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Tecnocentro Somos Pacífico cumple un año de clases en el oriente de Cali

Con tecnología y cultura, el proyecto Somos Pacífico ha beneficiado a 1100 niños y jóvenes. Historias.

26 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País

Con tecnología y cultura, el proyecto Somos Pacífico ha beneficiado a 1100 niños y jóvenes. Historias.

Más de 1100 niños, adolescentes y jóvenes beneficiados. 2850 metros cuadrados para la formación tecnológica, para el empleo, bilingüismo, arte y cultura. $10.000 millones invertidos por alianzas público- privadas. 365 días de puertas abiertas para brindar nuevas alternativas de formación a la población vulnerable del oriente caleño.El Tecnocentro Somos Pacífico, levantado en el corazón del barrio Potrerogrande, en la Comuna 21, cumplió un año de funcionamiento y durante este tiempo, más que el balance estadístico, lo que ha generado con su apertura es una esperanza para un sector marcado por la violencia, según explican sus habitantes. Se trata de “un primer granito de arena”, como lo dice Carlos Montaño, líder comunal de Potrerogrande, al explicar que con el Tecnocentro no solo los jóvenes tienen la posibilidad de pensar en un empleo después de capacitarse. También, explica Montaño, es un comienzo para que en el barrio se vea lo bueno, pese a todas las necesidades que aún están insatisfechas en materia de salud, seguridad, empleo, movilidad. Hay resultados que no pueden medirse con números, pero que sí revelan cambios, según Andrés Ramírez, rector del Tecnocentro. El conocerse los unos con otros, encontrar talentos, lograr que otras instituciones pongan sus ojos en el oriente de la ciudad, romper el paradigma de los proyectos sociales que son “flor de un día”. “Nuestra presencia es definitiva y ambiciosa. Hemos demostrado que llegamos para quedarnos”, indicó Ramírez. Por eso, el reto para los próximos años será vencer el temor de aquellos que aún no asisten al Tecnocentro por cuenta de fronteras invisibles, del conflicto de bandas en Potrero.Según el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, “el ideal sería que en todos los sectores vulnerables tuvieramos una iniciativa como esta. No es falta de ganas, sino de más gente que se vincule a proyectos como estos”. Muchos de los hoy beneficiarios también piensan lo mismo. Algunos de ellos le contaron a El País cómo les cambió la vida el ser parte de Somos Pacífico. Paola y su sueño cumplidoMás que el fútbol de salón que practica y de ocupar el lateral derecho en un partido, lo que a Paola Andrea de La Cruz la hace vibrar es la música y el baile. Las raíces del Pacífico hicieron que esta joven, de 19 años y habitante de Potrerogrande, ingresara al grupo Latir Folklórico, formado al interior del Tecnocentro Somos Pacífico. Lleva un año cantando alabaos, tocando cununo y bailando currulao y demás ritmos. “Ahora al grupo lo conocen en más barrios, en la ciudad, incluso viajaremos a Ecuador a mostrar nuestras tradiciones. Lo bueno de esto es mostrar que de estos sectores salen cosas buenas, que se cumplen los sueños”, dice.Juan Manuel, el amante de la violaHace un año toca la viola. Al entrar al Tecnocentro, eligió aprender a dominar este instrumento poco apetecido por los aprendices. Tras 365 días de clases, Juan Manuel Muñoz, de 14 años, se convirtió en miembro de la Orquesta Sinfónica Tecnocentro Somos Pacífico- Batuta. La inspiración le viene de Vicente Fernández y Darío Gómez, también del deseo de no ser como “los malos” de su barrio, Potrerogrande. Dice que ser un niño bueno le permite pasar sin problemas las fronteras invisibles para llegar a sus prácticas. “Me da pesar de los malos, de los que fuman marihuana. El Tecnocentro está para que se eduquen pero ellos no aprovechan. Aquí la gente viene y sale adelante”, asegura.Félix quiere cantarle a la vidaUna “negrita” del barrio Manuela Beltrán inspiró su primera canción. Félix Cabezas, de 22 años, dice que su aroma era encantador. En la primera canción, que fue grabada en el Tecnocentro, confesó su amor: “quiero sentir tu fragancia en el sol, contoneando tus caderas, porque hace calor”. Quiere ser productor musical, pero antes debe terminar sus estudios técnicos de Medios Audiovisuales en el Sena. En el Tecnocentro practica edición de imágenes y sonido. La meta es producir y grabar el video musical de la chica de sus sueños. “Todavía hay gente que le da miedo venir, por eso de las fronteras. Si montáramos una emisora, podríamos decirle a todos lo bueno que es venir aquí”.

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