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"Me pasó lo de algunos fusibles, que se queman": Alberto Hadad

Alberto Hadad, quien hasta esta semana fue Secretario de Tránsito de Cali, dice que no tiene aspiraciones políticas y que, por el momento, se va a descansar. Asegura que deja un cuerpo de guardas de tránsito en el que cree y que está bien estructurado.

25 de mayo de 2014 Por: Diego Martínez Lloreda y Luz Jenny Aguirre | El País

Alberto Hadad, quien hasta esta semana fue Secretario de Tránsito de Cali, dice que no tiene aspiraciones políticas y que, por el momento, se va a descansar. Asegura que deja un cuerpo de guardas de tránsito en el que cree y que está bien estructurado.

Esta vez no lucía acelerado. Alberto Hadad, que hasta esta semana fue secretario de Tránsito de Cali, dice que con la renuncia a su cargo punto final a una etapa de su vida en la que ya dio todo lo que podía. Repite que no tiene aspiraciones políticas y que hoy, muchos de los que lo odiaron, le tienen cariño. Conversación con el personaje más polémico de esta Administración. Cuando usted llegó a la Secretaría lo hizo con un frase que llamó la atención: “se acabó el recreo”. ¿Teme que el recreo vuelva a las calles de Cali?En lo más mínimo, porque la gente tomó conciencia de lo que es volver a ser el caleño de los setenta, con cultura ciudadana. El nuevo secretario viene a continuar una labor. El recreo sí se acabó y se va a seguir acabando con Nicolás Urdinola.¿Cuáles cree que han sido las transformaciones en materia de movilidad en los últimos dos años?Lo más importante era cambiar la conciencia ciudadana, la forma de pensar del caleño. El Alcalde no estaba equivocado cuando decía que si él conseguía un secretario de tránsito que lograra esa misión cambiaba automáticamente la mentalidad del ciudadano. Mire el comportamiento que hemos tenido en los eventos internacionales de los que hemos sido sede (deportivos y cumbre Alianza del Pacífico): excelente. Un ejemplo, las motos. Les tracé un carril preferente en las avenidas principales, ahora se gastan el 35% menos de tiempo, están más tranquilos y en menos peligro.Siempre se ha visto entre los secretarios de Tránsito y los guardas una gran tensión. Llama la atención ver la emotiva despedida que le hicieron…Yo encontré un equipo de guardas totalmente descorazonado, desmotivado, sin dignidad para salir a la calle. Mi tarea fue sacar todos los guardas que estaban en ese proceso de obsolescencia, de falta de cariño y decirles: señores, llegó un nuevo guarda que se llama Alberto Hadad y estaré en la calle con ustedes. Además, pasamos de tener 251 guardas (el 50% estaba en las oficinas), a tener 560, de los cuales me siento honrado totalmente.Pero también es cierto que se trata de un cuerpo de guardas muy cuestionado…No entiendo el porqué hay esa gran diferencia de salarios entre el sector público y el privado y esa es una de las consecuencias de la corrupción en el sector público, a nivel general. Estos señores se ganan $2,4 millones. Creo que es un salario digno, acorde con sus funciones. No quiere decir que no hubiera una oveja negra, incluso están judicializados porque los vieron pidiendo plata. Pero yo me reunía con esos permanentemente y siempre, a las 5:00 a.m. les decía, por favor, no excederse en autoridad, sean respetuosos y honestos. Creo que fue una parte de acoplamiento y creo que hay que estar con ellos. Queda un equipo de guardas muy estructurado.Sus críticos le cuestionan que se gastó mucho tiempo en la calle intentando hacer el papel de guarda y que fue autoritario ¿Qué les contesta?Un secretario de tránsito no puede ser de escritorio, debe estar en la calle. Es la única manera de darse cuenta de lo que está pasando en la ciudad. Sobre lo de autoritario o dictador diría que soy una persona de carácter, vehemente, creo que en ese momento de empezar, la ciudad tenía que enterarse de que venía, no un dictador, pero sí una persona con autoridad para hacer cumplir las normas.Una de las tareas que usted deja inconclusas es la salida del colectivo tradicional, que supuestamente debía estar afuera para el 27 de mayo. ¿Por qué no cumplió?Ese ha sido un dolor que siento y que siente el Alcalde, porque sigo siendo el primer creyente en el MÍO. Hubo un problema económico con el mayor operador del MIO, el cual no está sacando casi 150 buses. Eso desequilibra la prestación del servicio. El Alcalde dijo: hay que aplazar el retiro de estos 920 vehículos del colectivo porque no podemos dejar sin transporte a la ciudad, hasta tanto haya la capitalización de ese operador. Ahora se le escucha muy diplomático y calmado con el tema de la salida de los buses, pero en su momento, cuando Metrocali le cuestionó la efectividad de los operativos, usted criticó duramente a los operadores por la lentitud en la chatarrización…No quiero entrar en más debates, porque durante dos años los tuve todos y en esto uno no puede señalar una culpa única. Hay que hacer ajustes por parte del Gobierno en infraestructura, que se está haciendo, por parte de los operadores, porque están incumpliendo el proceso de la reducción de oferta (faltan 1227 buses). El Gobierno ha sido generoso apoyándonos con un crédito fuente para que los operadores se pongan al día, pero yo creo que son cosas que se van subsanando. En todo proceso de cambio hay choques y roces.Justamente hay gente que cree que su salida tiene que ver con ese enfrentamiento con el presidente de Metrocali, Luis Fernando Sandoval…Para nada, esa página ya pasó y las relaciones quedaron excelentes. Usted dio una guerra muy dura contra el transporte pirata, pero uno ve que todos los días esto crece más ¿cuál es la solución?Es impresionante cómo saca uno dos y entran cuatro. En dos años y medio inmovilizamos 4150 carros, suspendimos más de 500 licencias de conducción y siguen proliferando. La solución de fondo es esta: estos carros no son de Cali, son de la parte sur del Valle y parte del Cauca, lo que hay que hacer es chatarrizar, conformar empresas y ser alimentadores del MIO. Para que esto se dé tiene que haber apoyo del Gobierno Nacional y actitud política de los alcaldes de los distintos municipios vecinos.Qué tanto le metió la mano la Secretaría a las denuncias de que detrás de estos piratas estaban los guardas de tránsito y policías…En esto corrieron rumores de toda índole, que había guardas, que algunos alcaldes de los municipios vecinos tenían carros…la verdad soy muy malo para oír anónimos, pero no dejé de ponerle cuidado a eso y mire cómo en una ocasión nos tocó coger un pirata que era de un secretario de tránsito de otro municipio, que tenía tres autos a nombre de la señora…Usted ha sido crítico frente al reconocimiento del Alcalde. En las encuestas, por ejemplo, revelan que más gente cree que la ciudad va por buen camino, pero la percepción sobre la gestión del Alcalde no es la mejor. ¿A qué atribuye esto?El Alcalde es un hombre de quince horas de trabajo diarias, que sabe leer la ciudad, que se ha rodeado bien y me duele cuando pasa esto. Faltan cosas por hacer, como terminar el MIO, seguir mejorando la seguridad, etc., pero fíjese, el Alcalde baja en las encuestas y la gente que viene de afuera queda encantada con la ciudad. Hay gente que cree que usted hubiera sido un buen secretario de Gobierno y que lo que hizo en Tránsito lo hubiera podido trasladar a los temas de seguridad. ¿Le hubiera gustado ser secretario de Gobierno?Para nada. Acompañé al Alcalde en esto porque tenía la experiencia de dirigir un grupo de operadores internacionales de transporte masivo y aprendí qué es la movilidad, me sentí muy cómodo y di todo de mí. Me pasó lo que les pasa a algunos fusibles y ministros, se queman, y los ministros y secretarios se hicieron para quemarse.¿Siente, entonces, que se quemó?Di todo de mí, quemarse no es que se quemó por malo, sino que ya mi aporte fue suficiente. Como los toreros buenos, uno debe saberse retirar a tiempo. Usted es consciente de que genera pasiones. Hay quienes lo adoran y otros lo detestan. ¿Qué le dice la gente en la calle?Veo más gente que me da las gracias que la que me insulta. Y la gente que me da las gracias mínimo han tenido cinco fotomultas y son de estratos altos y bajos. Los taxis son un ejemplo clarísimo. Me odiaban y mire hoy cómo están de organizados. Ha sido muy tajante en que no tiene aspiraciones políticas. Cuando dice que no quiere ser Alcalde de Cali es para que le rueguen o porque definitivamente no le interesa…Desde el primer momento tenía claro cuál era mi misión: cambiar la cultura ciudadana, pero usted nunca me ha oído a mí diciendo que quiero ser alcalde. Me estoy jubilando en un mes, a los 62 años, voy a descansar. Si a la vuelta de un año no ve un candidato que quiera continuar la obra de Rodrigo Guerrero reconsideraría su posición?No creo, esto es un compromiso de familia, mi señora fue lo único que me pidió: ya diste todo, ya nos arriesgamos en todo, ya no más. Creo que hay gente para ser alcalde de Cali, lo que pasa es que tienen que prestar el servicio. No es fácil ser funcionario público. Hasta un carcelazo me gané y me evité cuatro porque me metieron cinco órdenes de captura por cosas insignificantes. Uno termina no ganando un sueldo sino pagando de su plata abogados para poder defenderse.

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