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¿Por qué mi hijo no come?

Porciones o ambientes inadecuados son algunas fallas que se cometen con la alimentación de los niños. Consejos para padres.

19 de diciembre de 2014 Por: Redacción de El País

Porciones o ambientes inadecuados son algunas fallas que se cometen con la alimentación de los niños. Consejos para padres.

Cada vez que el reloj marca la hora de ir a comer hay hogares que viven una especie de batalla. Y en esta lucha suelen estar enfrentados los pequeños, haciendo toda clase de pataletas para 'salvarse' de comer, y sus padres, quienes intentan, casi siempre sin éxito, que dejen los platos vacíos. Ante esta situación, la sensación de impotencia y la desesperación se apodera de los adultos, quienes no encuentran la forma de ganar este enfrentamiento diario, que pareciera no tener fin. Lo peor es que en medio de estos encuentros cometen errores, que en lugar de ayudar terminan por agudizar el problema.Concientes del caos que la inapetencia de los niños genera en las familias, los especialistas han diseñado un test para que los padres aprendan a detectar en qué están fallando y una serie de consejos que les permitirán salir adelante en estos casos. Tome nota.Qué hacerCree un ambiente agradable y tranquilo en casa a la hora de las comidas. Aproveche para transmitirles a sus hijos algunas enseñanzas sobre nutrición y buenos modales en la mesa.Establezca unos horarios más o menos fijos para el desayuno, el almuerzo y la cena.Tal como los adultos, los niños deben comer cinco veces al día, ajustando las horas a la jornada escolar: desayuno, refrigerio, almuerzo, refrigerio y cena. Galletas y frutas son la mejor opción para consumir entre comidas. Dé el ejemplo como padre de familia, llevando una dieta sana, equilibrada y variada.Esfuércese para presentar los alimentos de una manera agradable y divertida.Una buena estrategia para que los niños coman más verduras es cortarlas con moldes de diferentes figuras, mezclarlas con frutas o usarlas en preparaciones que cautivan a los niños como los sandwiches.No pretenda que los niños coman en iguales porciones que los adultos. Sírvales en platos grandes para que así tengan la sensación de que la porción es pequeña.Recuerde que la cantidad de alimento que cada niño requiere es variable, dependiendo de su edad, nivel de actividad, talla y estado de salud. Así, algunos niños pueden comer más o menos que otros de su misma talla y edad.Cuando el menor gane independencia, hacia la edad escolar, permita que él mismo se sirva.Nunca utilice la comida como estrategia de castigo pues el niño asociará los alimentos con algo negativo y le generará aún más rechazo. Tampoco la use como premio, como la popular estrategia de decirle “si no te comes la sopa no hay postre”, con lo que el pequeño termina por asimilar que el dulce es lo mejor de la comida.No busque asesoría profesional solamente cuando el niño esté muy delgado u obeso. Los cuidados nutricionales deben aplicarse desde el nacimiento y el mejor indicador de que se va por buen camino es que el crecimiento sea normal.El tipo de alimentaciónAquí la palabra clave es balance. Es decir, un equilibrio entre todos los grupos de alimentos, que incluya tanto macronutrientes como las grasas saludables, los carbohidratos y las proteínas como micronutrientes, en los que figuran las vitaminas, minerales y oligoelementos. Un 50% de la dieta debe corresponder a los carbohidratos, un 10% a las proteínas, un 20% a las grasas saludables y el otro 20% a frutas, verduras y lácteos. Los azúcares como miel y panela deben representar el 10% como máximo.Aunque no se puede generalizar la cantidad exacta, sí se puede decir que todo niño necesita consumir a diario dos o tres porciones de fruta y dos de verduras, así como carne o leguminosas dos o tres veces por semana.Las fuentes de calorías no deben provenir de los dulces y azúcares sino de alimentos como arroz, pasta, papa y plátano, entre otros.Lo que debe saber según la edadDe acuerdo con la etapa de crecimiento en la que el menor se encuentre, así mismo va a variar su interés por la comida y su apetito. Por eso es vital que los padres conozcan esta información para que no cometan errores que lleven al menor al sobrepeso.Primer año: durante los primeros meses de vida los bebés, que se encuentran en una etapa de crecimiento muy rápida, demandan más nutrientes y con más regularidad, puesto que requieren triplicar su peso y doblar su estatura.Del año y medio hasta 10 años: el crecimiento se torna más lento y apenas se ganan unos cuantos centímetros y kilos, porque el niño comienza a socializar, a interesarse por los juegos y los amigos, y como tal, el interés por la comida pasa a un segundo plano y el apetito disminuye. En esta etapa muchos padres fallan, pues creen erróneamente que si en los primeros meses su hijo comía tanto, a los 2 años debería comer el doble. Por otro lado, en esta etapa el niño no está almacenando tanta grasa como en el primer año y por eso puede lucir más delgado, pero eso no quiere decir que esté desnutrido. Prepubertad, entre 9 y 14 años: los menores comienzan a almacenar grasa, con el fin de usarla para el estirón de la pubertad; las niñas para formar sus senos y caderas, y los varones, porque terminan usándola para ganar masa muscular. Por esta razón, se debe cuidar mucho la alimentación en esta etapa para disminuir el riesgo de sobrepeso.

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