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Yo no dejé a Yopal sin agua: nuevo Gerente de Acueducto de Emcali

Daniel Hernando Posada, nuevo gerente de Acueducto y Alcantarillado de Emcali, habló con El País y le salió al paso a críticas sobre su llegadas a las Empresas Municipales.

30 de enero de 2016 Por: Diana Carolina Ruiz Girón | Reportera de El País

Daniel Hernando Posada, nuevo gerente de Acueducto y Alcantarillado de Emcali, habló con El País y le salió al paso a críticas sobre su llegadas a las Empresas Municipales.

El ingeniero Daniel Hernando Posada Suárez es quien se encargará  de ahora en adelante del menudo tema del agua en Cali.  Es el nuevo gerente de Acueducto y Alcantarillado de Emcali y en torno a su nombramiento se ha dado mucho ruido, por quienes cuestionan que venga de la empresa de aguas de Yopal, que  no solo es lejana sino que ha estado en crisis.  En el Concejo le han llovido críticas. Dicen que usted viene de comandar el acueducto de  Yopal, que tiene serios problemas de abastecimiento... No vine a hablar del tema de Yopal a Cali, pero si alguien quiere tener información, lo invito a que vaya a Yopal para que de primera mano se entere de lo que yo hice. Cuando llegué no había agua potable, producto de malas decisiones y de una  situación social y política  complicada. Al irme, dejé al 60 % de Yopal con agua, con una solución a corto plazo del otro 40 % que está implementándose en este momento, y con una solución definitiva contratada y en ejecución.  ¿Por qué se fue de allá? Dicen que pidieron su renuncia porque su gestión era cuestionable… Cuando la situación estuvo crítica, hasta la Comisión Sexta del Senado fue a Yopal. Por situaciones de poder, el Alcalde pidió mi renuncia. Cuando uno toma decisiones, pisa muchos callos y muchos intereses. Yo dependía de la Superintendencia de Servicios Públicos, no del Alcalde y del Gobernador, porque la empresa estaba intervenida. Pero tenía que hacer alianzas con el Municipio y el Gobierno para desarrollar proyectos. En ese escenario político y por decisión personal, me quedaba muy difícil sentarme con una persona seriamente cuestionada,  una persona calificada como  Alias ‘Jhon Calzones’, yo no me iba a sentar en una mesa con un Alcalde que había salido de la cárcel. Yo no dejé a Yopal sin agua,  esas fueron las razones por las que renuncie.  Critican que usted no sea caleño y usted no conoce la ciudad… Si es por tamaño de ciudad, yo trabajé 10 años en el cuerpo directivo de la Empresa de Acueducto de Bogotá y bajo mi responsabilidad se hicieron inversiones por más de US$300 millones. Los argumentos que están presentando sobre mi llegada no viene al caso.  No es un requisito que para gerenciar una empresa uno sea nacido en la ciudad donde ella está. ¿Cuál ha sido su cercanía con Emcali? Llevo trabajando en el sector más de 30 años, en diferentes escenarios me he encontrado con los ingenieros de Emcali y nos conocemos entre directivos de esta empresa desde hace mucho tiempo. Creo que en la medida que se vayan haciendo cosas, se podrá evaluar la gestión.  ¿Cómo encuentra esta gerencia? Hay un tema de coyuntura, que lo vive todo el país, no solamente Cali, y es el del Fenómeno del Niño. Hay una alta vulnerabilidad en el sistema debido a esto. Pero también hay una vulnerabilidad de la calidad del agua del río Cauca, del que hay una gran  dependencia. Hay que definir sistemas alternos de captación y abastecimiento de la ciudad. No se puede dar más espera entonces… En ese aspecto del agua no se puede dar más espera, hay que tomar decisiones. Es posible que en la administración actual no se alcancen a hacer todas las obras que se van a requerir, pero sí por lo menos se debe decidir y definir, no solo por parte de la empresa,  también por la  CVC. ¿Desde su mirada, qué solución podría ser la más viable? No he entrado a ver en detalle los estudios, pero lo que sí se sabe es que las grandes ciudades tienen sistemas de embalses o almacenamiento de agua cruda que minimizan la vulnerabilidad de los sistemas de abastecimiento. Bogotá, por ejemplo, tiene los de  Tominé,  Sisga,  Neusa,  San Rafael, Chuza y  Tunjuelo. ¿Qué tan viable es la construcción de embalses en Cali? Eso requiere recursos y tendremos que salir a buscarlos. Se pueden hacer acuerdos con la Corporación o con la Nación,  pues a veces son obras sumamente costosas y seguramente, con las condiciones actuales, Emcali no podría acometerlas. ¿Cree que es probable que el 70 % de la ciudad entre en racionamiento, por las condiciones que hoy presenta el río Cauca? Es difícil dar esa respuesta, porque eso depende de las condiciones climáticas, pero si llegamos a abril y sigue la   falta de lluvias, lo más seguro es que sí nos veamos abocados a un racionamiento. Estamos haciendo todo lo posible para que la población no se vea afectada, pero se vuelve imposible tomar agua de donde no la hay. Este es un momento financiero complicado de Emcali, con un presupuesto general con saldo en rojo y con un panorama que advierte menos recursos de inversión si no se renegocia la deuda del billón de pesos que se le debe a la Nación. ¿Cómo encuentra la Gerencia en materia económica? Pues está bastante apretado el presupuesto, pero creo que sucede en todos los negocios. Tendremos $68.000 millones de recursos propios y más de $100.000 que llegarán por la Nación. La ciudad va a requerir muchos proyectos de inversión, los cuales hoy no están financiados.  Nos tocará priorizar en obras que se reviertan en mayores beneficios para los usuarios. Aquí el reto es hacer con poco. Si no se logra refinanciar la deuda, lo que se ve comprometido no solo es la atención de los daños de acueducto, también el mantenimiento del sistema de abastecimiento como tal, lo que aumentaría su vulnerabilidad en materia de operación. Cali pierde el 57 % del agua que trata, lo que es escandaloso. ¿Qué hará en este frente?  Ya por lo menos se tiene identificado que el 60 % de esas pérdidas son de orden técnico y el 40 %, de orden comercial.  Lo que se está viviendo es, en parte, el resultado de una falta de planeación y de ejecutar, porque se hacen muchos estudios,  pero no se hace lo que se debe. ¿Pero cuáles serán las acciones? Lo que hay que hacer es medir, saber dónde están las pérdidas, cuántos son daños visibles, no visibles, medidores dañados y más. Con eso podremos saber dónde focalizar las  inversiones. En lo de las pérdidas, Emcali se durmió, faltó planeación y asignar una cabeza responsable, que haga seguimiento y control al plan que se establezca. Ya tenemos un responsable y un   comité de pérdidas.   Con esa fórmula, ¿usted garantiza que el problema de las pérdidas de agua en realidad empiece a disminuir? Aquí no podemos hablar de soluciones milagrosas, porque este índice ha crecido en los últimos doce años hasta llegar al nivel que estamos. Yo tampoco pretendo decirle a la gente que voy a reducir las pérdidas en un 20 % en un año, eso no es posible. Pero sí tenemos que plantearnos una estrategia que nos permita en los primeros doce meses de gestión bajar  cuatro puntos porcentuales en las pérdidas. Es que lo aceptable hoy  a través de la regulación es que las pérdidas estén en un 30 %, que es el indicador propio de cualquier sistema en Colombia. ¿Emcali puede ser sancionada por pérdidas tan altas? Por supuesto. En este momento se va a implementar una nueva estructura tarifaria. Con la nueva resolución de la Comisión Reguladora de Agua Potable no nos van a permitir índices como el que tenemos hoy. Si no se hace un ajuste al índice, vendrán las penalizaciones. Entre la ciudadanía, la atención de daños es la mayor preocupación. Se quejan por demoras en arreglos, en la presencia de cuadrillas en los sitios. ¿Qué va a hacer en ese tema? Según las estadísticas que me mostraron, el año pasado, en diciembre, había un represamiento de casi 3000 daños, eso es muchísimo, pero eso ha disminuido. Hoy tenemos cerca de 800, principalmente son daños de acometidas. En daños de red solo tenemos 26. Hay una deficiencia organizacional y es que las cuadrillas que atienden acometidas no atienden la red matriz, y viceversa. Hay que hacer una recomposición de los equipos para que las cuadrillas atiendan ambos. También hay que tener capacidad de cierres, es decir, de suspender el servicio cuando se presenten los daños, si no hay capacidad de respuesta en la ejecución de ese cierre, no se puede reparar ese daño. Hay que revisar los procesos para ver cómo ganamos en tiempos. Esto también tiene que ver con falta de recursos. Por ejemplo, veo que los equipos que tienen los operarios de válvulas tienen 10 años de uso, trabajan 24 horas al día, están en un deterioro bastante alto y muchos mantienen varados. Toca mirar qué hacemos en materia de mantenimiento de equipos. O sea que la optimización del servicio se hará a paso lento... Hay que decirle a la ciudadanía que nos estamos reacomodando y que estamos en proceso de mejorar los modos y de restructurar la forma como se han venido haciendo las cosas, para tener respuestas más eficientes y efectivas en la gestión de los daños. Si seguimos haciendo todo igual, pues seguiremos teniendo los mismos resultados. ¿Y el reservorio? El reservorio dos ya está listo.  Le estamos haciendo revisiones y haremos los empates de tubería con la planta de Puerto Mallarino. Esperamos que esto se haga el próximo fin de semana. Para ello, se necesitará hacer una suspensión en la operación de la planta que va a implicar una suspensión en el servicio para los usuarios, que informaremos oportunamente. Sobre las bombas flotantes, estamos afinando la contratación para que se haga el traslado al río Cauca, la adecuación tomaría entre dos y tres semanas, es decir, que a finales de febrero quedarán instaladas, justo para enfrentar la etapa más crítica.

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