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“El único colombiano que no le ha dado la oportunidad a la paz es Uribe”: Pastrana

El expresidente Andrés Pastrana habló sobre las renovadas esperanzas de paz con las Farc y de las cosas positivas que poco le reconocen al proceso que se llevó a cabo en San Vicente del Caguán.

10 de septiembre de 2012 Por: Hugo Mario Cárdenas López | Reportero de El País

El expresidente Andrés Pastrana habló sobre las renovadas esperanzas de paz con las Farc y de las cosas positivas que poco le reconocen al proceso que se llevó a cabo en San Vicente del Caguán.

La frase que más se ha escuchado en los últimos días en Colombia, desde que el presidente Juan Manuel Santos anunció el inicio de unas nuevas negociaciones con las Farc, con miras a alcanzar un acuerdo de paz, es que “no se pueden repetir los errores del pasado”.Esa advertencia lleva de inmediato a recordar el trago amargo que bebió el país tras el truncado proceso de paz en el gobierno del expresidente Andrés Pastrana y su cuestionada zona de distensión de San Vicente del Caguán, de donde las Farc salieron más fortalecidas militarmente. Diez años después de esa experiencia, el exmandatario habló con El País de la derrota política que significó para las Farc haberse levantado de la mesa en el Caguán, de lo fortalecidas que salieron las Fuerzas Armadas de ese proceso y recordó que la última zona de distensión fue la que pactó el expresidente Álvaro Uribe Vélez “con los grupos paramilitares y el Cartel del Medellín, en San José de Ralito (Córdoba)”. Once años después del fallido proceso del Caguán, y ya más reposado, ¿cuál cree que fue su error y qué le aconsejaría al presidente Santos?Yo no hablo de fallos porque eso es como dicen en el fútbol: ‘Qué fácil es ser técnico los lunes’. Entonces yo hubiera metido a Falcao y hubiera cambiado a Córdoba o hubiera puesto a Mondragón en lugar de tal o de ‘X’ o de ‘Y’. Yo creo que cada proceso tiene aspectos positivos y aspectos negativos porque todos se dan en circunstancias distintas, en un país distinto, con un Ejército distinto, con una economía distinta, en fin. Entonces yo lo que le diría al presidente Santos, más que mirar los errores del pasado, es que evite los errores del futuro.Tal como ocurrió en San Vicente del Caguán, se va a negociar en medio del fuego, ¿Le preocupa eso?Me preocupa muchísimo. Si tú me preguntas qué lección debemos aprender del proceso del Caguán, yo creo que lo que nos cerró el espacio político fue haber negociado en medio del conflicto. Eso puede suceder de nuevo porque puede que el Gobierno esté sentado en una mesa, puede que esté negociando, y si comenzamos a tener atentados terroristas, bombas en las ciudades, carrosbomba, atentados selectivos, secuestros, pues todo eso va a ir minando las negociaciones y va a generar, como en el pasado, esa desconfianza en las Farc y en el proceso de negociación propiamente dicho. Este no será un proceso fácil porque un acto de locura de las Farc, le va a cerrar espacio políticos al presidente Santos y eso va a generar el rechazo y puede conllevar al fin del proceso, como ocurrió en San Vicente del Caguán.¿Le genera confianza este nuevo proceso de negociaciones?Yo creo que la inmensa mayoría de los colombianos estamos respaldando este proceso que, ojalá, llevemos a feliz término y podamos acabar con más de 50 años de violencia en nuestro país. Por lo menos lo que vemos hoy en día son situaciones y circunstancias distintas a procesos que ha vivido el país anteriormente y lo que sí esperamos todos los colombianos es que haya sinceridad, que haya franqueza y haya una verdadera voluntad para sentarse en una mesa de negociaciones.¿Y cree que existe esa voluntad de parte de las Farc, que ya han salido a decir que no tiene secuestrados ni vínculos con el narcotráfico?Bueno, si eso es verdad, yo creo que ese debe ser el primer acuerdo de la mesa. Es decir, mañana, si es verdad que ellos no tienen secuestrados; ya está listo lo que yo he venido discutiendo desde hace mucho tiempo que es el fin del secuestro y acabar el secuestro como arma política. Y segundo, el tema del narcotráfico, hoy también encuentro que hay una contradicción en las Farc porque si Marco León Calarcá dice que ellos no tienen nada qué ver con el narcotráfico, ¿entonces para qué lo pusieron en la agenda? Entonces hay una absoluta contradicción cuando todos sabemos que las Farc efectivamente en los últimos años se han consolidado posiblemente como el mayor cartel de la droga y por eso es que yo he insistido que el Gobierno colombiano debería invitar, cuando se vaya a tocar el punto en la mesa de negociación de la erradicación del narcotráfico, a Estados Unidos y ojalá a Europa que ambos, así como nosotros podemos ser el mayor país productor de droga en el mundo, son los mayores consumidores.Con la realidad que vive hoy Colombia, ¿cree que exista la posibilidad de volver a tener una zona de despeje? Lógicamente que hoy no se puede hablar de zonas de distensión; eso está prohibido por la ley y este es un escenario totalmente distinto. Además, porque hoy hay tres zonas de distensión que son: Oslo (Noruega), La Habana (Cuba) y Venezuela, donde se han realizado algunas reuniones. Nosotros, en su momento, propusimos un diálogo en el extranjero discreto, pero las Farc no aceptaron. Eso es lo que ha hecho el presidente Santos y es un tema muy importante para evitar los protagonismos del pasado. Yo pienso que las Farc no entendieron el proceso de paz que nosotros propusimos y acabaron con él. Creo que ellos han entendido que eso fue un error y esperamos que hayan aprendido de los errores del pasado.¿No es un buen síntoma que las Farc hayan dicho que lo primero que buscarán cuando se sienten a negociar es el cese el fuego?Precisamente, eso es lo que me preocupa de que no exista la posibilidad de una zona de despeje. Si hay un cese el fuego, como espero que se logre lo más pronto, a dónde se van a llevar y se van a concentrar esos frentes para verificar que estén cumpliendo con ese cese el fuego y que no estén generando hostilidades. Porque al acabar con la posibilidad de despejar un territorio, se cerró la probabilidad de concentrar a esos frentes que se sometan al acuerdo de paz con el Gobierno.¿Cree que las Farc se han sometido de nuevo a una negociaciones porque se sienten debilitadas?Yo creo que sí. Creo que las Farc hoy están militarmente mucho más debilitadas; hoy tenemos un Ejército con qué combatirlas; en el año 98, cuando llegué a la Presidencia no teníamos el Ejército. Ese es el Ejército que le dejé yo a Álvaro Uribe y es el Ejercito con el cual hemos logrado darle las mayores derrotas militares a las Farc.Entonces, creo que es importante el haber fortalecido nuestras Fuerzas Militares, el haber generado el Plan Colombia y el haber creado Familias en Acción como el programa más importante en política social y de esta forma haber logrado llevar de nuevo a las Farc a la mesa de negociaciones.¿Considera que eso es lo que podemos rescatar del proceso de paz de San Vicente del Caguán?En el Caguán teníamos un Plan A y un Plan B: ¿cuál era el Plan A? La mesa de negociaciones. ¿Cuál era el Plan B? El fortalecimiento de las Fuerzas Armadas. Si no llegábamos a través de la mesa de negociación a la paz, íbamos a ponerle la presión militar para que llegara a través de ese mecanismo al diálogo, que es lo que está sucediendo. Por lo tanto yo creo que uno de los éxitos grandes es el Plan Colombia, después de haber fortalecido como nunca a las Fuerzas Armadas en nuestro país y aquí estamos llegando a eso. Segundo, hoy lo que aspiramos es que haya una verdadera voluntad de las Farc de sentarse a la mesa de negociaciones. Apenas estamos comenzando, este va a ser un proceso largo, ya estamos viendo situaciones que empiezan a mostrar lo que va a ser la negociación, que no va a ser fácil y por eso el Presidente ha hablado del optimismo moderado.El menos optimista es el expresidente Álvaro Uribe, ¿cómo interpreta esas críticas constantes al proceso?Quizá el único colombiano que nunca le ha dado la oportunidad a la paz es el expresidente Uribe, y creo que eso no es justo con el país. Y se lo digo porque si el presidente Uribe, por ejemplo, le voy a poner el caso de mi gobierno, pudo haber discrepado del proceso de paz, pudo nunca haber coincidido, pero yo creo que hoy, y más como expresidente, así diga que no coincide con el proceso, que no cree que sea sincero y que no cree que podamos llegar a nada, por lo menos en un acto de educación y de grandeza decirle presidente Santos, ‘no coincido, no estoy de acuerdo con, pero ojalá usted logre consolidar la paz, buena suerte’. Pero hoy lo que estamos viendo es a un expresidente que se contradice. Un presidente que negoció con el Cartel de Medellín, un presidente que negoció con los paramilitares, un presidente que hizo la última zona de distensión, que fue la zona de Ralito, un presidente que negoció con ellos y no sabemos qué negoció; hoy estamos comenzado a ver a través de las declaraciones del general Santoyo y de muchos de los paramilitares que están presos en los Estados Unidos qué fue lo que se negoció en Ralito.Y entonces yo me pregunto: ¿Por qué para el expresidente Uribe es bueno hablar con el Cartel de Medellín y negociar con él, negociar con los grupos paramilitares, que han cometido tantas o quizá más masacres que las Farc, y no darle la oportunidad al Presidente de la República de que trate de iniciar un proceso y ojalá que lo logre concluir con las Farc un acuerdo de paz?¿Esa resistencia del expresidente Uribe no puede servir para que las Farc y Santos lleguen más decididos a sacar adelante este proceso de paz?Yo creo que lo que se puede presentar es una división en el país también; porque 20% ó 30% de los colombianos puede que no estén de acuerdo con este proceso y eso puede complicarlo, y por eso la importancia de que el Presidente trate de convocar al país entero en este proceso de paz, que al final es lo que estamos anhelando todos los colombianos, y ojalá el presidente Uribe recapacite, y le reitero, puede que no coincida, pero por lo menos desearle suerte al presidente Santos y que ojalá dé resultados.¿Le gusta el equipo negociador que nombró Colombia para ir a la mesa de diálogo en Oslo, Noruega?Bueno, yo siempre he expresado mis reservas con un hombre como el general (Enrique) Mora. Yo creo que el presidente Santos conoce qué calidad de ser humano es el general Mora y por eso yo no coincido con él. El presidente Santos como mi ministro de Hacienda tuvo la oportunidad de conocerlo, tuvo la oportunidad de compartir con él, tuvo oportunidad de conocer de primera mano qué sucedía, y yo creo que el presidente Santos conoce muy bien qué calidad de persona es el general Mora. Ojalá haya cambiado porque debemos darle la oportunidad a la paz.¿Cree que Marcha Patriótica, el movimiento que lanzó la exsenadora Piedad Córdoba, será la futura plataforma política de las Farc?No tengo elementos para poder decir eso, pero ojalá las Farc se desmovilicen, entreguen sus armas y entren a participar en la democracia. Yo creo que eso es bueno, a la democracia no hay que tenerle miedo y como decía el expresidente Echandía: ‘Es mejor echar lengua que echar bala’.

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