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Los problemas que aquejan a los barrios San Fernando Viejo y Nuevo de Cali

Estos sectores del sur de la ciudad padecen la inseguridad, el ruido y el mal estado de las vías.

8 de abril de 2012 Por: Diana Ruiz - Reportera de El País

Estos sectores del sur de la ciudad padecen la inseguridad, el ruido y el mal estado de las vías.

A los barrios San Fernando Viejo y Nuevo los une algo más que el nombre. Ambos sectores tienen en común varios dolores de cabeza que perturban la tranquilidad de sus habitantes.Tanto líderes comunitarios como moradores de los dos vecindarios coinciden en que la inseguridad, el ruido y el mal estado de las vías se colaron en los que hace algunos años fueron algunos de los barrios más tranquilos y ordenados de la ciudad.Para la Policía, por ejemplo, el hurto a personas, residencias y vehículos se presenta a ambos lados de la Calle 5, vía que divide a los dos sectores. También comparten los estragos que provocan las barras bravas de los equipos de fútbol de la ciudad cada que hay un partido en el Estadio Pascual Guerrero. Tanto San Fernando Viejo como Nuevo son considerados como puntos críticos por exceso de ruido por parte de las entidades ambientales. Por eso algunos habitantes lamentan que espacios como el tradicional Parque del Perro o los alrededores del Pascual sean ahora epicentro de bares y estancos que promovieron ‘zonas rosa’ en pleno sector residencial.Dicen las Juntas de Acción Comunal de los dos sectores que la invasión del espacio público por vehículos mal parqueados o por vendedores ambulantes está presente y que los daños en sus vías internas son producto de su uso como desvíos debido a algunas obras ejecutadas en la periferia.“Lo que necesitamos vencer es la apatía de los habitantes. Hay que denunciar lo que pase y trabajar por nuestros barrios”, dijo Katherine Dupriez, vocera de la JAC de San Fernando Viejo.El País hace una radiografía de los males que comparten los dos barrios.Preocupan robos permanentesSi en algo concuerdan líderes y habitantes de los barrios San Fernando Nuevo y Viejo es en señalar a la inseguridad como su mayor dolor de cabeza. Los habitantes de sectores aledaños al Parque del Perro, por ejemplo, tienen muchos incidentes para contar, como el que presenció hace poco un vigilante de cuadra. Un conductor fue abordado por dos hombres armados y le robaron las llaves del carro, la billetera y el celular. “Aquí hasta las señoras que salen a sacar sus perros son amenazadas con cuchillo y les quitan todo”, dijo Luis Gómez, morador de la zona.En San Fernando Nuevo la situación no es distinta. Dice Alicia Stella Escobar, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal del sector, que después de las 6:00 p.m. “esto se convierte en un atracadero. Aunque ella, asegura, ya fue víctima de un atraco a las 7:00 a.m. La situación más crítica, según la líder, se presenta en los alrededores del Club San Fernando. “Aquí se habla incluso de violaciones a mujeres. Eso, al parecer, pasó en un lote baldío sobre la Calle Quinta que se había vuelto la casa de indigentes”, dijo un habitante de la zona que prefirió omitir su nombre.Entre enero y marzo del 2012, la Policía recibió 22 denuncias por hurto a personas en ambos vecindarios, según las estadísticas. La falta de iluminación en las calles, el poco mantenimiento a las zonas verdes y el miedo a la denuncia son, según el mayor Gustavo Rengifo, Comandante de la Estación de Policía de El Lido, factores que permiten la existencia de este mal. “Hacemos patrullaje permanente, pero el Municipio también debe cumplir con el mantenimiento del espacio público”, indicó. Los hurtos a residencias también se presentan en los dos San Fernando. Rengifo explicó que suplantando la autoridad o con la ‘llamada millonaria’ los delincuentes engañan a sus dueños. “Dicen que hay que pagar para evitar que un familiar vaya a la cárcel. Hay que estar alerta”, dijo. Ruido sin límitesEn un reciente diagnóstico realizado por el Dagma se estableció que los barrios San Fernando Viejo y Nuevo son catalogados como críticos en materia de exceso de ruido. Leonor Jiménez, de 57 años, asegura que no se equivocaron. Dice que dormir es un tormento por cuenta de estancos y bares instalados en el Parque del Perro, en San Fernando Viejo, cerca a su casa. “Eso sin contar los carros que vienen y ponen música a todo volumen hasta las 2:00 a.m.”, añadió Jimenez. Según Katherine Dupriez, vocera de la JAC del barrio, son cinco los establecimientos más problemáticos “que no quieren entender que esto es un sector residencial”. A los habitantes de San Fernando Nuevo, ubicados cerca a la Carrera 34 , lo que los afecta es el ruido de algunos estancos y tiendas que funcionan como bares, según la presidenta de la JAC, Olga Micolta.Mónica Londoño, coordinadora Ambiental de la entidad, indicó que en ambos barrios se encuentran negocios que realizan actividades diferentes a las que el permiso de uso del suelo les permite. “Necesitamos el apoyo de la Secretaría de Gobierno para que haga los cierres que corresponden”, dijo Londoño. Pese a que la funcionaria aseguró que todos los fines de semana hay controles, la comunidad pide presencia más frecuente.Daños en las vías Pese a que en el barrio San Fernando Viejo se desarrollan obras de recuperación vial, pertenecientes a las 21 Megaobras, vías como la Carrera 26 con Calle 3 Oeste, a la que se le cambió la capa asfáltica hace un año, ya tiene grietas, según Estela González, secretaria de la Junta de Acción Comunal. “El tráfico se ha concentrado por este sector mientras se arregla la vía que desde el Parque del Perro lleva a la Circunvalar”, dijo. En este caso, explicó Omar Cantillo, subsecretario de Infraestructura de Cali, el contratista debe garantizar que la vía que fue utilizada como desvío quede en perfectas condiciones. Otras vías internas como las carreras 34, 35 y 36 están en pésimo estado desde hace más de dos años, denunció Florencia Jaramillo, fiscal de la JAC. En San Fernando Nuevo, la Carrera 38 entre Avenida Roosevelt y 5B y vías aledañas al Club San Fernando están en mal estado. “Nos cansamos de pedir el arreglo”, dijo Olga Micolta, presidenta de la JAC del barrio.

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