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"Cultura patriarcal, que maltrata, está muy marcada aquí": Martha Ordóñez

La alta consejera para la Equidad de la Mujer, lamenta que no todos los funcionarios del Estado respeten los derechos de las mujeres víctimas.

22 de mayo de 2016 Por: Meryt Montiel Lugo| Editora Equipo de Domingo

La alta consejera para la Equidad de la Mujer, lamenta que no todos los funcionarios del Estado respeten los derechos de las mujeres víctimas.

Revuelo causó durante toda la semana el hecho de que la Secretaría de Gobierno de Bogotá hubiera culpado a Rosa Elvira Cely del brutal ataque por el que murió hace cuatro años, víctima de violación, empalamiento y feminicidio. 

La familia Cely, que demandó a las Secretarías de Gobierno y Salud de la Administración bogotana, a  la Policía y a la Fiscalía por no prestar a tiempo  la atención  necesaria a Rosa Elvira, fue revictimizada, según expertos.

El pasado domingo se supo que la abogada de la Alcaldía alegó que Rosa Elvira “puso en riesgo su integridad y vida, hasta el punto de que Javier Velasco le cercenó su existencia; si Rosa Elvira Cely no hubiera salido con los dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en las horas de la noche, hoy no estaríamos lamentando su muerte”.

Por eso, ese mismo domingo, quien sintió “un dolor infinito” por esas declaraciones fue la periodista Martha Ordóñez Vera, alta consejera presidencial para la Equidad de la Mujer, ya que no dejó de pensar todo el día  en toda la lucha que ha dado desde su dependencia para sensibilizar  y capacitar a los funcionarios en el respeto por los derechos de la mujer. “Hay unos muy comprometidos, estudiosos, respetuosos de las víctimas, pero duele descubrir a los que no lo son”, se lamenta.

De ahí que considere que ante esta problemática “nos falta fortalecernos,  necesitamos funcionarios con más formación en derechos humanos y en géneros, más sensibles, que nunca revictimicen”. 

Lea también: Análisis de las lecciones que deja el escándalo por el caso Rosa Elvira Cely

¿Qué ha venido implementando  la Consejería que lidera para que las mujeres víctimas de violencia y sus familias no sean revictimizadas  por funcionarios del Estado?

Nosotros somos el ente rector de la política pública de equidad de género y  tenemos en nuestras manos comités, secretarías técnicas, subcomités, con los cuales le hacemos el seguimiento a la normatividad, a la política pública, como a los Conpes: el Conpesa 161 que es el de las mujeres, para garantizar una vida libre de violencias; el Conpes 3784 que es el de mujeres víctimas en el marco del conflicto. Está la ley 1267 de 2008 que es la ley de mujeres en Colombia y tenemos la 1719 que es la ley para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual, pero allí hay algo especial para las mujeres que han sufrido la violencia sexual en el marco del conflicto también; está también la ley de mujer rural. Sobre esa normatividad y todas esas herramientas es lo que informamos continuamente y  hacemos asistencia técnica en todo el país. 

¿Pero qué hacen concretamente?

Acompañar  en la formulación de los Planes de Desarrollo Territoriales. Por ejemplo, hemos estado con diputados, con alcaldes de varios municipios del Valle, con la gobernadora. Fuimos a la Casa Matria (hogar de refugio) y nos hemos sentado con sus funcionarias, que hacen una labor excelente. ¿Que las mujeres indígenas, las afro, las gitanas nos necesitan? Allá vamos. Que hay que hacer una reparación simbólica a las víctimas,  allá vamos.  Acompañamos a las organizaciones de mujeres que son vitales para nosotros en todo este proceso. Estamos trabajando  con organismos de cooperación internacional. Y la asistencia técnica se les lleva a comisarios de familia,  a funcionarios de las alcaldías, de las gobernaciones y a todos los que nos requieren.  Y enseñamos las rutas para garantizar ese proceso a tiempo, sin revictimizaciones, con  buena orientación. Las mujeres deben saber a dónde deben ir.

¿Cómo está Colombia en relación con el resto de países de América Latina en esta problemática de violencias contra la mujer?

Cuando en Colombia decimos que  cada dos días y medio una mujer muere a mano de su pareja o de su expareja eso quiere decir que estamos mal. Que tenemos que actuar. Ya hemos venido haciendo cosas,  ya se habla de esto, en los medios de comunicación no se cubría casi el tema y ahora podemos ver cómo se cubren este tipo de maltratos y violencias contra las mujeres en el país. En América Latina Colombia aparece ocupando los primeros lugares porque aún está marcadísima la cultura patriarcal que domina, que maltrata, que mira a la mujer como si fuera una cosa: si ella se quiere separar de mí la mato, la desaparezco o le echo una sustancia química en la cara para que no tenga la oportunidad de vivir o de rehacer su vida con otro hombre. 

¿Le preocupa el indicador que demuestra que un 11 % de   funcionarios  piensan que si la mujer no opone resistencia no hay violación?

Hay gente que todavía cree, y así lo reportaron los mismos funcionarios en un estudio que realizamos, que si la mujer que vive con un hombre y ha sido golpeada varias veces por este, maltratada emocional y psicológicamente y pasan los años y no ha sido capaz de denunciar, de acudir a una medida de protección es porque a ella le gusta. Eso hace parte también de esa brecha gigantesca que tenemos que sanar. Hay mucho por hacer, hay muchas víctimas de violencia sexual, emocional, física, en cantidades, y eso es en lo que  tenemos que avanzar: en tener  funcionarios  que atiendan todo esto como deben hacerlo. Y aquí la clave también está en prevenir. ¿Cómo? Formando  hombres nuevos con nuevos comportamientos, nuevas actitudes,  hombres respetuosos, que entiendan que nosotras tenemos nuestras formas de expresarnos,  de sentir, de transmitir y no por eso nos van a golpear y hasta a quitar la vida porque somos diferentes a ellos.

¿Tiene alguna estrategia o asesoría especial para el Valle que está ocupando primeros lugares en esta problemática de las violencias contra las mujeres? Buenaventura y Cali muestran altos índices de estos delitos... 

Nosotros todo el tiempo estamos en ese Plan de Choque que hizo el Gobierno para Buenaventura y lógicamente, una asesora está viajando, se reúne  con los organismos de género,  con los funcionarios de la Alcaldía de Buenaventura, de la Gobernación y todos los que trabajan en el tema.  Eso es para nosotros una prioridad. No tenemos Valle del Cauca solo, sino también a Buenaventura como si fuera un departamento. Mantenemos ese constante acompañamiento. 

En lo que estamos tratando de avanzar también es con la gobernadora Dilian Francisca Toro, una persona que se preocupa por el tema, que quiere generar un cambio, acompañar a las mujeres en la prevención y en garantizarles la atención sin que se  vulneren más sus derechos. 

Yo siento que el Valle  es un departamento comprometido. Cuando estuvimos en los primeros encuentros  y en otros espacios cuando aún no se habían posesionado y compartimos con los nuevos gobernadores y los nuevos alcaldes, siempre sentí a Dilian Francisca Toro con la inquietud y las ganas de que quiere avanzar en el tema, que estaba muy preocupada por la violencia de género que se estaba viviendo en el Valle del Cauca desde hace rato. La notamos a ella muy comprometida y la idea es que podamos avanzar y lograr que esas cifras bajen. Pero que no bajen porque las mujeres dejen de denunciar  sino porque de verdad se presente menos violencia, menos agresión y menos vulneración de derechos de mujeres en el Valle. 

¿En qué consiste el Sello Equipare para erradicar la desigualdad en el campo laboral?

Lo que se hace es certificar a las empresas que trabajan en garantizar la equidad salarial y la laboral. Lograr esa igualdad  es importante porque el país  presenta una brecha en esos dos temas. Trabajamos  de la mano con el Ministerio del Trabajo y la cooperación internacional.  Ojalá pudiéramos avanzar, quiero sentarme con la Ministra a ver cómo hacemos para acelerar esto. Las empresas tienen que contar con una persona que les dé  todo  el protocolo, el paso a paso para generar ese cambio, para que no se discrimine, para que la mujer también participe de labores que  a veces se pensaba que eran solo para hombres. Hay que promover muchísimo el teletrabajo para las mujeres cabeza de familia, son muchas cosas.

¿Qué resultados han obtenido con la Línea 155?

Esta línea  hace parte del plan para garantizar una vida libre de violencias,  que es uno de los ejes que tenemos en la política pública de equidad de género. Esa línea recibe  al día  como 900 o 1000 llamadas, cuando menos se recibe  son 700. La idea es orientar a las mujeres sobre sus derechos y la normatividad y se les da la ruta a seguir de acuerdo al tipo de violencia que están viviendo. Nosotros hacemos todo el tiempo la capacitación y la sensibilización de los funcionarios que la atienden: efectivos de la Policía Nacional. Y funciona en todo el país, 24 horas al día los 7 días de la semana.

Violencia psicológica

De acuerdo con un estudio  que la Consejería y otros entes realizaron,  la violencia psicológica es la que más golpea a las mujeres, en un 71  %. ¿De qué manera se ejerce?

Es un maltrato  que se ejerce de muchísimas maneras. Hay parejas que encierran a sus mujeres, las aíslan,  las alejan de su familia, de sus amigas, de su entorno, hasta dejan de estudiar o de trabajar inclusive.

 A la mujer la amenazan, la empieza a maltratar y a hacer sentir mal, se burla de ella ante sus amigos, la hace sentir culpable. Le indica cómo debe sentarse, cómo debe vestirse hasta qué debe comer. Lo que hace es anularle esa autonomía que pueda tener y esa es la clave de todas las mujeres: tenemos que ser autónomas, absolutamente empoderadas.

 Hay hombres que se  especializan en humillar, en ridiculizar a su pareja, que descalifica sus opiniones. El hecho de celarlas. Es una cosa de celotipia enfermiza que hace un daño terrible también. Eso por mencionarte algunas cosas.

A diferencia de la violencia física o sexual,  la violencia sicológica no es fácil de demostrar. En caso de un proceso por violencia intrafamiliar, por ejemplo, se necesitan de testigos que digan cómo la pareja la humillaba, la maltrataba, se burló de ella. Se necesita hacer una evaluación sicológica, siquiátrica forense. A través de estudios, de dibujos, de test,  los expertos en salud mental como los psicólogos  saben  qué tipo de problema tiene la mujer. Este es un tema delicado porque la mujer pierde la voluntad, la autonomía, la autoestima y esto hay que atenderlo, obviamente.

 

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