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Las casas gratis le están saliendo muy costosas a Cali

Cada día están llegando a la ciudad 100 personas que reclaman una vivienda aduciendo que son desplazados. ¿Se debe seguir regalando? Opinan los expertos.

8 de marzo de 2015 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

Cada día están llegando a la ciudad 100 personas que reclaman una vivienda aduciendo que son desplazados. ¿Se debe seguir regalando? Opinan los expertos.

Mariluz Angulo parecía sentirse rara en esa urbanización nueva de ladrillo limpio y calles ordenadas que es Llano Verde, al suroriente de Cali. Tiene cuatro hijos, es de Buenaventura, y dice que llegó a la ciudad hace ocho años. Se asentó en el jarillón del río Cauca frente a Petecuy, hasta el año pasado, cuando el gobierno le dio una casa gratis y fue reubicada, junto a 469 familias de su invasión, en las nuevas viviendas. Su vecino, Jámison Murillo, quien regaba las primeras matas del antejardín de su nueva casa, vivió por varios años en un relleno de la laguna de Charco Azul y también se ganó la ‘lotería’ de las casas gratis en Llano Verde. Sin embargo, Javier Alarcón, un caleño obrero de la construcción que ha vivido los 48 años de su existencia en la ciudad, siempre de arriendo, dice que no ha podido hacerse a su casa propia porque la plata no le alcanza. “Para nosotros no hay soluciones de vivienda”, se lamenta.El de Llano Verde es un proyecto habitacional financiado por la Nación de 3471 casas, cada una con un área de 48 metros, dos plantas, dos habitaciones, sala-comedor, un baño, cocina y patio con posibilidad de ampliación. Los beneficiarios son desplazados por la violencia llegados a Cali, muchos hace poco tiempo.Aparte de ello, en Potrerogrande, se ha venido haciendo una reubicación de invasores del jarillón del río Cauca, la laguna de El Pondaje, Colonia Nariñense y otras invasiones en 3867 viviendas subsidiadas.Precisamente esta semana, un grupo de personas se tomó 56 viviendas de Barrio Taller, uno de los sectores vecinos de Potrerogrande, exigiendo que les dieran esas viviendas desocupadas, pero asignadas desde hace dos años a otras familias. Lea también: Familias que invadieron viviendas en Barrio Taller fueron censadas Y, como si fuera poco, una sentencia judicial le ordenó al Municipio reubicar a 8700 familias asentadas a lo largo de los 17 kilómetros del jarillón del río Cauca, por lo cual, según dijo Juan Carlos Rueda, secretario de Vivienda, se les va a hacer una oferta habitacional con 3600 viviendas este año en dos programas: la Ciudadela Recreativa Charco Azul y El Pondaje y la Ciudadela Calidad. Es vivienda prioritaria de menos de 70 salarios mínimos mensuales. Pero el problema en vez de superarse sigue creciendo. Felipe Montoya, asesor de Paz del Municipio, advierte que con este ‘boom’ de la vivienda gratis este año ya están llegando a la ciudad 25 familias diarias; es decir, alrededor de 100 personas cada día, diciendo que son desplazados de la violencia y demandando una solución de vivienda.Traen documentos, declaraciones autenticadas, cartas que se han cruzado con alguna dependencia oficial y aún con la Presidencia de la República, para demostrar que son víctimas y exigir casa gratis. “Saben perfectamente qué trámites se requieren, qué exigir y a dónde ir”, anota Montoya. Incluso cuentan con la ayuda de abogados y últimamente de políticos que interceden por ellos para lograr los beneficios.“Es muy preocupante para nosotros porque Cali se volvió demasiado atractiva para el entorno regional, de Putumayo en menor medida, pero de Nariño hacia arriba todos los departamento”, dice Montoya.Rueda señala que “nosotros tenemos nuestros propios problemas sociales por el déficit habitacional tan alto que hay y que se agrava con estas migraciones. Las soluciones que logramos producir nos sirven para ubicar en un 90 % a las familias que llegan nuevas a la ciudad, pero no nos permiten atender a las familias caleñas que están buscando una oportunidad de vivienda”. Montoya, a su vez, reconoce que con frecuencia “salimos a terreno y nos encontramos con los caleños tradicionales pobres que les molesta enormemente o se siente ofendidos cuando ven que las casas se las están entregando a los desplazados. Muchas de esas casas terminan en manos de personas que ni siquiera son caleños ni desplazados”.“No tenemos los recursos ni las herramientas para dar solución a esa demanda tan grande de vivienda que tenemos”, advirtió Rueda. Arma de doble filoLa entrega de casas gratis se ha convertido en un arma de doble filo para la ciudad, porque como dijo Felipe Delgado, personero Delegado para la Participación, si bien son una herramienta de justicia social con las víctimas de la violencia, a Cali se le ha vuelto un problema social muy grande, porque se está llenando de gente venida de todas partes que ‘exige’, incluso por vía judicial, una vivienda gratis que el Municipio no les puede dar.Por eso, dijo, sería muy conveniente que se hiciera “una campaña hacia el exterior, para decir que Cali no tiene posibilidad de dar vivienda a quienes están hoy en Cali y que, por supuesto, es imposible dársela a los que vengan”. De hecho, el Municipio no regala viviendas, las da el Gobierno Nacional con su plan de ‘cien mil viviendas gratis’, de acuerdo a una selección de beneficiarios que realiza. Pero al Municipio le toca completar las inversiones en infraestructura, servicios y equipamiento urbano y social que se requiera. El llamado al Gobierno Nacional -dice, por su parte, el Asesor de Paz de Cali- es a que las soluciones de vivienda gratuita se las entreguen en su mismo territorio a los desplazados para así facilitar el retorno de estas personas. “Hay casos puntuales donde la gente no puede volver, pero pensando en un escenario de postconflicto donde volvería la seguridad a algunas zonas del país, esta iniciativa de viviendas gratuitas se podría ampliar más en los lugares de mayor expulsión de víctimas del conflicto”, señaló.Lina Martínez, directora del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Icesi, sostiene que “regalar no es una buena estrategia de política pública, es más una estrategia populista para ganar votos y amarrar políticamente a la población”.En su criterio, el gobierno debería tener una política como la VIPA (Vivienda de Interés Prioritario para Ahorradores), en la cual la gente ahorra una parte y el gobierno le da un subsidio, con lo cual tendría un mejor cubrimiento de la política de vivienda. Porque, como dijo una fuente oficial, “en Cali no hay casa pa’ tanta gente”.Presión social por la vivienda“Tenemos muchos reclamos de gente de Cali porque no le solucionamos a ellos el problema de vivienda, pero sí a los recién llegados. Lo que pasa es que ejerce tanta presión la población vulnerable que llega sin un sitio donde vivir y lo primero que busca es invadir sitios, generar todas las presiones a la administración municipal y los organismos que los defienden de manera natural nos apuran también a nosotros para que les demos una respuesta. Terminamos atendiendo la población que llega de última, y la gran base social de la ciudad se va quedando desatendida porque no tenemos ni los recursos ni las herramientas para dar una atención mayor a esa demanda grande que tenemos”, dice Juan Carlos Rueda, secretario de Vivienda.Gustavo Jaramillo, presidente de la Lonja de Propiedad Raíz de Cali, dice que dar casas gratis “tiene tanto de largo como de ancho, es un aliciente poderles brindar techo a los más necesitados, pero deben establecerse unas políticas claras para controlar de alguna forma esa alta migración que está teniendo Cali”.

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