El pais
SUSCRÍBETE

Inicio

Cali

Artículo

Opinión: las razones por las que la Feria de Cali pasó la prueba

En un primer análisis, el evento ferial que se cerró anoche deja más cosas positivas por resaltar. ¿Qué se puede cambiar para la próxima edición?

31 de diciembre de 2014 Por: Ossiel Villada | Jefe de Redacción Online de El País

En un primer análisis, el evento ferial que se cerró anoche deja más cosas positivas por resaltar. ¿Qué se puede cambiar para la próxima edición?

Con muchos más aciertos que fallas, y con varios desafíos por enfrentar en el futuro, se despidió ayer la edición 57 de la Feria de Cali. Paradójicamente, la lista de cosas por resaltar en esta Feria está encabezada por algo que nunca sucedió: la nefasta cabalgata que se realizaba cada 26 de diciembre. A mediados de año muchas voces vaticinaban que sin cabalgata esta sería una Feria desastrosa. Y qué gusto da poder decir hoy que se equivocaron. Porque quedó comprobado que la cabalgata no era irremplazable. Y que sí éramos capaces de crear una alternativa mucho más popular y exitosa que ese escabroso y peligroso desfile de la vergüenza. Corfecali acertó con la idea de recuperar y repotenciar la antigua Calle de la Feria. Y los caleños respondieron no solo en términos de cantidad, sino también de calidad humana. Porque la Autopista Suroriental quedó desbordada por la avalancha de gente que llegó, pero el evento se desarrolló sin mayores contratiempos en términos de orden público. Salvo los peligrosos ‘baños de espuma’, que la Policía aún no logra controlar, primaron el buen comportamiento y la buena energía del público. Las cuatro tarimas de la Calle de la Feria tuvieron, como se lo merecían los caleños, artistas de primera línea que muy difícilmente se pueden ver en un espectáculo gratuito. Sin embargo en este, como en otros eventos masivos, hubo problemas para el acceso de los ciudadanos, que se tendrán que revisar el año próximo. Porque el alcalde Rodrigo Guerrero, en un gesto de sensatez, ya anunció oficialmente que la Calle de la Feria se queda para el 2015 y el próximo diciembre tampoco habrá cabalgata. Los tres desfiles de la Autopista, que constituyen el otro eje fundamental de la Feria, también pueden calificarse en términos generales con nota positiva. El de autos antiguos y clásicos quizá se quede en un ‘aceptable’, porque si bien se trata del más organizado y pulcro, es también el más aburrido. Su formato es predecible y se repite año tras año, sin ninguna innovación. Y vale la pena repensarlo. Quizá, más que un desfile, sería mejor pensar en una gran exhibición a cielo abierto, donde alrededor de los hermosos autos clásicos se vivieran dos tardes de pic-nic, con música en vivo, gastronomía, teatro, espacios recreativos para niños y zonas donde la gente se pueda fotografiar con esas bellas máquinas motorizadas que solo ven pasar fugazmente por la Autopista Sur.El desfile del Cali Viejo, en cambio, fue una gratísima sorpresa. De la deslucida y pobre presentación del 2013 se pasó a un lindo espectáculo caracterizado por la claridad conceptual, la buena organización y el esmero por los detalles. En las diferentes comparsas se notó no solo la planeación, sino también la mano y la sapiencia de conocedores del arte, la historia y la cultura de la fiesta carnestoléndica. Capítulo aparte merece el Salsódromo, que este año se enfrentaba a varios desafíos, de los cuales solo uno –el cambio de horario– fue tratado profusamente por los medios y la ciudadanía. Pero había más. El equipo que durante seis años lo realizó, y que logró posicionarlo como un evento exitoso – sin que eso signifique que no tuviera cosas por mejorar –, este año ya no estaba.Y, por otro lado, el desfile requería ajustes en su estructura para potenciar la expresión coreográfica, ampliar el show a mayor cantidad de público y corregir la repetición de la música, entre otros asuntos previamente diagnosticados. Con el cambio a la noche el desfile ganó en vistosidad e impacto, y el público tuvo una mejor disposición para gozárselo. Después de esta prueba piloto, regresar al horario de la tarde es prácticamente impensable. El gran aplauso se lo llevan, como siempre, nuestros bailarines de Salsa. Son ellos los que cada año sacan adelante este desfile, dejando pies y corazón en el asfalto. Su brillo, entrega y profesionalismo no se vio opacado por los problemas técnicos que se presentaron. La idea de realizar coreografías en grandes bloques resaltó el talento de las escuelas y enriqueció el espectáculo de cara al público, sin mencionar lo positivo que quedó de puertas para adentro: se afianzaron los lazos de unión entre los bailarines y se generó un importante flujo de transferencia de conocimientos entre las diferentes escuelas.Pero es en lo técnico donde hay muchas oportunidades de mejora para el 2015: el desfile debe tener menos baches y mayor continuidad, se deben corregir las fallas de sonido que por momentos apagaron la música en algunas zonas, se requiere mucha más inversión en iluminación y se debe pulir la muy buena idea de vincular a los bailadores empíricos. Con todo, el Salsódromo pasó la prueba de fuego del cambio. Y no se le puede seguir viendo como un evento ferial, sino como un proceso cultural de ciudad. En ese orden de ideas, se requiere vincular a la Secretaría de Cultura, desde inicios del año, con capacitación para los bailarines.Esto para que Corfecali reciba un insumo de mayor calidad en lo coreográfico y pueda hacer un mejor Salsódromo en diciembre. Lo que viene es construir sobre las lecciones aprendidas. Hacia futuro todos tenemos la obligación moral de rodear y apoyar el proceso del Salsódromo, dejando de lado los juicios ‘en caliente’, así como los protagonismos, vanidades y mezquindades que por momentos aparecen dentro del colectivo salsero. En el balance de la Feria también da gusto destacar a un evento único, como el Encuentro de Melómanos y Coleccionistas, que este año siguió creciendo en organización, asistencia y calidad. Hacia futuro tal vez sea conveniente pensar si se desligan de su programación los conversatorios de cada tarde. Los mismos hacen un riquísimo aporte intelectual al melómano, pero quedan reducidos a un público muy escaso por cuenta del horario en que se realizan. Sería mejor hacerlos todos en el mes de Noviembre, como un espacio previo en el que el Encuentro empiece a ‘calentar motores’.De los eventos concesionados, como el Superconcierto, lo más importante para señalar es que se debe velar siempre por la nómina de artistas. Este año, la presencia de un cantante pop como Enrique Iglesias dejó muchas opiniones divididas. Si bien nadie niega que el suyo es un espectáculo de talla internacional, su música no era la más pertinente para el momento ferial que vive la ciudad.La Feria 57 ya es historia y deja un buen sabor. Queda en el tintero la necesidad de mayor vigilancia por parte de la Policía, o incluso la idea de vincular al cuerpo de la Policía Militar en algunas zonas, como se hacía exitosamente hace más de dos décadas.Esto para que hechos vandálicos que no tienen nada que ver con la Feria, como los de la Avenida Pasoancho con Carrera 66, no empañen la imagen de una ciudad que hoy más que nunca ratifica su himno popular: ¡Cali, Pachanguero; Cali, luz de un nuevo cielo!

AHORA EN Cali