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Caballero quería que sus amigos caleños lo despidieran bailando

Amigos y colegas en Cali recuerdan anécdotas y momentos con el gran periodista que soñaba con terminar sus últimos días en esta ciudad.

17 de diciembre de 2013 Por: Elpais.com.co

Amigos y colegas en Cali recuerdan anécdotas y momentos con el gran periodista que soñaba con terminar sus últimos días en esta ciudad.

La muerte del 'Señor Reportero' de Colombia, Antonio José Caballero, ese caleño amante de la salsa, de los toros, hincha del América, religioso y con gran olfato periodístico, deja en toda Colombia, pero especialmente en Cali, varios corazones rotos. Amigos que lo recuerdan como un ser excepcional y un profesional ejemplar.Uno de sus grandes amigos, Luis Guillermo Restrepo, director de opinión de esta casa periodística, recuerda a Antonio José "como un volcán, una explosión de risa, temperamento, un hombre directo, con un gran humor negro, que no tenía reparos en decirle a cada quien lo que pensaba, soñador y defensor de la paz, crítico de las Farc y amigo de las familias de los secuestrados". Y destaca su enorme aporte al periodismo colombiano. "El periodismo nacional ganó mucho con Antonio porque siempre fue fiel a su profesión, un ejemplo de lo que deber ser un reportero, con un compromiso inmenso. Deja un legado para las nuevas generaciones de cómo debe ser un reportero, con esa agudeza, esa sensibilidad para descubrir la noticia, para estar en el lugar indicado y dar lo mejor", concluyó Restrepo.Paola Gómez, jefe de información de El País, recuerda a Caballero como un ser que amaba a Cali. "Lo que más destaco es su amor por Cali, cómo sentía esta ciudad, cómo la sufría, fíjense que en su última columna es dedicada a Cali. Hincha hasta los tuétanos del América, salsero y amigo de los periodistas caleños, cálido. Con su nombre y su prestigio, cualquiera podría creer que era un hombre encopetado y creído, pero no, era todo lo contrario, absolutamente sencillo y amable hasta con el más novato de los reporteros". Por su parte, Diego Martínez, director de Información de El País, lo recuerda como un ser lleno de vida, divertido y de gran humor. "Irse a almorzar con Caballero era un placer único, pero como periodista admiré una condición única que tenía Antonio José y fue que nunca se dejó seducir por los honores de los generales y quiso permanecer siempre como un reportero. No quiso una gran oficina con mucha gente a su mando sino que se dedicó a contar historias y su legado es la esencia del periodismo es la reportería, es la grabadora y es la calle". Ossiel Villada, jefe de redacción online de El País, recordó la que fue la última tertulia de Antonio José Caballero en Cali, el pasado 29 de noviembre: "Yo lo llamaba ‘el Caballero de la Salsa’. Porque era un amante de las buenas músicas del mundo, pero llevaba la salsa en las venas. En la noche de lanzamiento del libro ‘El delirio de Cali’, en el que ambos participamos como escritores por invitación de la Fundación Delirio, me dijo: “Una de las cosas por las que estoy más agradecido en mi vida es Cali, la salsa, y todo lo que viví y aprendí aquí, andando la calle”. Sostiene que, sin saberlo, Antonio José vino hace 15 días a despedirse de Cali. Y lo hizo como quería: hablando de salsa, recordando cómo la salsa le había marcado la vida. "Esa noche me confesó que no quería estar más en Bogotá, que andaba buscando un apartamento en San Antonio o El Peñón porque quería venirse a vivir definitivamente a Cali para gozar de la brisa que baja de Los Farallones a las cuatro de la tarde. Que añoraba este sol, este verde. Al día siguiente, en una velada en casa de su gran amiga Isabella Prieto, le pregunté por qué se acordaba tanto de Piper Pimienta. “Porque me hubiera gustado tener todo ese sabor del negro”, me contestó, y a renglón seguido me dijo que la canción que más le gustaba de Piper era ‘A la memoria del muerto’. Y recitó, sin cantarla, aquella estrofa maravillosa que dice así: “Yo no quiero que me hablen de pena ni sufrimiento. Yo quiero vivir mi vida alegre, feliz, contento. El día que yo me muera no quiero llanto ni rezo. Que traigan mucho guardiente, queden todos bien contentos, y que bailen mis amigos a la memoria del muerto…” Era la despedida de su Cali del alma", relató el periodista caleño.La periodista Isabella Prieto, una de las personas más cercanas a Antonio José Caballero en Cali, habló con él hasta pocas horas antes de su fallecimiento. “ Yo hablaba con él casi todos los días y la última vez fue el lunes en la noche. No se sentía muy bien, pero aún así me dijo que venía para la Feria. Había estado muy feliz con el lanzamiento del libro ‘El Delirio de Cali Vol.2’ y quería volver a reunirse con los amigos salseros aquí. Yo lo estaba ayudando en la búsqueda de una casa aquí. En noviembre había estado en la Bienal de Danza y rumbeó en Delirio hasta la una de la mañana a punta de agua, porque obviamente era lo único que podía tomar. Y me decía “Yo les salgo muy barato, vuélvanme a invitar”. “Antonio José era un encantador de serpientes, un hombre cálido, sencillo, lleno de humor y de sencillez, leal a sus amigos, apasionado por la vida; de verdad, era todo un caballero” , agregó Isabella.Para ellos, y muchos otros caleños que conocieron y compartieron con Antonio José Caballero, su muerte es una triste noticia que desde ya enluta la Feria de esta ciudad que siempre acogió a un salsero de corazón.

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