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Trasladó la finca al balcón de su casa

Luis Carlos Villegas Restrepo, gurú de las siembras, se dedica desde 1987 a cultivar acelgas, repollo, cebolla, pimentón, cilantro, tomate y todo tipo de hortalizas sin utilizar un solo gramo de tierra para ello.

29 de julio de 2010 Por: Maria Teresa Arboleda | Cali Sur

Luis Carlos Villegas Restrepo, gurú de las siembras, se dedica desde 1987 a cultivar acelgas, repollo, cebolla, pimentón, cilantro, tomate y todo tipo de hortalizas sin utilizar un solo gramo de tierra para ello.

Quienes lo conocen y lo ven evocan los experimentos con plantas en la clase de Ciencias, a la que debían llevar semillas de fríjol para hacerlas germinar en algodón húmedo.Aunque ahora el trabajo de Luis Carlos Villegas Restrepo cambió de un experimento a cultivos hidropónicos y aeropónicos (en los que no se requiere tierra), que van más allá de esperar a que las semillas echen hojas y raíces, pues los frutos que recoge luego son reales y muy apetitosos. A este gurú de las siembras no convencionales se dedica desde 1987 a cultivar acelgas, repollo, cebolla, pimentón, cilantro, tomate y todo tipo de hortalizas sin utilizar un solo gramo de tierra para ello. Sostiene las plantas recurriendo a elementos como cascarilla de arroz o agua mezclada con nutrientes. Ver recuadro.Fue en una finca de Dapa donde se despertó su pasión por este tipo de agronomía sin tierra. “Las cosechas alcanzaban para la familia y hasta para el mayordomo”, recuerda este músico y poeta, intérprete de órgano y acordeón.Atrás quedó la parcelación y hoy la siembra crece en el balcón de su apartamento, frente al río Cali, en el barrio Normandía. En su casa, este cundinamarqués residenciado en Cali desde 1057, cada día gana más ‘terreno’ con el consentimiento de Luz Caicedo, su esposa, quien se acostumbró a ver matas por toda la vivienda. Ya invadió el estudio, un cuarto y el baño, convirtiéndolos en una especie de laboratorio.Padre de tres hijos, Luis Carlos, a quien la mayor de sus nueve nietos bautizó ‘Icao’ cuando aprendió a hablar, se define como un “ingeniero mecánico e industrial empírico y enfermo por los cultivos hidropónicos”.Los trata como a niños recién nacidos y se queda cuidándolos hasta muy tarde para luego levantarse de madrugada a regarlos.Cultivador de algodón en El Tolima y gerente de una multinacional en Palmira, fundó su propia empresa y contra la voluntad de todos creó una bomba para insecticidas, la cual fue un éxito que se dio a conocer en varios países.Hoy, el hombre de 74 años proyecta importar bicicletas eléctricas y escribir su autobiografía, que titulará ‘Icao’ o ‘La historia quijotesca de una pyme’. Desde ya la obra promete ser muy fructífera.En lugar de tierra:En los cultivos hidropónicos se puede usar un sustrato que sostenga la mata. Puede ser cascarilla de arroz, serrín, polvo de ladrillo, humus de lombriz piedras pequeñas, carbón mineral y corteza de pino. El cuidado posterior es un riego programado según el tipo de planta y el clima.En cambio, los aeropónicos utilizan exclusivamente una esponja y en ella se pone la semilla dentro de una tapa de un frasco a cierta profundidad para que entre el nutriente, el cual se prepara con varios elementos, explica Luis Carlos Villegas.Quienes deseen conocer más sobre esta técnica pueden contactarlo al correo: luiscarlosvillegas34@gmail.com

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