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El ‘triángulo político’ que divide al Partido Conservador

Para los observadores es claro que al interior del partido hay matices muy marcados que comienzan a romper la nuez de la unión. Identifican a sectores que están al lado del presidente Juan Manuel Santos; los que acompañan al exmandatario Álvaro Uribe, y quienes aún siguen al exjefe de Estado, Andrés Pastrana.

7 de abril de 2013 Por: Redacción de El País, Bogotá.

Para los observadores es claro que al interior del partido hay matices muy marcados que comienzan a romper la nuez de la unión. Identifican a sectores que están al lado del presidente Juan Manuel Santos; los que acompañan al exmandatario Álvaro Uribe, y quienes aún siguen al exjefe de Estado, Andrés Pastrana.

El Partido Conservador anda en búsqueda de su norte; hoy dista mucho de los tiempos de la colectividad de Caro y Ospina, cuando caminaba erguida por la política nacional. Y por cuenta de las divisiones internas, podría terminar golpeada en los comicios que se realizarán el año entrante.Para los observadores es claro que al interior del partido hay matices muy marcados que comienzan a romper la nuez de la unión. Identifican a sectores que están al lado del presidente Juan Manuel Santos; los que acompañan al exmandatario Álvaro Uribe, y quienes aún siguen al exjefe de Estado, Andrés Pastrana.Si bien hay quienes advierten que los sectores pastranistas y uribistas no representan las mayorías, existe otro grupo que considera que a pesar de ser minorías están haciendo mucho ruido y esto podría cercenar la unidad de la colectividad.De hecho, el senador Hernán Andrade se muestra preocupado porque, en su criterio, aún en la óptica de las bases del partido se cree que este colectivo es uribista, incluso piensa que hoy en día hay mucho conservador que apoya las ideas del exmandatario paisa, lo que determinará que la colectividad “tenga que hacer muchos ajustes para evitar dificultades electorales”.El analista Ancízar Marroquín contradice la opinión del senador Andrade al advertir que “no puede haber división, sencillamente porque cada uno de los congresistas tiene sus propios intereses y son sus reelecciones, es decir que todo está avocado, en estos momentos, a los comicios”, por lo que no cree que estos matices políticos puedan afectar al colectivo.Sin embargo, la atomización de fuerzas en la colectividad representa para el expresidente de la Cámara Carlos Alberto Zuluaga una dispersión de simpatías frente a las figuras de Santos, Pastrana y Uribe. “En el partido hay un bloque de personas que estiman al presidente Santos, que estamos en la mesa de unidad; hay otro bloque que aprecia al presidente Uribe, este partido se la jugó por él y le fue leal a su programa de gobierno, y hay una vertiente que considera que el conservatismo debe tener su propia dinámica”, dice.Efraín Cepeda, presidente del Directorio Nacional Conservador, desestima cualquier división y enfatiza que el partido está unido. Observa que las posiciones divergentes son normales, ya que para él es claro que “como en todos los partidos hay matices, pero hay unas mayorías abrumadoras que van en un sentido y eso ha quedado claro en las expresiones del partido”.Esta posición es compartida por el representante Telésforo Pedraza (pastranista a ultranza), quien dice que la colectividad está funcionando como siempre lo ha hecho y recalca que “los partidos no son propiamente unos conventos de oración, los partidos siempre se nutren con base en tendencias, esa es la dinámica por lo que no veo algún tipo de preocupación por el hecho que haya posiciones divergentes respecto de algún punto. Al contrario, creo que esas diferencias le dan vitalidad, más fuerza y contenido a la razón de ser de cualquier partido”.Al referirse a la historia de la colectividad, Pedraza recuerda que las tendencias de hoy no distan mucho de las de otras épocas. “Acuérdese que el partido vivió momentos muy difíciles, de mucha confrontación entre el laureanismo y el ospinismo, entre el pastranismo y el alvarismo”, por ello insiste en que “no le veo ningún inconveniente en que haya tendencias”.El senador Carlos Ramiro Chavarro reconoce la existencia de esas divisiones, pero advierte que el grueso del conservatismo está con el presidente Santos, a pesar de “las voces aisladas y no mayoritarias de la tendencia uribista como José Darío Salazar en el Senado y un par de voces en la Cámara, que no reflejan la posición del partido”. Y añade: “Lo mismo ocurre con el llamado pastranismo”.El analista Marroquín desestima la posible influencia que pueda tener el expresidente Pastrana, de quien asegura que “ya no tiene fondo ni reconocimiento en el partido, le quedan personas como Telésforo Pedraza y José Darío Salazar, pero ni siquiera ellos han dicho algo a favor del expresidente en los últimos días”.En contraste, el representante Alfredo Bocanegra sí cree que existe división, además que ya se evidencian estrategias para determinar quiénes se van para las diferentes fuerzas de la colectividad.En este sentido, Bocanegra comenta que “el partido avanza hacia una definición de fronteras entre los conservadores uribistas, entre los cuales no me cuento yo, y unos conservadores santistas entre los que sí me cuento”.Uno de los que ha impulsado la idea de que el conservatismo se alíe con Uribe es el senador José Darío Salazar, quien insiste en que “esta coalición es importante porque se debe defender el programa de Gobierno de seguridad que el presidente Santos incumplió”.

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