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La 'telaraña' que se entreteje detrás del negocio de los camperos en Cali

Transportadores dicen que hay engaños, muertos y amenazas con el propósito de quedarse con el servicio de ladera.

7 de octubre de 2013 Por: Redacción de El País

Transportadores dicen que hay engaños, muertos y amenazas con el propósito de quedarse con el servicio de ladera.

La semana pasada, la ciudad quedó enterada de que detrás del servicio de transporte público en la ladera de Cali que prestan 488 camperos hay una oscura disputa por un negocio que mueve más de $200 millones diarios.Según los dueños de camperos que bloquearon las vías del oeste de Cali la semana pasada, en este proceso ha habido engaños, exclusiones, amenazas y hasta muertos.En Cali hay siete empresas de camperos, tres de las cuales se asociaron para conformar Gualas SAS. Esta sociedad está integrada por las empresas Cootransol, Emperador y La Ermita.Gualas SAS le presentó a la Secretaría de Tránsito una solicitud para suscribir un convenio interinstitucional y esta dependencia expidió este año dos resoluciones sobre el tema. La primera hacía referencia a los estudios técnicos para prestar el servicio y la segunda autorizaba la suscripción del convenio empresarial propuesto por Gualas SAS, bajo la modalidad de asociación empresas–empresas y la Secretaría de Tránsito.Esto significaba que las otras cuatro empresas de camperos (Cootrasunidos, La Estrella, Montebello y La Sultana) se quedaran por fuera del negocio. También estaban por fuera los pequeños propietarios de vehículos de las tres empresas asociadas a Gualas SAS. Ober Zuleta, líder de los pequeños transportadores, advierte que quienes firmaron los convenios “fueron los dueños del letrero”, es decir, las empresas afiliadoras de vehículos y no los propietarios de los camperos, porque las empresas no tienen vehículos propios.En una mesa de negociación, la Personería Municipal y la Defensoría del Pueblo le habían solicitado a la Secretaría de Tránsito que revisara la legalidad de estas actuaciones ya que en la segunda resolución donde firman el convenio con Gualas SAS, en el artículo segundo se les entregaba todo el negocio. Allí se decía que “en adelante quedarán facultados para adelantar las funciones de coordinación, planificación, decisión y operación del sistema de transporte público terrestre en la ladera en la ciudad de Santiago de Cali”. La Secretaría de Tránsito aseguraba que no estaba entregando a Gualas SAS la concesión del transporte en la ladera, pero tanto los pequeños transportadores como la Personería y la Defensoría del Pueblo sostuvieron que en la práctica sí se les estaba entregando todo.“Por eso le pedimos a la Secretaría rectificar la resolución que autorizaba dicho convenio”, dijo Ángela Patiño, personera delegada ante el Tránsito. Patiño advirtió, además, que esa especie de ‘concesión’ de transporte masivo es competencia de Metrocali.En la resolución que autorizó el convenio con Gualas SAS, expedida en mayo de este año, es donde según Ober Zuleta, vocero de los pequeños transportadores, “se metió la mano negra de algunos abogados del Tránsito” para redactar dicho documento. Agrega que uno de los abogados fue separado de su cargo.Por su parte, Patiño aceptó que la Secretaría de Tránsito está autorizada para firmar ese tipo de convenios empresariales, “pero sólo para mejorar el transporte y la movilidad en Cali”. Sin embargo, todos coinciden en que para el caso actual, en la práctica Gualas SAS se volvería un nuevo operador de transporte masivo en la ladera así no se presente legalmente de esa manera.La Personera Delegada anotó que esos convenios deben firmarse con empresas legalmente constituidas “y ahora que la Secretaría de Tránsito está cancelando empresas, no va a autorizar una más”.En últimas, según el Ministerio Público, el convenio tenía una “extralimitación de funciones por parte del Tránsito”. Esa situación fue la que quiso enmendar en una tercera resolución que expidió el jueves pasado, luego de la presión de transportadores y organismos de control, donde ya abre la posibilidad de que otras empresas puedan presentar propuestas para mejorar el servicio de transporte en la ladera.En ese momento, el secretario de Tránsito de Cali, Alberto Hadad, dijo que el Municipio “no ha autorizado, ni entregado exclusividad alguna para la prestación del servicio público de transporte de pasajeros en las zonas de ladera a los integrantes del convenio de colaboración empresarial Gualas SAS”.Aclaró que dicho convenio “tiene el alcance determinado en el Artículo 36 del Decreto 170 de 2001, en donde se establece que la autorización es exclusivamente sobre servicios (rutas) previamente autorizados a las empresas involucradas en dicho convenio”.Por su parte, Óscar Pineda, uno de los voceros de Gualas SAS, indicó que ellos no son una operadora y que no están buscando quedarse con la concesión exclusiva del servicio de transporte en la ladera, sino mejorarlo e integrarlo al sistema de transporte masivo MÍO.En efecto, esta sociedad había hecho acercamientos a principios de año con la anterior presidenta de Metrocali, María del Pilar Rodríguez, para consolidar un proyecto de integración de los camperos al sistema MÍO. El hoy presidente de Metrocali, Luis Fernando Sandoval, hizo saber, por su parte, que la entidad no ha decidido aún nada sobre el tema de los camperos y que los interesados pueden presentar sus propuestas y estudios técnicos, los cuales serán analizados por Metrocali. Pero hasta ahora no se le está entregando ese servicio a nadie, advirtió el funcionario.El personero Andrés Santamaría, terció en la discusión. Dijo que “no veo lógico que estos procesos que buscan transformar la ciudad en un mejor servicio de transporte urbano se inicien con situaciones de exclusión”.Agregó que por eso los pequeños propietarios tienen que acudir a las protestas y vías de hecho, repitiendo lo que ya pasó con los pequeños transportadores del MÍO, lo cual podría generarle onerosas demandas al Municipio, según advirtió.Lo cierto es que, aunque medio millón de ciudadanos que habitan la ladera caleña están esperando integrarse al MÍO en mejores condiciones, detrás hay una oscura puja por el negocio en el que, de nuevo, los pequeños propietarios no parecen estar invitados.

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