratzinger, horas antes de entrar al cónclave que lo eligió Pontífice de la Iglesia Católica dos días después. En esa oportunidad me preguntó por la “esquiva paz de Colombia”. Me contó que había estado acá dictando conferencias. Revivió entonces “los verdes y hermosos paisajes de esa nación que merece un futuro mejor poniendo fin a esa guerra fratricida que lleva tantos años”.Eso me hizo pensar que Colombia estaría más claramente dibujada en los actos del Papa alemán, y que nuestros problemas, que el mundo conoce ampliamente, serían por lo menos esporádicamente motivo de sus mensajes en los ángelus en la Plaza de San Pedro, que este país estaría en alguna escala de sus rutas por América o que habría más cercanía episcopal, y ese protagonismo que tuvieron los obispos colombianos, elevados a la dignidad cardenalicia durante el papado de Juan Pablo II, se iba a mantener durante su paso por la silla de Pedro.Pues no. Parece que las noticias tristes y reales de nuestro país no llegan a Roma, al menos con la realidad que las vivimos. O simplemente no merecen la atención del Pontífice bávaro.Al celebrarse el domingo el cuarto consistorio en el que nombró 22 nuevos cardenales de la Iglesia, 4 de los cuales tienen más de 80 años, no aparece ningún obispo colombiano.Tampoco aparecieron en los otros tres consistorios. Podría decir que ya no es tan cierta aquella frase de su antecesor: “América Latina, el continente de la esperanza. Colombia, la esperanza de América Latina”. Con los últimos nombrados para recibir el birrete el próximo 18 y 19 de febrero el Colegio Cardenalicio suma 125 electores y 89 purpurados, que son elegibles pero no pueden elegir el nuevo Pontífice por sumar más 80 años.Colombia solo tendría a Darío Castrillón, quien solo podría ser elegido, y a Pedro Rubiano, quien puede elegir además de ser elegido, aunque renunció a su cargo de Primado de Colombia el año pasado.Sobre el tema, monseñor Rubiano respondió: “Yo sigo de cardenal y mientras no llegue a los 80 años no nombran otro. Habrá que esperar, porque para Colombia solo hay un cardenal. Hubo otros en la Curia Romana como Castrillón y López Trujillo, pero para Colombia solo hay un puesto, y mientras llego a los 80 o me muero, antes no habrá otro”.El cardenal Castrillón fue protagonista en el pasado cónclave, y en la primera votación llegó a obtener cuatro papeletas con su nombre. Para significar lo que tenía Colombia, en ese cónclave hubo tres compatriotas electores: Alfonso López Trujillo, presidente de la Pontificia Comisión para la Familia, gran defensor de las tesis anti-aborto y gran jefe de debate de Ratzinger junto al secretario de Estado, Angelo Sodano. Darío Castrillón Hoyos, quien tenía la conducción de más de 400.000 sacerdotes en el mundo católico en el Dicasterio del Clero, y Pedro Rubiano Saénz, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia.Hubo un momento en que Colombia tuvo cuatro cardenales de la Iglesia romana: López Trujillo, Castrillón, Mario Revollo y Pedro Rubiano. Antes fueron Crisanto Luque, Luis Concha Córdoba y Aníbal Muñoz Duque, elector de Juan Pablo I -Papa Luciani- y de Juan Pablo II.Aquí hay 100 obispos. En los consistorios anteriores sonaron el actual arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro, aunque su nombre suena a liberal y a luchador por la paz de Colombia, y eso no es buen curriculum para el birrete cardenalicio.Él me respondió así: “Esto depende de la voluntad del Papa, diciéndolo de manera simple. Y de manera trágica, pues habría que esperar que haya cupos o que se mueran unos cuantos, porque por ahora, está pleno el Colegio Cardenalicio, y en Bogotá habría que esperar que el cardenal Rubiano cumpla los 80 años”. Recordó que alguna vez que visitó al Papa Juan Pablo II en Roma y había cuatro cardenales colombianos, el Pontífice le comentó: “Esto es una muestra de que el Vaticano se colombianizó. Es muestra del aprecio que tengo por esa bella tierra de Dios”. Y cuando le dije que estaba en el sonajero cardenalicio, respondió: “Pues que siga sonando”.También suena el arzobispo de Cartagena, monseñor Jorge Jiménez, y el que todos imaginamos primer candidato, el arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia actual, monseñor Rubén Salazar. Y en el Vaticano hay un hombre muy próximo a Benedicto XVI, el arzobispo Octavio Ruiz, quien fue asistente Ratzinger y está entre sus colaboradores cercanos. Es el encargado del Dicasterio de los obispos para América Latina luego de cumplir una rápida tarea episcopal aquí.Un poco más realista fue el exsecretario de la Conferencia Episcopal, monseñor Fabián Marulanda, quien aseveró que “aunque Rubiano es todavía elector, pienso que es una representación muy corta, muy baja para un país de gran mayoría católica. Puede que en el Vaticano piensen que Colombia es un país evangélicamente asegurado, pero subrayo, con títulos suficientes para reclamar y merecer la distinción de otro cardenal”.Con estos últimos nombramientos Europa tendrá 119 cardenales, Latinoamérica 32 purpurados, encabezando la lista Brasil (10), único país latino que tuvo llamado en Joao Braz de Aviz, quien de todas maneras es cardenal de la Curia romana, arzobispo emérito de Brasilia y actual Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.Actualmente Latinoamérica tiene solo 22 electores y 10 por encima de la edad. Aparte de Brasil (10), Argentina y México (4 cada uno), Venezuela, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Chile, Cuba, Perú , Bolivia , Ecuador , Nicaragua y Puerto Rico, uno en cada país. Los nuevos son siete italianos, dos alemanes, un portugués, un maltés y dos americanos. Mientras tanto, Colombia espera el quinto consistorio de Benedicto XVI.

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