El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cali

Artículo

“Salir de mi ignorancia le costó la vida a mi hijo”: directora de fundación que alerta peligros en piscinas

María del Pilar Molina recuerda como hace 9 años vivió la peor tragedia de su vida: perder a su hijo Santiago en una piscina. La mujer creo una fundación para crear conciencia sobre los peligros.

2 de agosto de 2015 Por: Diana Carolina Ruiz Girón | Reportera de El País

María del Pilar Molina recuerda como hace 9 años vivió la peor tragedia de su vida: perder a su hijo Santiago en una piscina. La mujer creo una fundación para crear conciencia sobre los peligros.

Han pasado 9 años desde su tragedia, la de perder a Santiago en una piscina. Y aunque pasa el tiempo, la misma pregunta le ronda en la cabeza  a María del Pilar Molina: ¿por qué siendo médica no conocía algo tan básico como el peligro que corre un niño en una piscina? Lea también: ‘Grietas’ en seguridad de piscinas en Cali: 107 establecimientos en vigilancia

Entonces, desde Neiva, al otro lado del teléfono, lanza la sentencia: “salir de la ignorancia le costó la vida a mi hijo”. Porque desde el 2006, año en el que ocurrió el suceso, se dedicó a estudiar los escenarios de riesgo que hay alrededor de esas piletas, por las que los pequeños sienten una gran atracción.

Supo que el ahogamiento en niños pequeños es un hecho silencioso, porque  se precipitan al fondo de la piscina. Así entendió por qué nadie se dio cuenta de que su hijo, que estaba por cumplir los 5 años, había caído a la piscina del conjunto residencial en el que vivían.

  También, en esa época, se enteró que en otras partes del mundo había reglas para las albercas como cerramientos y salvavidas. En la que cayó Santi era de libre circulación, no tenía ni un solo obstáculo.

Con los conocimientos en la mano, y el ánimo de evitar que alguien sufriera su misma tragedia, María del Pilar creó la Fundación Santi Rivera, dedicada a crear conciencia sobre los peligros de las piscinas, la necesidad de exigir los elementos que garanticen la seguridad y promover el  cuidado de padres a hijos.

Lo hace a través de la página web, redes sociales, y con  capacitaciones y talleres.

“La ley que tenemos es muy completa, incluso más que la de otros países, pero lo que hay que entender es que hay que cumplir la norma más allá del temor de recibir una multa. Un ahogamiento sucede en un segundo y le ocurre a cualquiera. No solo se ahogan, pueden sufrir atrapamientos, sucede con niños pequeños, con los más grandes, como le pasó a Sofía (El Khoury)”, dice la directora de la fundación.

Hay que vencer la ignorancia, dice, reseñando algunas cosas que los padres no saben. Por ejemplo, que un niño permanezca dos minutos bajo el agua es suficiente para que sufra daño cerebral. Otras de las estadísticas reveladoras es que por cada niño que se ahoga, cuatro que sobreviven debe ser hospitalizados y uno de ellos queda con secuelas neurológicas.

“Todo ocurre por ignorancia, por pensar que a uno no le va a pasar, que si el niño nada puede defenderse solo en la piscina. Que si se ahoga, el gritará y yo podré ayudarlo.  Que puedo estar hablando por celular, leyendo un libro o una revista y podré al mismo tiempo mantener la atención en el niño. Nada de eso es verdad”, enfatiza María del Pilar.

 La clave para evitar este tipo de accidentes es la supervisión visual permanente. Hortensia María Espitaletta, directora de la Fundación Mariana Novoa, que funciona en Bogotá, es una convencida de ello.

También se apropió del trabajo de enseñarles a otros la manera de evitar estos accidentes que son 100 % prevenibles, según lo que ha investigado.

Ella perdió a su hija Mariana en el 2007, durante su primer día de clases en el jardín. La piscina del lugar tenía un cobertor sobre el espejo de agua, que no estaba asegurado. Sobre él había unas pelotas de colores que Mariana salió a buscar, en un descuido de su profesora. La niña de dos años se hundió y no tuvo atención oportuna.

A través de la Fundación, Hortencia ha recopilado información importante que revela la frecuencia con la que se presenta este tipo de accidentes.

Dice que, de acuerdo con estadísticas de Medicina Legal, en una década  (entre el 2004 y 2014) murieron en Colombia 1668 niños por ahogamiento. “No sabemos si fue en piscinas u otros escenarios. En el 2004, fallecieron 421 y en el 2014, 189. Lo que se ve es que desde que lideramos la Ley de Piscinas, el ahogamiento en Colombia ha disminuido”, agrega.

Hortensia cree que “todos deberíamos tener conocimientos en RCP (Reanimación Cardiopulmonar). Lo más importante es que cada papá, al ingresar a una piscina, haga el chequeo sobre los elementos de seguridad que tiene. Es increíble que un niño o un adulto entre a una piscina sin gorro. Son cosas básicas y ninguna medida de precaución es una exageración. Todos podemos ser salvavidas”.

Ya no hablan de dolor. Ambas están enfocadas en el firme compromiso de evitar que más niños mueran, que más padres sufran. Trabajan para que ir a una piscina sea una experiencia segura.

Algunas recomendaciones para padres sobre el uso de la piscinas    Procure que su hijo siempre use gorro de baño,  en especial si el largo de su cabello es considerable. No permita que naden con collares, vestidos holgados, ni ningún objeto que pueda facilitar el enredamiento mecánico en el drenaje o en cualquier accesorio del estanque.Si encuentra una tapa de drenaje suelta,  rota o que falta, avise al dueño u operador y no entre al estanque de la piscina o jacuzzi.Cuando esté supervisando,  manténganse alerta y evite distracciones como la lectura, la charla o el teléfono.Si su hijo no puede nadar,  manténgalo no más allá del alcance de su brazo.No se confíe  de los flotadores, las “alitas inflables” o cualquier otro juguete inflable. No son dispositivos de seguridad.Enseñe a los niños cómo avanzar  en el agua, cómo flotar y cómo salir por su cuenta de la piscina.

AHORA EN Cali