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Cuando me ternaron sabía a qué me exponía, Magistrado del CSJ

El magistrado Wilson Ruiz dice que se requiere de una reforma a la justicia, pero que no se debe hacer por ahora.

9 de febrero de 2013 Por: Redacción de El País

El magistrado Wilson Ruiz dice que se requiere de una reforma a la justicia, pero que no se debe hacer por ahora.

El recién elegido presidente de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, magistrado Wilson Ruiz, tiene claro que el país requiere de una reforma a la Justicia, pero advierte que “no creo que el momento actual sea el más propicio”.Este vallecaucano, nacido un 24 de junio del 67, reconoce el desprestigio que tiene la Judicatura, pero deja claro que su no eliminación sirvió para darle un segundo aire y obliga a que asuman retos con mayor responsabilidad.¿Cuál es su principal reto en el Consejo Superior de la Judicatura?Cuando a mi me llamaron de Presidencia para que aceptara una terna y me ternaron yo sabía a qué me exponía. No es un secreto que el Consejo es una institución que han querido abolirla, sepultarla, pero como se cayó el acto legislativo que la suprimía, pues vemos que después de las tormentas vienen las aguas más tranquilas y en eso estamos. Es un reto difícil, estoy preparado profesionalmente y sé el gran compromiso que tengo con el país.¿Cómo cambiarle la imagen a una institución que ya quedó en la picota pública?Hace unos días elegimos como presidente del Consejo al doctor Pedro Sanabria; quedó como vicepresidente José Agustín Suárez; en la Administartiva Édgar Sanabria. Acaban de llegar dos magistrados que, a mi criterio, son lo mejor del país: Francisco Ricaurte y Pedro Munar. Entonces, me parece que la llegada de todas estas personas está oxigenando una institución que, desafortunadamente, ha sido permeada. Otra cosa que he visto es que todos los comentarios y cosas que dicen en la calle, en el fondo no resultan ser ciertos. Entonces el ‘carrusel’ pensional ¿es mentira?Mire con el ‘carrusel’ de las pensiones, la ley contempla en ese momento quiénes pueden optar a una pensión y la gente lo hacía, pero lo que no estoy de acuerdo es que gente que está a unas semanas entra a pensionarse a costa del erario público. Segundo, lo de las pensiones altas que está a punto de salir en la Corte Constitucional, este sí me parece a mí bastante relevante no tocarlo, porque a mi parecer no hay inequidad, es decir que si alguien ha cotizado durante 20 o 25 años un promedio de $20 millones, en mi criterio, deben respetarle eso. El tercer punto que hay que tener en cuenta, si hay una ilegalidad en alguna pensión obtenida por alguien yo invito a que la gente interponga la correspondiente demanda y que pida una suspensión provisional para que no se le siga pagando. Si no hay inequidad, ¿para qué demandas?Considero que se debe entrar a reconocerle con base en 25 salarios mínimos para altos funcionarios como congresistas, nosotros, etc. teniendo en cuenta lo que estipula el acto legislativo de 2005. Me parece que de ahí para atrás no se puede tocar eso, porque la gente viene con una expectativa. ¿Cómo ve la tutela en estos momentos?Desde esta jurisdicción se puede hacer mucho y hay tutelas contra sentencias y en mi caso particular si una alta corte entra a rechazar una tutela o no la reconoce se están afectando derechos fundamentales. El problema es que la gente habla que hay un constante enfrentamiento de las altas cortes, no. Como académico y jurista pienso que cuando se afectan derechos fundamentales tenemos que garantizar esos derechos independientemente que sea de conocimiento de cualquier Corte.Usted toca un tema clave y es el choque de trenes y este se presenta porque no se ha definido cuál es la Corte de cierre...Acá hay algunos magistrados de otras cortes que cuando presentan tutelas contra ellos mismos la desconocen y se la entregan a otra sala que la declara improcedente. La Corte Constitucional ha dicho que cuando se le niega ese derecho a una persona a que pueda acudir en tutela pueden acudir a cualquier juez del país. Entonces, con el dolor del alma, hay una inseguridad jurídica, porque un juez municipal promiscuo puede echar para atrás una sentencia de la sala de casación penal y la echa para atrás porque ellos no fueron capaces de tramitar una sentencia contra ellos mismos. Como no hay un órgano de cierre, yo comparto las tutelas contra sentencias judiciales.Ante los vacíos que hay en la rama, ¿es indispensable una reforma a la Justicia?Pienso que sí. Yo he sido un defensor a ultranza de varios congresistas y no me da pena decirlo. Que es un órgano que está desprestigiado por un grupo minoritario, es cierto. Que hay un grupo minoritario de jueces y magistrados de tribunales que nos han hecho quedar mal, es totalmente cierto, pero no podemos generalizar y considero que es más la gente buena que la que anda en malos pasos. En estos momentos nos han dado un gran respiro porque era un hecho que nos acababan, entonces esta gran oportunidad que nos han dado es para que seamos más fuertes. Entonces, hay que tener en cuenta que una reforma a la Justicia sí toca hacerla más adelante, no creo que el momento actual sea el más propicio porque han quedado golpeadas las altas cortes, el Congreso, el mismo Gobierno.¿Es una herida abierta?Todavía está abierta. Creo que es mejor esperar un poco porque a veces las fisuras, las heridas tardan un poco cicatrizar y no es el momento para ello, porque era un acto legislativo que desafortunadamente se desvió al final del camino y creo que más adelante se puede entrar a enderezar.Pero, mientras sanan esas heridas el ciudadano de a pie sigue siendo víctima de una justicia con serias falencias...Si nosotros formamos verdaderos profesionales del derecho cada día van a presentar menos demandas. El 70 u 80% de las demandas no tienen prosperidad, es decir que el abogado la presenta con su ánimo ambicioso de quererse ganar unos pequeños honorarios a sabiendas de que ahí no hay nada.¿No será entonces que el ‘tinterillo’ surge porque en Colombia por cada problema que existe hay una nueva ley?Los abogados buscan cualquier pretexto para acudir a las jurisdicciones contenciosa u ordinaria. Un ejemplo: las acciones populares, antes la norma decía que quien la instaurara por moralidad administrativa le vamos a dar de 10 a 150 salarios mínimos, como ya acabaron la recompensa de tener 1000 o 1500 demandas semanales, solo en Bogotá, hoy solo hay 2 o 3. La gente iba solo por el dinero.

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