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Los primeros días del sargento de la Policía César Augusto Lasso en la libertad

"Prefiero hablar de mis días felices", expresa en la libertad el uniformado. El jueves jugó un partido de fútbol. El intendente Wilson Rojas cuenta de sus años en la selva.

8 de abril de 2012 Por: Daniel Suárez Pérez, reportero de El País

"Prefiero hablar de mis días felices", expresa en la libertad el uniformado. El jueves jugó un partido de fútbol. El intendente Wilson Rojas cuenta de sus años en la selva.

El cautiverio no solo alejó al sargento César Augusto Lasso Monsalve de lo que más ama, su familia, también de lo que más lo apasiona: el fútbol. El suboficial recuerda que fueron casi catorce años en los que no pateó un balón y durante los que no vio los goles de su equipo favorito: el Deportivo Cali.Lasso cuenta que durante la última semana no ha podido dormir bien, ha conciliado el sueño en las noches durante intervalos cortos. El jueves en la madrugada, antes de levantarse de la cama y en medio del insomnio, pensó que ese sería el día en el que jugaría fútbol. En el Club de Agentes de la Policía en Bogotá, donde permanece desde el miércoles con sus familiares, reunió a los otros policías liberados y a otros allegados.El partido de ‘Fútbol 6’ comenzó a las 10:00 a.m. El suboficial probó las buenas condiciones que aún tenía su “zurda”. Marcó dos goles durante la hora y media de juego. Lasso señala que lo único que lo molestó fue un “tirón” en la espalda por cargar a su hija de 14 años después de las liberaciones y un raspón en la rodilla izquierda.“De estado físico estaba súper bien. Hizo una pausa pequeña en la mitad, pero terminó el juego”, menciona su hermano Daniel Omar Lasso, y agrega que ese día ni los años de secuestro ni la altura de Bogotá le hicieron daño.El suboficial advierte que los médicos le han dicho que por estos días lo que sí lo puede afectar es recordar los años de cautiverio. Lasso explica que por eso le impidieron hablar más a los medios y cuando lo hace prefiere contar lo que ha vivido a partir del lunes, de “mis días más felices”.De vuelta al estadioLasso comenta que después del partido del jueves quedó con más ganas de jugar. Ayer programó otro encuentro en Bogotá. Advierte que el “picadito” que espera con más ansias es con los jugadores del Deportivo Cali. Se imagina que ese partido podría ser en quince días.El sargento viajará la próxima semana con Fabiola Monsalve -su madre-, Ninfa Hernández -su compañera sentimental-, y sus tres hijos a un encuentro programado por la Policía en San Andrés. Comenta que luego podría llegar a su casa materna en la capital del Valle y después “ver un partido del Cali y jugar con los del equipo”.Ese día su hijo Daniel Lasso , quizás no lo acompañará, el joven de 14 años expresa que a diferencia de su padre es hincha del América. Lasso comenta entre risas, que el día que se dio cuenta de los gustos “futbolísticos” de su hijo, “le respondí: usted está en la B, yo por lo menos estoy en la A”.Lo nuevo de la libertadLo único que el suboficial supo del fútbol en los 13 años y 4 meses de cautiverio, lo escuchó por radio. Para no sentirse frustrado se burla de las cosas nuevas. Relata que cuando “nos fuimos a echar el partidito de micro” le dijeron:-Vamos a jugar en una cancha sintética.-Sin-tetica, repitió Lasso.-No, es sin-té-ti-ca.Lisseth Lasso, de 20 años e hija mayor del sargento, manifiesta que “ese humor y la recocha” es lo que no ha perdido su padre, era lo que más recordaba de él antes del secuestro. “Se ha mantenido molestando y riéndose aquí y allá”.Lasso comenta que es difícil adaptarse a lo nuevo . Señala que no ha asimilado muy bien que las personas utilicen teléfonos móviles para comunicarse, solo los había visto en las pocas revistas que vio durante el cautiverio. “Y este celular por el que estoy hablando es ya historia para todo mundo, para mí es historia nueva. La verdad es que al principio no sabía por dónde hablar. Ahorita es ya que le estoy tomando el ritmo. Ya mis compañeros tienen más experiencia en esto porque están hablando más que yo. Ahí le coge uno el tiro”.

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