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¿Metrocali y Secretaría de Tránsito le hacen ‘conejo’ al MÍO?

Un crédito de $35.000 millones dio la Alcaldía a los operadores por no sacar buses. Expertos cuestionan que el Gobierno haya modificado un contrato de concesión que es ley entre las partes.

1 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

Un crédito de $35.000 millones dio la Alcaldía a los operadores por no sacar buses. Expertos cuestionan que el Gobierno haya modificado un contrato de concesión que es ley entre las partes.

Serias dudas técnicas y legales generó la autorización dada mediante un decreto de la Alcaldía de Cali para permitir el ingreso inmediato de 127 nuevos vehículos, a fin de mejorar la operación del sistema de transporte masivo, MÍO.Los expertos cuestionan que el Gobierno haya modificado mediante decreto ordinario un contrato de concesión que es ley entre las partes. También que se les dé más largas a los transportadores para que chatarricen sus buses en perjuicio del MÍO y de la ciudad. Y, peor aún, que se esté alterando el diseño de operación para disminuir en unos 300 buses la flota necesaria para que funcione el sistema.Para algunos analistas, tanto Metrocali como la Secretaría de Tránsito se estarían prestando para hacerle ‘conejo’ al mismo sistema de transporte que promueven.En primer lugar, con el decreto 0660 firmado por el Alcalde Jorge Iván Ospina y el secretario de Tránsito, Alexánder López, el pasado 7 de julio, le dan 120 días (cuatro meses) a los concesionarios para que retiren 640 carros antiguos que ya debieron salir, previo al ingreso de 127 buses articulados, padrones y complementarios que entrarán.El asesor de tránsito, Álvaro Gómez, sostiene que ese generoso plazo que está dando el Municipio a los operadores “se traduce en una especie de crédito que les otorga por $35.195 millones”, que es lo que deberían pagar ya para hacer efectiva la desvinculación de los 640 buses, (a $55 millones cada uno), como indemnización a sus propietarios (ver gráficos).Esos carros corresponden al 70% de los 914 buses que deben salir, porque el otro 30% (274 buses) ya fue chatarrizado por GIT y Blanco y Negro que, sin embargo, tienen la mayor parte pendiente por chatarrizar.En segundo término, para el jurista Héctor Rául Vivas, esa decisión viola la cláusula 58 del contrato que otorgó la concesión en 2007, que dice que “será requisito indispensable para la autorización de la vinculación de cada autobús que el concesionario demuestra haber cumplido con el compromiso de reducción de su propuesta”.El presidente de Metrocali, Luis Eduardo Barrera, respondió que el contrato de concesión también advierte que cuando un operador no cumpla con la flota a vincular (como ocurrió con Unimetro), la entidad tiene la facultad de autorizar a otros operadores que hayan cumplido para que los ingresen.César Vergara, vocero de GIT, indicó que los buses se irán chatarrizando en la medida en que vayan ingresando los nuevos carros en estos cuatro meses. En tercer lugar, se altera la capacidad transportadora del MÍO al modificar las equivalencias de la cantidad de buses antiguos que salen por cada nuevo vehículo que entra. Así, mientras el contrato de concesión exigía eliminar 8,2 buses antiguos por cada nuevo bus articulado, ahora esa proporción se elevó a 10,1 en promedio en el nuevo decreto.El secretario de Tránsito Alexánder López explicó que “el estudio del 2005 que estableció las equivalencias contempló que por necesidad del servicio éstas se pueden modificar. Además Cali ha crecido de manera rápida en los últimos años y por otro estudio de Metrocali se decidió elevar las equivalencias”. Este estudio, sin embargo, no ha sido socializado.Lo anterior, según Gómez, significa que se afectará el diseño operacional definitivo del MÍO que decía que este necesitaba 1.032 vehículos para funcionar. Si se estima que la ciudad aún tiene 2.000 buses viejos por desvincular, de los cuales ahora saldrían 914, quedarían pendientes 1.100 por chatarrizar. Con esta cantidad se podrían ingresar otros 150 vehículos al MÍO, y de esa manera el sistema completaría 750 buses al final del proceso, no los 1.032 inicialmente previstos, lo que se traduciría en una clara deficiencia en el transporte público masivo para los caleños. En efecto, el diseño operativo inicial quedaría desfasado en unos 285 buses.Como si fuera poco, los pequeños propietarios temen que en cuatro meses los grandes operadores no logren comprarles sus buses viejos. Álvaro Gaitán, un transportador pequeño, sostiene que con las condiciones actuales de servicio, tarifas, chatarrización y reestructuración de rutas el proceso podría demorar dos años más, como ocurrió con la primera fase de chatarrización iniciada en el 2008 que también dio cuatro meses de plazo, los cuales terminaron convirtiéndose en tres años.Todos temen que el resultado de esto sea que los transportadores sigan con el doble juego: apostándole al MÍO pero sacándole jugo a su vieja flota de buses en perjuicio de la ciudad.

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