El pais
SUSCRÍBETE

A precio de whisky

La oferta de “degustaciones” de 2 y 3 cajas en la Industria de Licores del Valle les salió más caro a los vallecaucanos que lo que creyó el ex gobernador Abadía con sus amigos.

2 de marzo de 2012 Por: Josías fiesco / Estudiante de Ciencias Políticas.

La oferta de “degustaciones” de 2 y 3 cajas en la Industria de Licores del Valle les salió más caro a los vallecaucanos que lo que creyó el ex gobernador Abadía con sus amigos.

La oferta de “degustaciones” de 2 y 3 cajas en la Industria de Licores del Valle les salió más caro a los vallecaucanos que lo que creyó el ex gobernador Abadía con sus amigos, incluido su pupilo Useche. La herencia de $107.231 millones de detrimento patrimonial nos dejó en cuidados intensivos, y las tres salidas para superar la crisis son de pronóstico reservado. Un plan de salvamento con recursos propios de la Gobernación, para que la ILV siga siendo pública, significaría hacer un recorte a recursos de educación, salud, seguridad u otros, que reducirían las metas regionales porque faltaría plata. La segunda opción es cambiar la naturaleza jurídica con una ordenanza, que permita la llegada de capital privado, aunque la acercaría los vientos privatizadores. Imagino que es la propuesta por la que habrá más de un ‘paisa’ en los pasillos del Palacio de San Francisco, haciendo cuentas sobre este “negociazo”, como dice Uribe, “gallina de huevos de oro”. Si ninguna de las dos anteriores funciona, la restante es que bajo el lema: ‘la Licorera es de todos’, se aumenten el doble a los precios de los producto, para así llenar el costal del que otros no dejaron ni el aroma. Si el precio actual de una botella de Aguardiente Blanco en un supermercado es de $20 mil, y en un bar, $80 mil, qué decir si deciden cobrarnos el doble. Resultaría mas costoso el ‘Blanco Blanco’ que una botella de whisky, que sin duda motivaría a los consumidores a preferir, por sus precios, productos de otras regiones y extranjeros, perdiendo el mercado en nuestra plaza. Así las cuentas, nos dejarían tomando borojó, cholao o jugo de chontaduro para decir que tomamos algo nuestro. No es un secreto que esa “oferta de degustaciones” por cajas bajo la dirección de unos cuantos personajes, terminaron en los barrios populares en busca de “voticos”, y como únicos beneficiados candidatos al Congreso promovidos desde la Gobernación. Mientras, dejaron empeñados al resto de vallecaucanos, ahora en apuros por resolver “su afición por el poder”. Así tomaremos aguardiente Blanco del Valle a precio de whisky.

AHORA EN Colombia