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Quebrada La Mina, en los Farallones, fue recuperada para Cali

La quebrada fue reencauzada el martes por el Ejército, tras derribar el túnel construido por los mineros.

15 de octubre de 2015 Por: Redacción de El País

La quebrada fue reencauzada el martes por el Ejército, tras derribar el túnel construido por los mineros.

[[nid:473199;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/10/quebrada-farallones.jpg;full;{Tras la detonación de explosivos en el túnel por donde había sido desviada la quebrada La Mina, ubicada en el sector del Socorro, en el Parque Los Farallones, se logró que retomara su camino a Cali. Fotografías: Oswaldo Páez| El País}]]

Tras varios meses de haber sido sacada de su cauce natural para destinarla a la minería ilegal, el pasado martes se llevó a cabo la detonación que permitió que la quebrada La Mina, ubicada en el sector del Socorro, en el Parque Los Farallones, corra de nuevo con dirección a Cali. Lea también: La minería ilegal le robó un río clave a Cali en el Parque Natural Los Farallones

Tal como lo reveló El País tres semanas atrás, sectores dedicados a la explotación ilegal de oro en el Parque Natural construyeron un túnel de 80 metros de largo, a través del cual le robaron a Cali este afluente y lo desviaron con dirección al Pacífico, a la cuenca del río Anchicayá, donde los mineros han acondicionado numerosos campamentos.

Costales llenos de arena, apilados uno sobre otro, servían de esclusas con las que los mineros desviaban a su antojo las aguas de la quebrada La Mina, en el sector de El Socorro, dependiendo de la necesidad de lavar el oro en la parte baja de Anchicayá o en la cuenca que va hacia Cali.

Luego de un mes de trabajo coordinado entre tropas del Comando Conjunto No. 2 del Ejército Nacional y las directivas del Parque Nacional Natural Los Farallones, con el apoyo de la Alcaldía de Cali y las Empresas Municipales, el pasado martes se llevó a cabo la detonación  que puso fin al túnel construido entre las rocas.

Durante dos días, expertos en explosivos del Batallón de Alta Montaña Rodrigo Lloreda Caicedo y de Emcali debieron taladrar 240 huecos en los que se depositaron los 20 kilogramos de Pentolita y 25 kilogramos de anfo que fueron necesarios para derribar la construcción artesanal.

[[nid:462814;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/09/quebrada_dolores_informe.jpg;full;{Por un túnel de 30 metros de largo cambiaron el cauce de la quebrada El socorro en el Parque Natural Los Farallones hacia el Pacífico para ser usada su agua en actividades de minería ilegal. Elpais.com.co}]]

Daños irreversibles

Más allá de los operativos que han realizado en las últimas dos semanas  los 92 militares y 7 funcionarios de Parques Naturales para desmantelar el enorme y complejo andamio, que culminó con la captura de cuatro personas, los daños que se evidencian sobre el terreno son incalculables.

Sobre todo en la quebrada La Mina, que durante una medición realizada en el mes de abril pasado, cuando se descubrió el túnel por el que estaba siendo desviada, registro un potencial hídrico de 800 litros por segundo y esta vez todo lo que bajaba por su cauce eran 12 litros por segundo. Lea también: La minería ilegal está disparada en los Farallones de Cali, vea los últimos hallazgos

Aunque funcionarios de Parques Nacionales explicaron que la temporada seca lleva obligatoriamente a la disminución del cauce, también es cierto que muchos de los hilos de agua que bajan por las montañas han sido desviados por mangueras hasta los más de cien campamentos e innumerables socavones.

Cifras extraoficiales aseguran que antes de la llegada del Ejército y de Parques Nacionales, el pasado 3 de octubre, entre las montañas que conforman Los Farallones de Cali laboraban más de 500 personas.

Así queda evidenciado en las extensas zonas de bosque nativo que han sido taladas no solo para adecuar campamentos y abrir espacio en el terreno a la minería, sino para obtener los postes que soportan los socavones.

Esto ha llevado a que entidades como el Dagma, la CVC, el CTI y la  Procuraduría Ambiental, entre otras, sumen esfuerzos para la instalación de dos puestos fijos de control en el sector de Peñas Blancas y en Ventiaderos, para evitar el acceso de suministros hacia la zona alta de la montaña.

[[nid:462818;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/09/thumbnail-robo-agua.jpg;full;{El robo de la quebrada El Socorro, la devastación y erosión causada por la minería, la tala y quema de los bosques y el agónico paso final por la ciudad, son los males de este afluente desde su nacimiento. Ilustración: Edward Certuche - Diseño: Marco Javier Guerrero}]]

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