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Milagros, la bebé abandonada en un basurero, se recupera en el HUV

La bebé abandonanda en el barrio Desepaz, que tenía dos horas de nacida, ya se recupera en la Sala Cirena del Hospital Universitario del Valle. Historia.

7 de marzo de 2016 Por: Redacción de El País

La bebé abandonanda en el barrio Desepaz, que tenía dos horas de nacida, ya se recupera en la Sala Cirena del Hospital Universitario del Valle. Historia.

Se mantiene en un sueño profundo. La humanidad de Milagros, que mide un poco más de 50 centímetros y pesa 2300 gramos, descansa en una incubadora de la Sala Cirena del Hospital Universitario del Valle, HUV. Lea también: Encuentran a bebé recién nacida en tarro de basura en Desepaz, oriente de Cali

 Llegó al mismo lugar en el que le salvaron la vida a Diego Fernando, el bebé prematuro que dejaron abandonado en un balde hace 20 días (el 14 de febrero) en el Palacio de Justicia, en el centro.

Sus historias son parecidas: dos niños de madres que no aparecen, dos criaturas  que se aferran a la vida gracias a los cuidados que les brinda el personal médico en busca de mitigar su estado de abandono.

  La de Milagros comenzó el pasado sábado. Cuando solo  tenía dos horas de vida   terminó abandonada  en el cuarto de basuras del barrio Desepaz, en la Comuna 21, rodeada de desechos.

La incomodidad de estar en ese sitio hizo que  Milagros comenzara a llorar, y lo hizo tan fuerte que un reciclador la escuchó. 

El hombre que la halló se metió luego  al barrio para avisarle a alguien que allí, en la basura, se encontraba un bebé. Justo Michelle Valentina Gamboa, una policía cívica de 19 años, salía de su casa, ubicada a escasos metros del basurero.

[[nid:514691;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/03/policia-civica.jpg;left;{Michelle Valentina Gamboa llevó a la niña hasta el hospital Carlos H. Trujillo. Foto: Especial para El País (Tomada de Facebook)}]]

“Yo no le creía, me acerque con cautela al ‘shut’, porque pensé que ese señor me iba a hacer algo. Luego  escuché el llanto, me asomé por la ventana por donde se  tira la basura y allí estaba,   en medio de una caja de cartón y una bolsa blanca. Le dije al muchacho que se metiera por ahí  y la sacara”, cuenta ella, el ángel que sacó a Milagros de esa podredumbre.

Lo primero que hizo  la mujer policía fue quitarle a la bebé  la camiseta negra que la envolvía, pestilente por los rastros de heces fecales que, según ella, se veían en la tela.

 El primer regalo que recibió Milagros fue una cobija de muchos colores  donada por una conmovida vecina del barrio.  “Después de sacarla, ella no volvió a llorar. La cogí como de los hombritos, porque me daba miedo lastimarla. ¿Que qué se siente? Ufff... qué duro, qué difícil. Cuando la llevaba cargada lo único en lo que pensaba era en que esa niña no se muriera, le recé muchísimo a Dios mientras la llevábamos al hospital”, comenta la oficial, dedicada al trabajo comunitario en la zona.

No se sabe cuánto hedor pudo respirar ni que tan expuesta estuvo la chiquita a infecciones. Lo cierto es que a pesar de estar  rodeada de basura, lo único que le  encontraron los médicos del Hospital Carlos Holmes Trujillo (el primer sitio en el que fue atendida la bebé) fue hipotermia y un cuadro de desnutrición intrauterina.

 El pediatra del HUV Miguel Ángel Osorio dice que  le descartaron  Sida y sífilis, sin embargo continuarán practicándole exámenes para corroborar que no haya presencia de ninguna otra  enfermedad en ella. Respira bien, come bien, pero se le hace tratamiento con antibióticos como medida preventiva.

Por eso  se llama Milagros, porque las enfermeras de la Sala Cirena, quienes le pusieron ese nombre, quisieron rendirle honor a su fuerza.

 “A mí me hubiera gustado que se llamara como yo, Michelle, o Valentina, que significa mujer valiente, pero no importa, el nombre está bien y a mí me alegra que esté bien”, dice su rescatista, que hoy espera encontrarse con la pequeña en el HUV.

Para John Arley Murillo, director regional del Icbf, a donde irá a parar Milagros si sus familiares no aparecen, es preocupante que en menos de 20 días ya se hayan presentado dos casos de abandono de bebés tan pequeños.

“Uno no puede determinar las causas por las que los niños han sido abandonados, pero sí hay que decirles a las mamás que el ICBF está dispuesto a recibir a estos niños, sin necesidad de que sean sometidos a estas condiciones tan extremas, en caso de que tengan problemas para la crianza. Este tipo de abandono puede ser considerado como tentativa de homicidio, porque si no se encuentra al bebé de forma oportuna puede morir”, dijo el funcionario.

El Hospital Universitario del Valle puede recibir hasta 24 niños abandonados cada año. Se estima que en Colombia a diario, en promedio, tres niños quedan en estado de abandono.

Ahora lo que viene es que la pequeña Milagros se recupere del todo para que el personal del Hospital Universitario haga los trámites de entrega al ICBF para iniciar su proceso de adopción

Hoy, lo que necesita la niña  es que alguien le regale ropa, pañales, pañitos húmedos y cremas antipañalitis. El personal médico confía en  que ella, que tiene más de 37 semanas, sea tan afortunada como Diego Fernando, su compañero de piso, que tiene  la despensa llena de donaciones. De allí, y de otras partes, saldrá la solidaridad para Milagros.

Para donarQuienes deseen regalar ropa o los elementos de aseo  para Milagros, pueden ir a la Sala Cirena del Hospital Universitario del Valle, HUV, ubicada en el piso 5. En la recepción se recibirán estos elementos. Se necesitan para ella  pañales  etapa cero y uno, cobijas, prendas para bebé, pañitos húmedos y crema antipañalitis, entre otros. Si usted requiere más información,  puede comunicarse al 620 6000, extensión 1604.

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