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“No necesito quedarme aquí para sentirme en la CVC”: director de la corporación

Hoy, Óscar Libardo Campo, director de la corporación, espera un fallo que definirá si sigue o no en su cargo. Afirma que sabe que “muchos quieren” que se vaya.

17 de marzo de 2014 Por: Margarita Rosa Silva | Reportera de El País

Hoy, Óscar Libardo Campo, director de la corporación, espera un fallo que definirá si sigue o no en su cargo. Afirma que sabe que “muchos quieren” que se vaya.

En un momento en el que su permanencia en el cargo es incierta, debido a un fallo en primera instancia que argumenta que su edad supera la admitida para ejercerlo, Óscar Libardo Campo se ve tranquilo. Dice que lleva toda su vida trabajando en la CVC y que no necesita estar nombrado ahí para sentir que pertenece a la empresa. Aunque admite que sabe que hay muchos que quieren que se vaya.Con ya año y medio nombrado como gerente de la corporación, lideró la concertación ambiental de la CVC sobre el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad. Después de siete meses de tire y afloje, afirma que ya no hay nada que pueda hacer que cambie lo que se estipuló en un documento de 230 páginas, y que se tomaron el tiempo necesario, porque “de las carreras no queda sino el cansancio”.Hace poco usted apeló un fallo en su contra, que ordena su destitución porque supera la edad máxima para ejercer un cargo público, que es de 65 años... ¿Cómo se siente?Yo estoy muy alentado. Lo cierto es que ha habido una serie de situaciones de tipo legal a las que se ha unido el consejo directivo y son ellos los que tienen la sartén por el mango. Ellos son los que me dicen si me quedo o me voy. Y ellos están a la expectativa de que se resuelva una consulta que se envió al Consejo de Estado, respecto a la autonomía de las corporaciones y a que todo lo que se decida en ellas tiene que ser vía legislativa. Hasta ahora no se ha legislado respecto a la edad de retiro de los directores de las corporaciones. Y si nos vamos a interpretaciones, todos tienen una distinta. Hay mucha gente interesada en que yo me vaya. Pero también mucha interesada en que me quede. Yo aquí no me he amarrado a ninguna silla. Así que no hay preocupación.Entonces, ¿va a dar la lucha hasta el final? O si tiene que irse se va...Yo pienso que aquí no hay que hablar de lucha. Hay que hablar es de claridad. La claridad de esta situación, que es incómoda, nos la dan las autoridades competentes. ¿A quiénes se refiere cuando dice que hay gente que quiere que se vaya?No me atrevo a opinar. Prefiero ser muy prudente, con la prudencia que hace verdaderos sabios.Esta es una entidad que ha tenido muchos directores. ¿Usted cree que su salida en este momento sería dañina para la CVC?En sus primeros 50 años, la CVC tuvo cuatro directores. Y en los últimos 15 años ha tenido como cinco directores. De ahí usted puede derivar lo que más le conviene, no tanto a la CVC, sino a la región. Ojalá que los directores de entidades como estas tuvieran la posibilidad de echarse al hombro proyectos y estuvieran aquí 20 o 30 años, ¿por qué no? Así eso suene a anatema. Yo creo que deberían hacerle una encuesta a la gente a ver qué opina de que un gerente de Emcali esté por 20 años. O de Acuavalle, o de la CVC.Si se lo permiten, ¿cuánto tiempo se quiere quedar en este cargo?Vea, yo a la CVC la he llevado en el corazón durante mis últimos 42 años. No necesito quedarme aquí para sentirme en la CVC.Hace unas semanas encontraron nueve retroexcavadoras ejerciendo la minería ilegal en Zaragoza y fueron destruidas. Es la acción más grande que ha hecho la CVC en esta zona. Sin embargo, esta parece una problemática de nunca acabar...Estamos sensibilizando a los mineros para que salgan de la informalidad. Zaragoza es un caso triste que muestra el pasivo ambiental que quedó. Se había reducido de manera importante el uso de maquinaria pesada para el aprovechamiento minero en la zona, pero hay que seguir trabajando. La gente que lleva sus equipos allá sabe a qué se arriesga. Destruimos esas máquinas, pero yo quisiera que la gente entendiera que no debe arriesgar sus inversiones, porque si continúan llevando maquinaria pesada a esos lugares, se van a someter a estas acciones. Muchos vienen de afuera y se aprovechan de la gente local.Es grave la minería subterránea en la vía al Mar porque los túneles están poniendo en peligro la estabilidad de la vía. ¿Qué se ha hecho?Ahí hay un tema que tiene que mirar con cuidado, especialmente, el Invías. Ellos son los dueños de ese tramo y tienen que buscar las técnicas adecuadas para rellenar esos túneles. Y deben generar la vigilancia para impedir que nuevas actividades de esa naturaleza se den.Pero cuando uno le consulta al Invías o al Ministerio sobre el tema, siempre responden con evasivas. La sensación que da es que el Estado está dormido con esta problemática...Entonces hay que despertarlo. Nosotros no dormimos. Permanecemos atentos. Mucha gente dice “¿y la CVC qué hace?”, “La CVC no trabaja”. No. Hay mucho trabajo y cada día nos estamos volcando más al territorio. Pero también necesitamos que el ciudadano entienda que eso es de todos y hay que protegerlo. Después de siete meses se logró la concertación del POT. ¿Cuáles fueron los puntos en que más se enfocaron? Se hizo énfasis en el riesgo. También en ladera y las áreas altamente inestables. La recuperación de los corredores biológicos, el bosque urbano, para que Cali sea la ciudad sostenible por excelencia. También el manejo de residuos, especialmente escombros. Este ajuste del POT es un paso más para lograr la ciudad que todos soñamos.Eso suena muy bonito. ¿Pero qué garantías hay de que todo eso se va a cumplir y no se queda en el papel?

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