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Preocupa calidad del agua de dos quebradas en los Farallones de Cali

Personería dice que la actividad minera ha afectado 252 hectáreas de esta zona.

27 de marzo de 2015 Por: Redacción de El País

Personería dice que la actividad minera ha afectado 252 hectáreas de esta zona.

El agua de las quebradas El Roble y El Silencio, de las cuales se abastecen los habitantes de El Diamante, Soledad, El Cedral, Cabuyal y Venteaderos, en zona rural de Cali, presentan un riesgo alto para su consumo. Lea también: "Sigue deterioro de los ríos": Personería de Cali.

Así lo dijo  el secretario de Salud de Cali, Harold Suárez, en medio de la socialización del ‘Informe situacional sobre el Parque Farallones de Cali’, de la Personería Municipal, quien indicó que se llegó a esta conclusión  después de las mediciones del Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para el Consumo Humano, realizadas a 52 sistemas de acueducto que tienen los 15 corregimientos de la ciudad.

En su momento, Suárez indicó que estos índices toman en cuenta indicadores como turbiedad, Ph, cloro, entre otras, y no necesariamente están relacionados con la minería que hay en los Farallones. “Sin embargo, mientras exista la explotación minera y si  no se le hace control, es factible que en el transcurrir del tiempo pueden contaminar el agua y los acueductos”.

Ana Mileth Sánchez, presidenta de la JAC de El Diamante, dijo que el consumo del agua de estas quebradas “hasta el momento no nos ha causado ningún daño. Pero aquí vivimos cerca de 200 personas y, si eso es cierto, lo más preocupante es la salud de los niños, que son mayoría”.   

Por otra parte, las mediciones de la Secretaría de Salud determinaron que el líquido en las cuencas de los ríos que abastecen a Cali no reviste riesgo para su consumo.

No obstante, la Personería indicó que  “se ha constatado la presencia de metales pesados (cianuro y mercurio) en la cuenca del río Cali, y aunque recientemente las mediciones no han registrado niveles por encima de los limites, se mantiene un nivel alto de riesgo de que las poblaciones que se abastecen directamente de la cuenca Cali puedan ser impactados por la presencia de estos metales producto de la intensificación de la actividad minera en la parte alta de la cuenca”.

Para Hernando Diez, habitante de La Leonera, “no se entiende cómo hay $19.000 millones para un reservorio que durante cuatro horas le va a dar agua a Cali y no hay dinero para preservar la cuenca hidrográfica, que es la gran alcancía de agua que tenemos. Proteger las cuencas de los ríos que abastecen a Cali debería ser la gran megaobra de la ciudad”.

Minería sigue su paso

Según el ‘Informe situacional sobre el Parque Farallones de Cali’, la actividad ilegal minera ha afectado 252 hectáreas del parque; de las cuales 136 hectáreas son de páramo y 116 hectáreas de bosque alto andino.

Las afectaciones se concentran en el corregimiento de Pichindé, en el sector de las minas del Socorro o Alto del Buey, impactando   la cuenca del río Cali y en el corregimiento de La Leonera, en las minas del Pato, perjudicando la cuenca del río Felidia. 

De igual forma, hay daños ambientales en la cuenca del río Pance por la actividad en las minas de San Pablo; y en Villacarmelo, en las minas de la Candelaria, donde se impactó la cuenca del río Meléndez.

Ante esto, el Dagma propuso una alianza estratégica con la Policía y Parques Nacionales para erradicar por completo la minería ilegal de los Farallones este año. Este proyecto, para el cual serían destinados $1000 millones, contempla la instalación de dos fuertes fijos policiales y puestos de control móviles en la zona del parque que pertenece a Cali. Además, se iniciarían procesos de educación y sensibilización ambiental con los moradores de la zona.

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