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¿Los caleños se están alejando de la religión católica?

La iglesia católica caleña acepta haber perdido terreno en la ciudad por diversas razones.Qué hay detrás de la ‘diáspora’ de fieles católicos hacia otras religiones. Preocupación.

29 de mayo de 2011 Por: José Luis Carrillo | Reportero de El País

La iglesia católica caleña acepta haber perdido terreno en la ciudad por diversas razones.Qué hay detrás de la ‘diáspora’ de fieles católicos hacia otras religiones. Preocupación.

Como casi todos los domingos, un grupo de feligreses se reúne en un viejo cine del centro de Cali. Las luces se apagan y el pastor Bernardo, un hombre de jeans y camiseta, sube al escenario. “Dios esta aquí, yo soy su pastor”. Todos responden “amén”, incluso los diez nuevos miembros que cada semana llegan hasta este lugar referidos por otros congregantes.Carlos Guzmán es uno de ellos. Desde los 12 años ha estado en una búsqueda espiritual que lo lanza de un extremo al otro.“Fui seminarista de la iglesia católica, indagué en el protestantismo e incluso estuve en un resguardo indígena donde traté de tener una conexión con los ‘taitas’. Hoy estoy aquí por una amiga que me recomendó. No sé, al principio siempre creo encontrar la doctrina adecuada, pero con el tiempo me desanimo”, comenta.Con la llegada de monseñor Darío de Jesús Monsalve como nuevo arzobispo de Cali, el tema de la deserción de fieles católicos volvió a estar sobre la mesa. Él mismo aceptó que la iglesia católica ha perdido terreno en la ciudad por diversas razones y ha hablado incluso la proliferación de “microempresas religiosas”.Se estima (según cálculos de congregaciones cristianas) que en Cali hay 500.000 personas pertenecientes a religiones distintas a la católica. 300.000 de ellas son de las llamadas iglesias cristianas. La Arquidiócesis de Cali, por su parte, sostiene que el 85% de la ciudad es católica, es decir, cerca de 1.800.000 caleños. Según el Dane, la ciudad tiene una población de 2.200.000 personas.“Es difícil tener las cifras de las personas convertidas del catolicismo a otras religiones, sin embargo, en una congregación como la mía, donde hay cerca de 500 asistentes, se presentan semanalmente entre siete y quince católicos que cada semana se convierten”, señala Justo Román Acero, teólogo del Seminario Bautista y pastor de la iglesia La Gran Comisión de Jesucristo. Según el religioso, iglesias cristianas de renombre en la ciudad, como El Nazareno, reciben semanalmente 120 nuevos involucrados. “La comunidad de Jonh Milton, en Las Vallas, da la bienvenida a 250, entre las que se encuentran muchos profesionales, eso es impresionante”, agrega.Asimismo, sorprende el número de pastores en Cali: cerca de 380, cada uno con su propia iglesia y comunidad, frente a las 150 parroquias católicas que hay en la ciudad. Esto quiere decir que por cada parroquia católica hay 2,5 cristianas. Eso sin contar los templos de otras religiones.Algunos sacerdotes de Cali son conscientes de la migración de creyentes y sostienen que esto se ve claramente en la disminución de jóvenes con aspiración sacerdotal.Lo ideal es que cada año se postulen al menos 150 muchachos, uno por parroquia, pero sólo son 25 ó 30. Asimismo, sólo se están ordenando al año seis sacerdotes”, sostiene un religioso católico.Gustavo Isaza, director del Seminario Mayor de Cali, explica que actualmente hay 81 jóvenes en esta institución formándose para ser sacerdotes (18 de Palmira, 16 de Guapi, 6 de Buenaventura y 47 de Cali). Además, aclaró que la vocación religiosa no es de números “porque el apostolado es un misterio que llega al corazón de los hombres”.“En el catolicismo no hay mercadotecnia”Monseñor Monsalve afirma que es consciente de la migración de creyentes y explica que este fenómeno no es exclusivo de Cali.“El tema de la secularización es universal, la gente está buscando una respuesta a sus necesidades. Que Dios les arregle los problemas, de allí que se dé una tendencia a mercantilizar la religión, por ello algunas doctrinas se centran en la necesidades del individuo. En otros casos, estas ‘nuevas iglesias’ tienen una visión apocalíptica de la fe y fundamentan su dogma en el temor. En el catolicismo no prevalece el pastor que brilla, no hay mercadotecnia”, dice.José González, párroco de San Fernando Rey y coordinador de comunicaciones de la Arquidiócesis de Cali, precisa que un número importante de católicos migra a otras religiones, pero advierte que es un fenómeno temporal.“La gente que ingresa a otras iglesias es muy pasajera. Usted encuentra en una semana un templo lleno y a la otra semana está vacío, a veces tienen que cerrar, esto se da porque regularmente ellos recogen gente que atraviesa crisis”, precisa.El religioso agrega que la Iglesia Católica, como ninguna otra en la ciudad, ha hecho un profundo trabajo social, con comedores comunitarios, hospitales, guarderías, colegios y ancianatos, estructurando la fe no sólo en la palabra sino también en la acción.“Tenemos programas como Samaritanos de la Calle, hemos educado la ciudad, nuestro trabajo social ha sido grande y de impacto y no sólo de ahora sino desde la misma fundación de Cali”, sostiene.Pastores que miran a los ojosJaime Alonso Dueñas, uno de los líderes del Centro Colombiano de Teoterapia Integral, sostiene que muchos caleños están cambiando de religión porque están buscando una respuesta espiritual.“Hace apenas 50 años las misas católicas eran en latín y muchos de los actos litúrgicos actuales son rituales que la gente no entiende. Por eso las personas buscan a pastores que los miren a los ojos, que sean cercanos, que les hablen sencillo, que vistan y canten la música que les gusta”, señala.Según Gustavo Isaza, quien además de sacerdote es sociólogo, los cambios de los caleños en su fe corresponden a una falta de estructura antropológica frente a una realidad de lo trascendente. “Además veo con preocupación que algunos ‘curitas’ católicos están entrando en esa tónica de los milagros, de las misas de sanación, de la imposición de las manos, del exorcismo y creo que la fe católica es mucho más que eso, es una estructura frente a la realidad de lo trascendente”, recalcó.Isaza coincide con el sacerdote José González en que los párrocos deben hacer más trabajo de campo y salir a evangelizar.“Por ejemplo, Cali con un 53% de población afro, es una ciudad que necesita una mirada cosmogónica diferente de esta cultura para poder difundir la palabra de Dios y nosotros lo estamos trabajamos en el Seminario Mayor ”, dice Isaza. Monseñor Monsalve expresa que uno de los grandes retos de su apostolado en Cali será buscar un mayor protagonismo de los católicos afro.Para Johanio Nuñez, un seminarista de 29 años, el paso de los católicos a otras religiones se da porque el hombre moderno quiere encontrar el sentido de la vida “y lo está buscando en las cosas extraordinarias, en los milagros, cuando verdaderamente está en lo cotidiano, en las cosas sencillas”.Lo que dicen los académicosJavier Reyes, antropólogo de Univalle, manifiesta que el problema de la secularización de la fe católica se debe a que si bien la mayoría de la población caleña está bautizada en la Iglesia Católica, los practicantes son muy pocos.“Por ejemplo, si tomamos uno de los mandatos de la Iglesia Católica, como el de asistir a misa todos los domingos, podemos decir que sólo el 10% de la población bautizada católica realiza este rito”.Francisco Morales, sociólogo de la Universidad Javeriana, explica que la reducida cantidad de sacerdotes católicos por número de fieles en Cali hace prácticamente imposible para los religiosos dar una atención personalizada, situación distinta a las iglesias protestantes. “Asimismo, es escasa la formación religiosa en amplios sectores del catolicismo. La mayoría de los bautizados no tiene una mayor inducción en el terreno religioso”, afirma. Morales sostiene que esta situación lleva a la conclusión de que son irreales las cifras de los católicos en el mundo. “Estadísticas basadas en la cantidad de bautizados católicos no son un dato concreto de los que verdaderamente viven su fe. Además la reacción de la Iglesia Católica frente a la deserción de sus fieles ha sido lenta”.

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