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“Apoyo a Juan Manuel exclusivamente por amor”: Primera Dama

“Las circunstancias han ido determinando que yo me haga más visible, pero estrictamente en el campo de lo social”, dice la primera dama de la Nación, María Clemencia Rodríguez de Santos, ‘Tutina’.

29 de mayo de 2011 Por: Margarita Vidal | Redacción de El País

“Las circunstancias han ido determinando que yo me haga más visible, pero estrictamente en el campo de lo social”, dice la primera dama de la Nación, María Clemencia Rodríguez de Santos, ‘Tutina’.

‘Tutina’. Le gusta que la llamen así. Desde la campaña pidió que todo el mundo se dirija a ella con el apelativo que ha escuchado toda la vida. Para hacer un somero perfil de la mujer del Presidente, hay que empezar por decir que es realista y aterrizada, además de bella e inteligente, que sabe muy bien lo que quiere y lo que no, que maneja un acertado criterio sobre las situaciones y las personas, y que no se cree la carreta del poder y sus oropeles. Desde el mismo instante en que ocupó el escritorio de su oficina, ‘Tutina’ entendió que los presidentes están de paso y que el aparato burocrático permanece. En Casa de Nariño hay muchísimo personal antiguo que ha visto pasar presidentes, primeras damas, secretarios y consejeros por decenas y que no se arrugan con el novato que llega. Hay que contar también que estudió Diseño Gráfico y que a partir de allí trabajó en sucesivas entidades como la Caja Social de Ahorros, Colmena, el Ministerio de Comunicaciones, el Banco de la República, y el Museo de Arte Religioso. En 1987 se casó con Juan Manuel Santos y viajó a los Estados Unidos porque él se había ganado una beca Newmann, para estudiar en la prestigiosa Universidad de Harvard.A su regreso al país, venía embarazada de Martín, su primer hijo, y Francisco Ortega, gerente del Banco de la República, que había sido su jefe, le encargó la dirección del Museo de Arte Religioso. Este trabajo le permitió aprender mucho sobre el arte de la Colonia y su bellísima imaginería, elaborada por maestros talladores y pintores de la época. ‘Tutina’ trabajó sin problemas durante sus dos primeros embarazos -Martín y María Antonia- pero con Esteban, el menor, debió retirarse porque nació prematuro. Amiga de sus hijos, le gusta tener fama de supermamá, porque los consiente y vive pendiente de ellos. Cree que los muchachos de hoy son despiertísimos, informados, abiertos y descomplicados, a tal punto, que demandan argumentos, diálogo directo y sincero, y atención sin exageraciones. Piensa que conversar con ellos, arruncharlos, saber cómo piensan, es fundamental para lograr una relación armónica. Para el Presidente ha sido amiga, cómplice y la mamá de sus hijos. Una compañera incondicional que hoy se pone la camiseta de Colombia para apoyarlo en su difícil labor, y en la ingente tarea de llevar consuelo y ayuda a los damnificados del invierno. En los cuatro confines de la tragedia, ellos esperan una voz de aliento en medio del drama. ¿Cuántas personas han sido afectadas directamente por la tragedia invernal? Alrededor de 3’120.268 personas han sido afectadas por esta temporada de lluvias. Estamos hablando de 729.829 familias, que necesitan ayuda y, sobre todo, la seguridad de que el gobierno no los abandonará. ¿Cuántos y cuáles municipios ha visitado desde la iniciación del invierno?Alrededor de 40 municipios como La Dorada (Caldas), Gamarra (Cesar), Timbiquí (Cauca), San Miguel de Sema (Boyacá), Mosquera (Cundinamarca), Villa Canto (Chocó), Funes (Nariño), Baranoa (Atlántico). Y en capitales como Pereira, Cartagena, Cali y Medellín. Trato de visitar dos municipios por semana.La administración pública es un paquidermo. Diferentes funcionarios se quejan de que en un país santanderista como éste, todo se mueve con una desesperante lentitud. ¿Qué es lo más molesto que ha encontrado?Quienes están en la administración pública saben lo dispendioso que resulta cualquier trámite. Pero a quienes están en situaciones terribles-literalmente con el agua al cuello- y que no están al tanto de esas dificultades, se les agota la paciencia y experimentan sentimientos de desesperanza, de frustración y síndrome de abandono. Por eso tratamos de atender sus necesidades primarias y de llevarles una voz de aliento para que sepan que no están solos, que el gobierno no los va a abandonar. ¿Cómo está actuando el gobierno para solucionar tantos problemas?Se ha estado haciendo camino al andar, pero tengo la certeza de que el gobierno y Colombia Humanitaria no han ahorrado esfuerzos para atender las necesidades de los damnificados, con las dificultades de un invierno que no da tregua. Sucede también que éste es un trabajo a largo plazo, en el que, una vez venga la temporada seca, habrá que reubicar barrios enteros, hacer viviendas, colegios, vías. Para reconstruir a Colombia se necesitan mucho más que días. Cada familia es un drama; recuerdo uno entre miles de casos tristes: a una campesina que vivía con un perro y cuatro vacas, y se le inundaron la casa y el terreno. Tuvo que vender tres de sus vacas por el precio de una, para poder alimentar a la única que le quedaba. Advertí que usted viaja con poquísimo séquito, de modo que veo su tarea como algo personal.La verdad es que nos apoyamos en las autoridades locales, en la fuerza pública y en el equipo de la Alta Consejería para Programas Especiales, pero es cierto que no viajamos con un grupo muy grande. ¿Qué otros frentes cubre el despacho de la Primera Dama? Aparte del tema del invierno dedicamos una gran parte del tiempo a apoyar la primera infancia por medio del programa ‘De Cero a Siempre’, una estrategia de la cual soy vocera, porque estoy convencida de que sólo si apoyamos el desarrollo infantil de una manera integral, dando amor, proporcionando nutrición y todo lo necesario para el desarrollo cognitivo de los niños de 0 a 5 años, podremos tener una sociedad más desarrollada y equitativa. Durante el lanzamiento de este programa, el profesor James J. Heckman, Premio Nobel de Economía del año 2000 y experto en el tema demostró que la inversión más rentable de un país es la que se hace en la protección de la primera infancia. Fue nuestro invitado de honor y aceptó venir porque encontró que este gobierno está muy comprometido con el tema. Algunas primeras damas han tenido grandes equipos para realizar su labor. ¿Quiénes integran el suyo?María Cristina Trujillo, la Alta Consejera de Programas Especiales. Esa Consejería es el ente articulador de nuestros programas con los ministerios y otras entidades del estado. Están también Liliana Arias y Constanza Alarcón, asesoras y un grupo de arquitectos jóvenes, que manejan el tema de infraestructura para el programa de Primera Infancia. Y en mi oficina, mis secretarias, María Fernanda Carvajal y yo. Creo recordar que usted fue pionera en el tema de la Responsabilidad Social de las Empresas, hace ya tiempo.Sí, yo trabajaba en Relaciones Públicas del Banco de la República cuando las empresas empezaban a acoger, muy tímidamente al principio, el concepto de responsabilidad social. El Banco tenía doscientos millones de pesos anuales para desarrollar programas sociales. Era mucho dinero entonces. Se recibían miles y miles de solicitudes de todo el país y se atendían en orden de prioridad. ¿Diría que con la catástrofe invernal, usted ha podido comprobar el desarrollo de esa semilla que sembró?De una manera realmente impresionante. La solidaridad de las empresas y en general de los colombianos, ha sido abrumadora. Las cifras lo dicen todo. Quizás es la primera vez que los colombianos logran reunir una cifra de esas proporciones: ¡alrededor de $185.000’000.000 hasta el momento, imagínese! Es algo sin precedentes que agradecemos de corazón y que, a pesar de que es un platal inmenso, no alcanza para tantas necesidades. Afortunadamente el Presidente y el Ministro de Hacienda han agenciado fondos para atender la reconstrucción del país.¿Qué estimuló en usted esa sensibilidad social que hoy la hace recorrer el país en todas direcciones, para llevarle a la gente afectada una voz de aliento?Me la inocularon en mi casa y en el colegio. Mi mamá trabajaba con un grupo de amigas, en un costurero en el que se hacían sacos, patines, medias, cobijas, y decenas de canastillas dotadas de todo lo necesario para los bebés. En el hospital se las donaban a madres de escasos recursos. En mi colegio, el San Patricio, Emma Gaviria era totalmente contundente en señalarnos las responsabilidades que teníamos con las personas desprotegidas. Supongo que habrá que apelar a una solidaridad sostenida porque las lluvias no dan tregua.Permanentemente estamos recibiendo donaciones. Las primeras las reunimos en Hato Grande, en el mes de noviembre, cuando cayó el primer aguacero. Dijimos: ¡Tenemos que hacer algo! Y como Juan Manuel realizaba una reunión de trabajo, les pasamos el sombrero a los ministros y nos dedicamos a llamar gente, fundaciones, empresarios. De allí surgió Colombia Humanitaria.¿Y qué hace Colombia Humanitaria?En principio salvar vidas. Tratar de que nadie se muera, que la gente no deje de comer y que tenga algún refugio. Colombia Humanitaria es la que maneja los dineros. Yo no pertenezco a su estructura, simplemente soy una voluntaria que recoge la plata y ayuda en la entrega de los mercados y los auxilios. ¿Cuál es su propósito central en este gobierno?Continuar con la labor humanitaria en todo el país, para tratar de aliviar el sufrimiento de tantos colombianos. En segundo lugar, le repito que me da mucha satisfacción trabajar para que este gobierno deje establecida una política estatal de primera infancia. Por supuesto, también tengo que ver con el tema de la mujer, las madres comunitarias, las madres cabeza de hogar, el embarazo de las adolescentes. Usted manejaba un bajo perfil, pero ahora vemos a una mujer dinámica, comprometida, que maneja con propiedad los micrófonos y no tiene miedo de hablar en público. ¿Qué cambió?Las circunstancias han ido determinando que yo me haga más visible, pero estrictamente en el campo de lo social. Siempre he querido tener muy poca injerencia en los temas políticos, que no manejo, ni quiero manejar nunca en la vida. Cuando en la campaña algunos asesores me preguntaron qué quería hacer, les dije: “me queda más fácil decirles qué no quiero hacer. No quiero que me impongan tareas, ni me digan qué tengo que hacer o cómo me tengo que vestir. Voy a hacer lo que me nace”. Así lo he manejado durante estos diez meses y así lo seguiré haciendo. Algunos piensan que a usted le está empezando a gustar la política.No. Yo en la política veo la oportunidad de servir a la comunidad y ése es el frente que me gusta. Por circunstancias políticas estoy donde estoy, prestándole un servicio a Colombia, lo cual me parece maravilloso. Pero si su pregunta se refiere a si me gustaría hacer política activa y militante, le contesto que de ninguna manera. ¿Qué trajo de su casa a la Casa de Nariño?Una maleta, para andar ligera de equipaje, mi Pepe Grillo y el altarcito que nunca desamparo, algunos objetos personales y cosas del espacio privado de nuestras habitaciones. ¿Por qué un Pepe Grillo?Como todos sabemos, Pepe Grillo es la conciencia. Algo que nunca debemos abandonar, ni desoír. La conciencia es la que le dice a uno qué está bien y qué está mal. Eso se los he inculcado a mis hijos y es lo que he compartido con Juan Manuel toda la vida.¿En la Casa de Nariño hay misa todos los domingos?Hay misa los primeros viernes de cada mes. En eso soy completamente respetuosa de la libertad de cultos y entiendo que aquí no estoy solamente yo sino también docenas de personas, que profesan diferentes creencias. El capellán es el Padre Astolfo, que también lo es de La Catedral Primada de Bogotá. Tiene una hermosa historia, que yo no conocía, y es que se le apareció la Virgen y por eso se volvió sacerdote. Quienes quieren asistir a la misa lo hacen, y cuando yo voy, pregunto si alguien me quiere acompañar, pero es electivo. Yo no impongo nada. Usted se puso la camiseta de su marido, cuando él decidió su carrera por la presidencia y se retiró de El Tiempo. Una vez lograda la meta, ¿qué sensación experimenta?Ya va a ser un año y todavía me cuesta trabajo creer que Juan Manuel es el Presidente. No sabe la sensación que me da cuando me dicen por el teléfono: “Le va a hablar el señor Presidente” y resulta que el señor Presidente es mi marido. Fue una carrera difícil porque el ejercicio político es arduo. Durante la campaña a veces me preguntaba cómo había sido capaz de pronunciar discursos y de seguir las exigencias políticas. La respuesta es que lo hice por él. Mi apoyo a la carrera de Juan Manuel ha sido, exclusivamente por amor.¿Qué le preocupa ahora? No poder darles solución a todas las necesidades, al menos las básicas, de tanta gente desposeída. Quisiera tener una varita mágica para resolver las necesidades de todos aquellos que escriben miles de cartas a esta oficina. Diariamente leemos los casos tristes de aquel al que le van a quitar la casa, del niñito que necesita una cirugía, del muchacho que quiere estudiar, o del profesional que no encuentra trabajo. Toda esa es gente que se toma el trabajo de escribirle a uno con una esperanza y resulta muy duro no poder ayudar a todos.

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