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El uribismo del partido de la U, en caída libre

Es evidente que las pretensiones electorales que tenía el ex presidente Álvaro Uribe se quedaron en las intenciones y perdió cargos clave que relegaron a esta tendencia política a un plano inferior al que ostentó ocho años atrás antes del 7 de agosto del 2010.

8 de noviembre de 2011 Por:

Es evidente que las pretensiones electorales que tenía el ex presidente Álvaro Uribe se quedaron en las intenciones y perdió cargos clave que relegaron a esta tendencia política a un plano inferior al que ostentó ocho años atrás antes del 7 de agosto del 2010.

Los resultados de las elecciones del pasado domingo generaron un efecto dominó: el uribismo terminó damnificado, pero -al tiempo- puso a la U en controversia con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y, de paso, le dio un fortalecimiento a los liberales que ya genera inconformismos en la Unidad Nacional.Es evidente que las pretensiones electorales que tenía el ex presidente Álvaro Uribe se quedaron en las intenciones y perdió cargos clave que relegaron a esta tendencia política a un plano inferior al que ostentó ocho años atrás antes del 7 de agosto del 2010.Una lectura a este fenómeno la dio el ex candidato a la Alcaldía de Bogotá, Antanas Mockus, quien dijo que “lo que pasó en Antioquia y Bogotá demuestra que hay un debilitamiento del uribismo”, porque “el país ha acogido una actitud más ilustrada por el presidente Santos y mayor respeto por la institucionalidad”.Esta situación ‘incómoda’ generó la reacción del ex mandatario paisa, quien de inmediato se pasó a los linderos de la oposición y lanzó los primeros dardos en contra del gobierno de Santos a través de los medios.La calificación de “hipócrita” que le hizo Uribe al Gobierno determinó fracturas en el interior de la Unidad Nacional, debido a que en la U se dieron dos fenómenos: uno que se resucitara la tendencia de quienes se consideran uribistas y los que están en el santismo, y el evidente inconformismo de esta colectividad por el tratamiento que ha recibido por parte del Ejecutivo.Cuando Uribe dijo que “las acciones del Gobierno Nacional son hipócritas y carecen de fervor popular, por lo cual es una señal de hostilidad nombrar a Rafael Pardo como ministro de Trabajo”, determinó esta reacción en cadena en el interior de la U.Pero los dardos de Uribe contra el Gobierno no pararon allí. También arremetió contra las Fuerzas Militares, a las que señaló de “desmoralizadas”, lo que según analistas, quedó desvirtuado con el histórico golpe a ‘Alfonso Cano’.“Yo creo que el presidente Uribe ha dado tantos pasos en falso que está desprestigiándose al interior de su propio partido y es parte de la derrota política que está sufriendo”, señaló el analista político Camilo González Posso.Pese a la crítica, Santos no entró en la pelea, situación que -a juicio de Mockus-, “ha sido bien manejada (por el Presidente) y no ha hecho daño a la institucionalidad”.Es aquí cuando el primer escenario que surge es el de la división entre uribistas y santistas en el partido de Gobierno, donde quedó en evidencia que quienes acompañan a Uribe, sólo son 3 de los 28 senadores, entre ellos, Juan Carlos Vélez, Manuel Enríquez Rosero y Juan Lozano. Sin embargo, hay quienes dicen que este número es mayor en la Cámara.Este pulso, que tuvo su primera prueba con la reforma a la justicia, dio su primer resultado y fue que en el Senado, incluso los acomodados en el uribismo, dieron el visto bueno a la iniciativa, que el mismo ex presidente había pedido que fuera hundida.La inconformidad con los liberalesEl segundo elemento de la polémica es la inconformidad que existe con el liberalismo, debido al triunfalismo que han manifestado sus integrantes, como el presidente de la Cámara, Simón Gaviria, quien esta semana tuvo que enfrentar un boicot que adelantó la bancada de la U y que no permitió que se realizaran las plenarias por el retiro de los congresistas de esta colectividad.Para el analista Álvaro Forero Tascón, “los ganadores fueron los liberales, en la medida en que avanzó en gobernaciones, mientras que la U creció en votaciones”.Pero aseguro que existe una arista que “es importante analizar” y es que en el proceso electoral hubo una puja en la unidad nacional focalizada sobre las alas uribista y liberal.“En mi opinión avanzó el ala liberal y el uribismo quedó rezagado”, dijo, al complementar que “Uribe se había jugado su capital político en Bogotá, Bucaramanga, Medellín, Antioquia y Atlántico, pero no logró los resultados que esperaba”.Añadió que “lo otro que demuestra eso es que la reacción fuerte de Uribe y de sectores de la U contra del gobierno Santos terminó por favorecer al liberalismo, ya que tras las palabras de Uribe que el buen desempeño del liberalismo se dio por el favorecimiento del Presidente -no creo que sea cierto- muestra que el ala uribista está cediendo y la liberal toma ventaja”.El representante liberal, Guillermo Rivera, dijo a medios que las protestas de la U en la Cámara no son en realidad por las decisiones que ha tomado Gaviria sino que hay elementos “detrás del telón, que son los reales”.Explicó que el verdadero malestar de la U fue “la incomodidad porque las ideas liberales son las que gobiernan y también los hombres liberales entran al Gobierno”, al referirse al nombramiento de Pardo en la cartera de Trabajo.Quizá quien dejó claro este malestar fue el representante de la U, Ángel Custodio Cabrera, quien dijo no se había terminado el proceso electoral y ya los liberales tenían ministro. Esa decisión, para Cabrera, generó que “el Partido de La U no siente que haya representación política en el Gobierno” y que eso es precisamente lo que le han dicho al Gobierno.Santos ‘ajustó tuercas’El proyecto de reforma a la Justicia se convirtió en punto de ‘honor’ entre los jefes naturales de la U: el presidente Juan Manuel Santos y Álvaro Uribe.Sectores de la U habían lanzado críticas a la iniciativa, incluso pedían que fuera retirada, lo que coincidía con la petición de Uribe.Santos tomó las riendas y los convocó a una reunión de urgencia en Palacio el miércoles.Con las críticas de Uribe aún en el ambiente, Santos llamó a cuentas. Uno de los asistentes, que prefirió reserva, dijo que el Presidente -molesto- les recordó que él también era fundador de la U.Pero fue aún más recio, contó la fuente, porque calificó el comportamiento de la bancada como una traición y pidió que le explicaran cómo iban a votar. Hubo silencios y solamente el senador Juan Carlos Vélez le dijo que lo haría negativamente, mientras que Mauricio Lizcano lo increpó por el tratamiento privilegiado que le daba al liberalismo.Fue ahí, según dijo otro Senador, cuando Santos pidió que la votación fuera pública, porque quería saber quiénes eran los traidores. La reforma comenzó a ser votada positivamente en la noche y, por un error de procedimiento, quedó aplazada para este martes.

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