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Maraña de cables en postes de energía 'inundan' el espacio aéreo de Cali

Planeación busca que cableoperadores cumplan con subterranizar las redes aéreas. Pero la norma solo aplica para construcciones después del 2000.

8 de septiembre de 2013 Por: Alda Mera | Reportera de El País

Planeación busca que cableoperadores cumplan con subterranizar las redes aéreas. Pero la norma solo aplica para construcciones después del 2000.

Enredada como la maraña de cables que hay en cada esquina parece la materialización del plan para liberar el espacio aéreo de la ciudad de las antiestéticas telarañas negras que atentan contra el paisaje urbano y el entorno visual de los caleños. Además, constituyen un riesgo para la ciudadanía. El ambientalista Fernando Duque sostiene que el mayor peligro de una ciudad con tendidos aéreos es frente a un temblor o terremoto, porque pueden caer encima de las personas. “Las redes de energía pueden ocasionar cortos circuitos, apagones, incendios”, dice Duque. Pese a que Planeación Municipal y la subdirección de Ordenamiento Urbanístico lanzó en marzo pasado un plan para tratar de poner en cintura al menos a catorce cableoperadores que ofrecen servicios de telecomunicaciones (TV. por cable, internet y telefonía) y cumplir con la normatividad con relación a cableados aéreos, el proceso avanza a una velocidad distinta a aquella con los que se instalan. El crecimiento de la ciudad con su consecuente demanda de servicios públicos informáticos y energéticos, tejió una gran telaraña urbana que ensucia el entorno y estropea el paisaje. Para ello, la Administración creó una mesa intersectorial con los operadores y entidades que hacen parte de estos procedimientos: Planeación, Secretaría de Gobierno, Emcali con sus dos unidades de negocios (Energía y Telecomunicaciones) y representantes de cableoperadores que piden las licencias para saber si técnicamente se pueden autorizar más redes o no. León Darío Espinosa, subdirector del Plan de Ordenamiento Territorial, POT, dijo que en esta mesa de trabajo el ente de control les solicitó a los cableoperadores unos cronogramas de trabajo para el desmonte de sus redes.“Diferentes operadores han correspondido a este llamado, ya han empezado a solicitar los permisos para realizar la subterranización, consistente en la instalación de tuberías que deben pasar por debajo del suelo, para desmontar el cableado aéreo, por lo que le estamos dando prelación a estas solicitudes”, explicó Espinosa.El funcionario comentó que los cableoperadores han manifestado “el impacto económico que implica realizar esta subterranización, porque son costos que no contemplaban”. Sin embargo, la posición de la Administración Municipal, dice Espinosa, es la de que la norma está establecida, se debe cumplir y por lo tanto, ese impacto económico deben incluirlo en sus proyectos.Fernando Contreras, director de distribución de la gerencia de energía de Emcali, destacó las áreas donde ya se ha avanzado en la subterranización de redes. (Ver recuadro). Igualmente, la limpieza de espacio aéreo (no subterranización) de cableado excedente, con desmonte, en las áreas de los escenarios deportivos y zonas hoteleras, previo a los Juegos Mundiales. Áreas que, en una ciudad de 350 barrios, es como quitarle tres hilos a la telaraña. Entre tanto, los moños de cables sobre vías secundarias y terciarias de zonas urbanas construidas antes del tercer milenio, quedarán en lista de espera. Sobre todo en las llamadas zonas de desarrollo incompleto y en los sectores populosos.Por la sencilla razón de que la norma del POT establece que para las áreas construidas después del año 2000 los cableados debían ser subterranizados. “La ley no es retroactiva y dice que debería hacerse la subterranización, pero no dijo cómo, ni cuándo ni con qué. No establece fechas, plazos ni nada”, explica Espinosa.Es como si el antiguo POT hubiese dejado un “boquete” por donde se puede evadir fácilmente esta responsabilidad. La ciudad nunca antes emprendió campañas de este tipo, los operadores tendían las redes y no se hacía control sobre ello.Janeth Alegría, coordinadora del área de vigilancia y control del Departamento Administrativo de Gestión Ambiental, Dagma, admite que el Ministerio del Medio Ambiente solo ha normatizado la contaminación visual por publicidad exterior (vallas, avisos luminosos, pasacalles), pero no ha contemplado la problemática de cableado aéreo. Así que la ciudad vieja, construida antes del 2000, queda supeditada a que haya proyectos financieramente viables para dotarlos de tendidos subterráneos. Como el del Centro Histórico, “pero hay que ser realistas. Una cosa es pensar con el deseo y otra con los números. Los proyectos se hacen con recursos y con tiempo de planificación”, dijo Espinosa. Se refiere a que toda la maraña formada con lo que se colgó en los últimos doce años no es posible descolgarlo en un mes. Duque rechaza el eterno argumento de que subterranizar es muy costoso, cuando sale más caro no hacerlo porque el cable a la vista facilita el robo de cobre y del servicio de energía, aparte del peligro que ofrece. “En vez de romper y postear una y otra vez, es más técnico y menos riesgoso hacer un solo hueco para todo: abajo va el alcantarillado, encima el agua potable, luego las redes de energía y finalmente las de servicios informáticos y telecomunicaciones”. Esto requiere planificación para hacerlo antes de pavimentar y una ciudad como Cali, con riesgo de sismicidad, debería considerar estos factores, agrega Duque. Así, la expectativa de que algún día los caleños se asomen a las ventanas y balcones sin toparse con la telaraña negra en primer plano, no es fácil por las implicaciones financieras y técnicas. “Entendemos las dificultades, pero nos proponemos trabajar en forma conjunta, con la norma debajo del brazo, diciéndoles a los operadores: ‘colabórennos porque tenemos la potestad de imponer sanciones”. Los funcionarios admiten que “las empresas grandes están más atentas al llamado porque tienen un nombre detrás y no les conviene una mala publicidad. Pero hay problemas con firmas pequeñas o que ya no existen, cuyos representantes legales ya no es posible ubicar”. Y ni el Municipio ni Emcali tienen facultades para bajar cables porque se pueden exponer a demandas. El nuevo POT va a plantear metas porcentuales: por ejemplo, cada año un 5 % de las áreas de la ciudad con tendidos aéreos debe ir a subterranización. Así se irá realizando progresivamente hasta lograr desterrar del paisaje urbano esas antiestéticas y peligrosas telarañas.

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