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Debate por elección de 5 representantes de Colombia para el Parlamento Andino

Las quejas se enfocan en los costos que genera la realización de esos comicios y en la ausencia de resultados en materia de integración del área andina.

30 de diciembre de 2013 Por: Redacción de El País Bogotá.

Las quejas se enfocan en los costos que genera la realización de esos comicios y en la ausencia de resultados en materia de integración del área andina.

La elección directa de los cinco representantes de Colombia en el Parlamento Andino se convirtió en un elemento incómodo para el sistema político del país. Por un lado, las quejas se enfocan en los costos que genera la realización de esos comicios y, por el otro, la ausencia de resultados en materia de integración de los países del área andina.Son más las voces en contra de este cuerpo colegiado que quienes lo apoyan, debido a que la misma Comunidad Andina de Naciones (CAN) no atraviesa por sus mejores momentos, de hecho hay analistas que coinciden en que la situación del Parlamento demuestra el estado en que se encuentra esta asociación, que ya transita por la ruta del declive.Sin embargo, quienes alzan la voz para defender el Parlamento argumentan que es una figura de control político de las demás instituciones que componen la CAN y que sin su existencia no habría esa veeduría que garantiza el cumplimiento de los compromisos que logran los mandatarios o cancilleres de los cinco países miembros: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela, este último que se encuentra al margen por decisión que adoptó el fallecido presidente Hugo Chávez Frías.La decisión de que en el país se eligieran directamente los parlamentarios andinos fue adoptada en el 2007, cuando a través de la ley 1157 del mismo año, se abrió el escenario de la votación y no el de la designación como venía funcionando.En Colombia, hasta ahora, solo se han elegido –de manera directa– los parlamentarios andinos una vez, en un proceso enmarcado por la controversia, ya que en los comicios del 2010 el voto en blanco fue mayoría, pero un concepto del Consejo de Estado dirimió la situación y argumentó que esa ventaja del ‘voto protesta’ no fue absoluta, por lo que se descartó la repetición de dicha elección.Ahora, el Gobierno busca acabar con esta votación directa, pero quiere ir más allá: buscar su eliminación. Incluso, en su momento, el mismo presidente Juan Manuel Santos dijo que “con el presidente del Perú, Ollanta Humala, comentamos las decisiones que tomó recientemente en la Comunidad Andina de Naciones, previas a abolir el Parlamento Andino. Consideramos que ese Parlamento ya no tenía razón de seguir existiendo, era muy costoso y creo que esa fue una decisión importante”.Entonces, según analistas, la decisión del Gobierno de radicar el proyecto para eliminar la votación directa (que finalmente aprobó el Congreso) representa el primer paso para acabar con el Parlamento y un mensaje a los países miembros para que apoyen su abolición.Con base en este escenario, el exmagistrado de la Corte Constitucional, Eduardo Cifuentes dice que indudablemente las críticas contra el Parlamento “son por su ineficacia y los altos costos que le genera a los estados miembros” y añade que los propósitos que tenía la CAN debían ser legitimados por el Parlamento, pero esos acuerdos “fueron un fracaso”.El exmagistrado del Consejo Nacional Electoral, Guillermo Francisco Reyes, al evaluar el papel del Parlamento, asegura que “ha tenido una labor muy baja, no tanto porque ellos no lo hayan ejecutado, sino que los ejecutivos (Gobiernos) de los países miembros nunca les dieron las herramientas para poder ejercer las funciones para la que fue creado”.Sobre este aspecto, el presidente del Parlamento, José Pedro De La Cruz, en reciente visita a Colombia habló con la emisora La FM e indicó que uno de los problemas es que los cancilleres de los países que hacen parte de la CAN no dan posibilidades para hacer un efectivo control político.Los cancilleres “no quieren ir a los debates de control político. Mandan a los vicecancilleres o a terceras personas. En el Acuerdo de Cartagena dice que nosotros hacemos el control político y sugerimos qué aspectos deben ir avanzando frente al proceso de integración de la Comunidad Andina, pero no han venido. Tal vez, hay un temor de que se profundice el control político desde este espacio legislativo”, explica.El parlamentario andino colombiano, Héctor Helí Rojas, también defiende al organismo y califica como “injustas las críticas que se hacen” de las cuales dice que surgen por el desconocimiento de la labor de este cuerpo colegiado.“El sistema andino tiene 17 instituciones: el Tribunal Andino, la Universidad y otras, en las que el Parlamento es el único con elección directa y se encarga de vigilar a las otras 16 instituciones que conforman el sistema”, comenta Rojas, quien alerta que “de acabarse con este cuerpo las demás quedan sin vigilancia y no se harán las recomendaciones de ajustes para que la CAN funcione mejor”.Incluso, en la última plenaria de este Parlamento en Bogotá, sus miembros emitieron un comunicado en el que rechazan la idea que tienen los países miembros de liquidarlos y califican esta decisión como un atentado a la democracia.En dicho documento, los parlamentarios argumentan que una decisión de ese talante pone en riesgo la integración de los pueblos, por lo que conminaron a una reunión extraordinaria de los organismos de la CAN a fin de buscar una reingeniería del sistema.No obstante al llamado, el senador Juan Lozano considera conveniente el desmonte del Parlamento. “Su sistema de elección es muy costoso y considero que no se justifica que Colombia se gaste esos recursos en ese sistema, que por las funciones que cumple no hace imperativo el voto popular”.Lozano justifica lo anterior al recordar que la institución Andina “nunca logró ser lo suficientemente sólida para ser el motor de la integración completa”.Estas palabras abrieron un nuevo debate que tiene que ver con el estado actual de la CAN, la cual para el exmagistrado Cifuentes es “de crisis”.Si bien reconoce que es una comunidad necesaria cree que faltó más voluntad política para que hubiera una real alianza y recuerda que “cada país comenzó a negociar tratados de libre comercio de forma individual que llevó a la CAN a la crisis, ese es el eje de todo”.Guillermo Francisco Reyes tiene una mirada similar y advierte que “los países de la CAN se fueron yendo cada uno por su lado y perdió importancia”.Mientras tanto, Lozano piensa que en estos momentos hay más interés por la Alianza del Pacífico y la Unasur y comenta que “hay excesos de burocracia internacional que la Cancillería debe peluquear”.Reyes remata diciendo: “El Parlamento Andino no ha producido nada y la misma CAN está llamada a desaparecer”.

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