Qué es más conveniente para el HUV: ¿reforma o intervención?

Hoy se conocerá proyecto que busca salvar al Hospital. Entidad está en la mira de la Supersalud. Análisis.

Reestructuración o intervención. Entre estos dos panoramas se mueve hoy el futuro del Hospital Universitario del Valle, HUV, que sigue operando a medias por la profunda crisis económica que enfrenta.

Hoy se cumple el plazo para que la Dirección del HUV presente ante la bancada parlamentaria la hoja de ruta que permita determinar cambios drásticos al interior de la entidad, cuyos pasivos superan los $200.000 millones.

En su momento, el director (e) de la institución, Jaime Corchuelo, indicó que la reestructuración estaría enfocada en plantear un nuevo esquema de facturación para que los recursos se puedan cobrar. También, el estudio jurídico de posibles alianzas estratégicas que permita ampliar la oferta de servicios.

El plan se estructura, en palabras de Corchuelo, “para salirle al paso a la intervención” que ha planteado el Gobierno Nacional.

 Pero el panorama parece desalentador. El secretario de Salud del Valle, Fernando Gutiérrez, aseguró que la Superintendencia de Salud ya presentó un informe de auditoría en el que el HUV, preliminarmente, no sale bien librado. El ente de control  señaló 55 hallazgos relacionados con problemas en los procesos administrativos y asistenciales que hoy rodean la atención de pacientes (como el estado de medicamentos, disposición de residuos hospitalarios, seguridad del paciente, cumplimientos de protocolos, etc).

“El factor financiero ya es un elemento que pone en riesgo de intervención a la entidad, en la medida que sus finanzas colapsen y no pueda responder por sus deudas. Pero hoy ese informe se vuelve el elemento más importante de analizar y resolver. Si no se garantiza la oportunidad y seguridad del paciente, una de las consecuencias es la intervención, este es un fantasma que sigue acechando al HUV”, advirtió Gutiérrez.

¿Qué se debe  reestructurar?

En el camino de la reestructuración que se plantea para el HUV debe pensarse en el tema financiero. Para Óscar Rojas, exdirector del HUV, al problema de las demoras en los pagos por parte de las EPS se suman los líos históricos de facturación en la entidad.

“Necesita que la facturación sea estricta, de tal manera que haya mínima posibilidad de glosas. Todo debe partir de una factura bien hecha, sin errores y presentada oportunamente. No puede ser que el HUV preste el servicio y facture 60, 90 o 180 días después”, explica.

Se estima que cada mes, en condiciones normales, el HUV factura entre $17.000 millones y $18.000 millones, se radica el 70 % y se logra un recaudo no superior a los $10.000 millones.

En ese sentido, Alba Lucy Campaz, presidenta del Sindicato de Servidores Públicos del HUV, dice que se necesita una plataforma estable, compatible y conectada entre las dependencias involucradas para que se facture más rápido. “En un momento, se pensó en entregar la facturación a un tercero y quedaron represadas facturas por ingresar al sistema. La plataforma debe adaptarse a las necesidades del hospital y se necesita capacitación del personal”, dijo Campaz.

Hay que pensar también, dicen algunos,  en reducir los costos que genera el área administrativa. De los $20.000 millones que cuesta la operación del HUV cada mes, el 50 % (al menos $10.000 millones) es en el costo de salarios de los más de 3000 empleados que tiene el hospital. 

Héctor Fabio Osorio, de Sintrahospiclínicas, explica que hay 15 subgerencias “y personas que se ganan sueldos de $6 millones, cuando hay necesidades operativas. Con esa plata se contrata, al menos, cuatro auxiliares de enfermería. No hay que echar gente, hay que sacar tanto mando medio, tanta ‘corbata’”.

El presidente de ese sindicato, Jorge Rodríguez, dice que “la solución no es recortar personal, es optimizar los servicios con la gente que hay, empoderarla de las áreas. El temor de despidos masivos se da en un escenario de intervención. La Supersalud debería hacer un plan de acompañamiento para determinar dónde están los sobrecostos, la corrupción, y así depurar”.

¿Qué pasa si se interviene?

Una intervención por parte de la Supersalud significaría que la operación del hospital deje de estar en manos del Departamento. Es decir, que llegaría un nuevo gerente puesto por la Nación, con total autonomía para actuar.

Lo que se ha planteado es que la intervención sea de tipo administrativo (según la Supersalud “tiene por objeto el salvamento de la entidad, si es posible ponerla en condiciones de desarrollar adecuadamente su objeto social”). Para el senador Jorge Iván Ospina, exdirector del HUV, la intervención tiene sus pro y sus contra. 

“Por un lado, es pérdida de autonomía de la región y no necesariamente significará nuevos recursos,  dado que no viene acompañado de la declaratoria de emergencia sanitaria que posibilitaría más plata del presupuesto general de la Nación para el HUV. Tiene como ventaja que lleva a una negociación a los acreedores y se podrían postergar sus pagos. 

  Esta solución está sobre la mesa, pero antes, dice el Secretario de Salud del Valle,  se agotan planes de choque para inyectar recursos al hospital que le permitan reanudar sus servicios. Dice que ya se giraron $7000 millones por parte de la Secretaría y faltan los $1500 millones prometidos por el Ministerio de Salud para darle un respiro al Banco de Sangre y Laboratorio.

 También hay esperanzas en el fallo de tutela en primera instancia que ordenó evitar embargos a las cuentas del hospital. Con ello se espera recuperar, por lo menos $25.000 millones.

“Lo que jamás debemos permitir y ni siquiera pensar es la posibilidad de liquidación”, agregó el Senador Ospina.

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