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Lotes abandonados, un problema sin ‘cierre’ en el norte de Cali

Para muchos hogares, las zonas verdes no constituyen un disfrute ambiental sino que son un dolor de cabeza por cuanto estos espacios están en manos de consumidores de droga y delincuentes.

5 de febrero de 2017 Por: Redacción de Cali Norte

Para muchos hogares, las zonas verdes no constituyen un disfrute ambiental sino que son un dolor de cabeza por cuanto estos espacios están en manos de consumidores de droga y delincuentes.

Para muchas familias, estar rodeadas de verde y de espacios abiertos es un privilegio, pero a los habitantes de la Unidad Residencial Girasoles de La Flora II, en Prados del Norte, eso no los entusiasma.Más bien les mortifica, pues el lote ubicado en la Calle 33 AN y 34 con Avenida 2BN les representa una verdadera pesadilla de la quieren despertar cuanto antes.La culpa la tiene el basurero en el que se ha ido convirtiendo paulatinamente, “sin que las autoridades pongan mano dura para evitarlo o localicen al dueño para que lo encierre”. Y también el sombrío panorama que ofrece en la noche. “Como no está cercado, las prostitutas, los travestis, los drogadictos y los indigentes se entran a hacer de las suyas”, comentó uno de los afectados.A su vez, Andrés Felipe Trujillo, vecino del lugar, sostuvo que entre las muchas denuncias figura un derecho de petición a la Secretaría de Gobierno Municipal.La respuesta la obtuvieron en febrero de este año, por medio de un comunicado de la Subsecretaría de Policía y Justicia, en la que le remiten la queja a la Policía Metropolitana y a la Estación de La Flora. "Pero nada pasó y ese lote parece tierra de nadie, donde todo el que quiere bota basura, consume droga y ejerce la prostitución”, precisó. Hay quienes afirman que en cercanías a esta propiedad hay varios lotes con similares características: “Dicha zona, adyacente al Icbf, parece un motel al aire libre”, apuntó Argemiro Vuelvas, residente del sector. Muy cerca, otro terreno también los mantiene en vilo. Esta vez se trata de la esquina de la Avenida 2N con Calle 34N. Vecinos como Jorge Solano piden al dueño “cercarlo adecuadamente, como lo ordena el Decreto 1395 de 1998, pues representa un grave peligro para la comunidad vecina y, desde luego, para las personas que obligatoriamente deben pasar por este sector a pie o en carro. Pues allí se están escondiendo los atracadores”. Pero en esta zona verde, por la que transitar a pie es muy riesgoso dado que carece de andenes, la hierba no se detiene. Algunas veces la han cortado, pero luego vuelve a sembrar el terror en el sector.Y pese a que han elevado solicitudes a la oficina QAP de la Alcaldía, los líos en este terreno crecen, al igual que la maleza.Los matorrales de los lotes abandonados son justamente lo que preocupa a varios moradores de Santa Mónica, debido a dos predios contiguos localizados en la Calle 28N entre avenidas 6AN y 6BN. “Se volvieron un buen escondite, sobre todo para hombres, que entran a hacer necesidades fisiológicas y consumir vicio”, señaló una vecina que pidió omitir su nombre. Según ella, “son un foco de inseguridad y contaminación del medio ambiente, porque inescrupulosos están arrojando basuras. También la estética del barrio se deteriora y por estos lados vienen muchos extranjeros que se hospedan en los hoteles de los alrededores”. Agregó que “por eso denunciamos el caso, para que los dueños de los lotes busquen una pronta solución”.Al respecto, líderes comunitarios del barrio señalaron que en la Avenida 6N entre calles 27 y 28 se presenta la misma situación con un bien que se quedó a medio construir y está siendo ocupado por habitantes de la calle. Igual caso tienen en La Campiña, en la Calle 42 entre avenidas 6C y 6D, donde demolieron una edificación y el espacio no tardó en convertirse en un mal vecino. Pero, a pesar de las quejas ante las autoridades, los habitantes de estos sectores no ven solución a su problema. Por el contrario, cada día son más los líos que se adueñan de estos bienes que hace tiempo se volvieron males. Lo más difícil, aseguran, es saber quiénes son los dueños y dónde localizarlos para pedirles que los encierren. Mientras, “¿cómo le explicamos a nuestros niños por qué hay travestis, drogadictos y prostitutas cerca de nuestras casas?,” puntualizó Andrés Felipe Trujillo, haciendo alusión al lote de Prados del Norte.NormatividadMaría Fernanda Penilla, subsecretaria de Ordenamiento Urbanístico de la Alcaldía indicó que la altura del cerramiento de los lotes privados no debe ser menor a 2,5 metros y que para éste no se puede usar guadua ni otras maderas, como tampoco alambre de púa o zinc.Si el área es inferior a 1.000 metros cuadrados, el cerco debe hacerse en muro de ladrillo, mientras que si es mayor puede ser del mismo material o en otro, aclaró.La Subsecretaria de Ordenamiento Urbanístico añadió que una vez el dueño de un lote es notificado por parte de la Alcaldía, “se le da un plazo para que lo encierre, dependiendo del área y otras características del mismo”. En cuanto a la sanción por no atender la orden, varía según el área. “Se han impuesto multas de $30 millones, $15 millones, eso depende de varios factores y de si es reincidente”, precisó.

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