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"Político que no piense en los animales, que se jubile": Leonardo Anselmi

Anselmi, el líder y vocero del grupo, conoce bien lo que pasa (y no pasa) con los animales en Colombia. ¿Qué hacer para frenar el maltrato animal en Colombia? Responde el activista ambiental.

28 de febrero de 2016 Por: Jorge Enrique Rojas | Editor Unidad de Crónicas

Anselmi, el líder y vocero del grupo, conoce bien lo que pasa (y no pasa) con los animales en Colombia. ¿Qué hacer para frenar el maltrato animal en Colombia? Responde el activista ambiental.

[[nid:512186;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/02/ie28feb16n2photo02.jpg;left;{Leonardo Anselmi, activista.Especial para El País}]]Leonardo Anselmi, el líder y vocero del grupo que empujó la iniciativa legislativa popular que acabó con las corridas de toros en Cataluña, España, conoce bien lo que pasa (y no pasa) con los animales en Colombia. 

Y en el resto de Suramérica. No solo por haber nacido en este lado del mundo (nació en Rosario, Argentina), sino porque su compromiso con la causa lo ha llevado de un lado a otro en procura de defenderles los derechos: renunció al marketing (fue lo que estudió), cerró su negocio y desde el 2014 trabaja para la fundación suiza Franz Webber, dedicada a la defensa de los animales y la naturaleza. Por eso, calcula, al menos 200 días del año los pasa por fuera de su casa, un terreno campestre a las afueras de Barcelona, donde unos amigos vecinos le ayudan a cuidar los seis perros y los veintitrés gatos que lo esperan a cada regreso.  En enero del año pasado una imagen salió de las corralejas de Sincelejo: el descuartizamiento de un caballo en manos de una turba de gente. ¿Qué refleja eso de un país? Cualquier acto de maltrato y sufrimiento es repudiable, pero lo que pasa es que debemos ser lo suficientemente relajados de cerebro para entender que ahí también entra la forma en que nos alimentamos, cómo conseguimos lo alimentos, todo un abanico de las mil y una formas que hemos inventado para torturar a los animales… Todo hecho tiene una proyección dependiendo de la manera en que se haga y el hecho que se haga de forma pública tiene unas implicaciones que van a más allá del maltrato a plantear qué tipo de cultura cívica estamos desarrollando, y de qué manera nos tomamos las formas de estar en grupo y divertirnos; no es solo la violencia sino la forma en qué se proyecta. Esa proyección nos da una alarma: ¿cómo esas acciones van a generar insensibilidad, por ejemplo, en los menores que estaban presentes? Es una proyección que colabora en el círculo infinito de la violencia. ¿Cuál es el primer paso que tiene que dar alguien que quiera ayudar ante el desastre del maltrato? Entender la información y actuar en consecuencia. Hay que tratar de leer más, debe haber mil estudios sobre la interrelación de la violencia entre humanos y animales. Científicos han demostrado que la bondad con los animales se extiende a las personas.   La guerra que ha vivido el país encuentra una explicación también allí, en el mantenimiento de espectáculos como las corralejas o lo que pasa con los caballos o la crueldad con los perros. Como siempre hubo un estado ausente en este sentido, lo primero que necesitamos hacer es entender qué problemas trae la violencia, necesitamos comprender para poder rechazar. Lo otro es actuar, tenemos un poder enorme con los votos y hay que votar a los candidatos que ofrecen medidas para los animales, un político que hoy no tenga medidas favorables para los animales, que no los tenga en cuenta, no es un político para esta época. Quien no incluya en sus políticas públicas los animales, deberíamos jubilarlo. Las acciones que buscan proteger a los animales, terminan beneficiando a la gente… Eso es algo que defiendo a gritos: siempre que tomemos una medida a favor de los animales, el tema repercutirá en una mejora para nuestra sociedad. Esto es algo que hay que tener muy claro, pero los legisladores  son miopes políticos que no entienden que hay unas nuevas ciudadanías, unas nuevas sensibilidades. En el siglo 21 ya no estamos en la época de cambios, estamos viviendo un cambio de época, hay una nueva lógica de ver el mundo, entonces estos miopes no pueden durar mucho en el poder porque nos están llevando por caminos que ellos tampoco ven y si no ven las reivindicaciones sociales, tampoco ven las reivindicaciones animales.  ¿Cómo es la vida del activismo y la defensa animal en Barcelona? Barcelona es de todos modos es una particularidad. Hoy podríamos decir que Barcelona es la Florencia del Siglo 21. Están pasando cosas muy interesantes en modelos de activismo social, construcción política, modelos administrativos y sobre todo en modelos de pensamiento. La lucha acá es un poco distinta a la del resto del mundo. Allá está vigente uno de los cinco códigos civiles (Colombia tiene ahora uno de ellos)  que no ponen en el mismo lugar animales y cosas…  Exacto.  El resto son absolutamente contracientíficos: la ciencia ya no tiene duda que los animales no son cosas, que tienen derechos. En este mundo de los tuits y los estados de Facebook, ¿cómo lograr que la indignación virtual se transforme en acciones reales? Hoy  es uno de los grandes problemas que tenemos: la gente se genera una especie de autocomplacencia por haber mandado un tuit o compartir la información de un perro en Facebook. Facebook y Twitter son la comunicación para activar, pero no es activismo. Es una fase previa a una activación pero en Facebook no hay activismo. No vale que yo comparta en mi muro que un animalito esté en adopción, vale que ese animal sea adoptado. Los líderes de los movimientos sociales tenemos que aprender a canalizar toda esa fuerza hacia las paredes de los cabildos democráticos, utilizar esa fuerza para realmente cambiar las cosas. Esto es como un efecto péndulo, van de lado a lado hasta que llega un equilibrio medio, antes nos costaba un montón la comunicación,  sacar posturas públicas, tener ciertos escenarios para que no escuchen, y hoy los tenemos…  Han intentado intimidarlo. Lo insultan casi siempre  a donde va. ¿Alguna vez a ha pensado en abandonar la causa? No. He tenido todo tipo de amenazas, agresiones y demás, pero eso no me importa. Siempre entendí que eso venía en la mochila del activista. 

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