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Cambio en lucha antidrogas centra debate de expertos internacionales en Bogotá

Expertos y analistas que asistieron a la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas reconocieron que la batalla contra las sustancias ilícitas en el continente se está perdiendo.

6 de diciembre de 2012 Por: Oriana Garcés Morales | Reportera de Elpaís.com.co

Expertos y analistas que asistieron a la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas reconocieron que la batalla contra las sustancias ilícitas en el continente se está perdiendo.

El aumento del consumo en cada país, la estabilidad del mercado de las drogas ilícitas y los altos índices de criminalidad relacionados con el narcotráfico, son algunos de los problemas que hicieron preguntarse a un grupo de expertos del continente americano: ¿se está perdiendo la lucha contra las drogas? En el marco de la IV Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas, investigadores y miembros de diferentes gobiernos reconocieron que la lucha frontal y penal contra la producción de sustancias psicoactivas, planteada en 1961 durante la Convención de Estupefacientes de Naciones Unidas, no ha dejado los resultados esperados y, por lo contrario, ha ocasionado una historia de violencia, inequidad y violación de los derechos humanos. “La violencia del mundo está aquí y no se cuenta”, dijo el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, en el acto de apertura del evento, que se llevó a cabo en esa ciudad el 4 y 5 de diciembre. El mandatario reflexionó sobre por qué 45 de las 50 ciudades con mayores índices de homicidios en el mundo son americanas, (cinco de ellas colombianas) y no de países del medio oriente, donde se llevan a cabo guerras e incursiones militares. Por esta razón, aseguró que la violencia en el continente no se mitigará “si no somos capaces de plantear una nueva política respecto a las drogas. Por donde la prohibición de las drogas pasa y eleva la precios de las sustancias psicoactivas, la captura de dineros es tan alta que los seres humanos son capaces de apropiarse de la masacre”. Petro aprovechó para poner de ejemplo las políticas sobre drogas en ciudades como Vancouver, Canadá, donde los índices de violencia son bajos y hay programas de regulación del consumo de sustancias ilícitas, similares a los Centros de Atención Médica para Adictos a las Drogas (Camad) que se implementaron este año en Bogotá y que ya han atendido a 6.700 personas. Además, denunció que uno de estos centros fue amenazado con ser quemado por “las mafias de las zonas donde están ubicados. El Camad fue visto como objetivo del terror”. El viceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa de Colombia, Farid Samir Benavides Vanegas, coincidió en la necesidad de un cambio a nivel político para la lucha contra el narcotráfico. “A pesar de los éxitos y las cifras de las intervenciones, capturas y decomisos, entendemos que hay un problema con las políticas sobre drogas”, dijo el funcionario y afirmó que a los problemas de violencia hay que agregarle el aumento del consumo interno de sustancias ilícitas, pues del 5% de los colombianos que en 1996 aceptaron consumir droga en algún momento de su vida, se pasó a un 8% en la actualidad. A pesar de este panorama, la argentina Graciela Touzé, presidenta de la organización Intercambios Asociación Civil, -entidad organizadora del evento- afirmó que “estamos en un momento propicio, en el que numerosas y calificadas voces se alzan a lo largo y a lo ancho de nuestra América Latina, reclamando la transformación de esta realidad y atreviéndose a propuestas renovadores”. Esta posibilidad de un cambio fue compartida por Coletta Younges, asesora principal de la Oficina en Washington para Asuntos Lationamericanos, quien señaló que “es la primera vez que siento que hay un debate real y por fin no sólo por expresidentes, sino también por presidentes en ejercicio como Juan Manuel Santos y Otto Pérez Molina”. Los panelistas también expresaron que el problema de drogas en el continente no está relacionado solamente con la producción de narcóticos y la violencia que ésta desemboca, sino con la atención al consumidor de sustancias psicoactivas. Daniel Wolfe, director del Programa Internacional de Reducción de Daños de la Fundación Open Society, señaló la importancia de que el tema de las drogas sea tratado “como un problema de salud pública y no un problema criminal”. Denunció, además, que en países como México y Guatemala las condiciones de rehabilitación para los adictos son precarias y que éstos sufren de problemas como hacinamiento y castigos físicos. Por su parte, Juan Carlos Celis, director general de la Fundación Procrear de Colombia, explicó que “es imposible pensar un mundo sin drogas. Por esa razón, los tratamientos no pueden tener como punto de partida la abstinencia del usuario”. La propuesta de Celis es “pasar de una postura basada en unapolítica de ‘rehabilitación del adicto´ a otra que impulse la participación activa de la comunidad, organizaciones y ciudadanos para modificar la relación de los usuarios con las drogas”.

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