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¿La Feria de Cali está cambiando para bien o está en su ocaso?

El cobro de espectáculos callejeros, falta de escenarios y recorte de presupuesto son algunas de las quejas.

11 de diciembre de 2011 Por: José Luis Carrillo Sarria | Reportero de El País

El cobro de espectáculos callejeros, falta de escenarios y recorte de presupuesto son algunas de las quejas.

Para un sector de los caleños la Feria de Cali está perdiendo brillo. En esta ocasión la polémica generada, por lo que algunos consideran la “privatización” de un espectáculo históricamente público, dejó ver que no son pocos los problemas que aquejan la organización de las fiestas en su versión número 54. La falta de escenarios para realizar los conciertos masivos, el recorte del presupuesto, la queja de algunos artistas locales por el trato de los organizadores y la pérdida de convocatoria de ciertos espectáculos tradicionales son los cuestionamientos de artistas, productores, empresarios, comunicadores y líderes vinculados a la festividad. La venta de puestos en graderías para los desfiles sobre la Autopista Sur, considerada el corazón de la feria, es quizá el aspecto que genera más malestar. Para la periodista Bethsabe Castro, quién fue parte de comités pasados de la Feria de Cali, no tiene sentido cobrar los mejores lugares para ver el espectáculo del Salsódromo y los desfiles de la Autopista Sur cuando el alcalde Jorge Iván Ospina sostiene que es una fiesta incluyente. “Este tipo de eventos debería ser gratuito pensando en el público masivo, en la gente de pocos recursos que busca alternativas para poder involucrarse en la fiesta por que en la mayoría de las actividades se cobra”. De forma similar piensa el empresario Daniel Soto, quien dice que la boletería para las graderías de la Autopista Sur ha tenido inconvenientes en las pasada ediciones de la feria y eso deja un mal sabor entre la comunidad. “El año pasado fue evidente la mala organización en la entrega de las boletas para esas graderías y eso le quita credibilidad al evento”. Cabe recordar que a principios de año un informe de la Contraloría Municipal reveló que durante la versión 53 de la Feria de Cali (2010) se cometieron irregularidades en su ejecución (ver recuadro). Según el informe, “se evidenció improvisación y falta de planeación del Municipio y de Corfecali en lo relacionado a la toma de decisión de si los eventos que debían realizarse en ella eran de carácter gratuito o debían comercializarse”. La falta de escenarios para realizar espectáculos es otro aspecto que preocupa a los artistas. Luis E. Hernández, El Mulato, reconocido bailarín, explica que muchos de estos sitios se encuentran entutelados o con restricciones. “En el Teatro al Aire Libre Los Cristales no se pueden realizar eventos hasta altas horas de la noche, en el estadio Pascual Guerrero ya todos conocemos los inconvenientes desde lo ocurrido en el Petronio y en el Coliseo Evangelista Mora la acústica es pésima”, precisó. Para el empresario Raúl Hernández, el hecho de que no se puedan realizar eventos artísticos en el Pascual Guerrero es un freno de mano a la Feria de Cali. “Los turistas que vienen a Cali esperan disfrutar un espectáculo como el Festival de Orquestas en un escenario moderno y remodelado como el Pascual Guerrero, pero encuentran que no es así y les toca desplazarse hasta las canchas panamericanas con todas la incomodidades que representa ese espacio”, comenta. El empresario agrega que ante la falta de espacios para espectáculos se habilitó el estadio del Deportivo Cali. Sin embargo, todos los impuestos que se generan allí se los lleva el Municipio de Palmira, donde esta ubicado el escenario. Rodolfo Delgado, productor de eventos en la ciudad, va más allá y sostiene que el gran problema de la Feria de Cali es que perdió su concepto. “El Festival de Orquestas bajó su perfil porque ya hay otros conciertos que le compiten. Este evento era una insignia, pero lo relegaron. Allí mandaban las orquestas nuestras y el extranjero que quería participar tenía que pagar. Ahora no es así y al artista que viene del exterior se le da un trato preferencial, mientras al nuestro lo desplazamos”. Este último planteamiento es reforzado por varios artistas locales que consultó El País, quienes coincidieron en decir que mientras a las orquestas extranjeras se les da camerinos, a los locales sólo sillas de plástico, por sólo ilustrar un aspecto. Para el mánager Francisco Méndez lo más preocupante del certamen es que actividades tradicionales como la cabalgata, las corridas de toros y algunos conciertos han perdido interés del público. “La cabalgata era uno de los mejores eventos y se ha venido a menos, igual sucede con las corridas de toros, que se han perjudicado por el choque de trenes entre la Fundación y la sociedad Plaza de Toros. Algunos conciertos han perdido interés por que los caleños están cansados de ver los mismos artistas todo los años”, dijo. Según Méndez, todo esto obedece al manejo que le ha dado Corfecali a la fiesta “porque los directores de la feria tienen intereses creados con sus discotecas”.

Corfecali responde

Frente a los cuestionamientos por el cobro para acceder a los mejores puestos en los desfiles de la feria, Leobardo Amú Sierra, gerente de Corfecali, respondió que sólo el 3% de las 350.000 personas que podrán presenciar los cuatro desfiles que se realizarán en la Autopista sur, ‘Corazón de la Feria’ deberán pagar. Con esto aspiran a recaudar $1.500 millones para financiar las festividades. Amú sostiene que el objetivo de comercializar esa parte es satisfacer el sector empresarial, hotelero y turístico. “Ahora, si no tiene cómo comprar la boleta, si se gana un mínimo, debe llegar tempranito para que coja buen puesto y vea los eventos cómodamente de pie”. En relación con la falta de espacios para realizar los conciertos, el director de la feria coincidió en que esta es una deficiencia que tiene la ciudad. “El problema es que Cali no tiene escenarios adecuados para hacer eventos artísticos. El Coliseo del Pueblo no tiene buena acústica y a pesar que en el Pascual Guerrero se hizo la inversión, la Procuraduría recomendó no utilizarlo para eventos diferentes a lo deportivo”. Amú añadió que de cierta forma se está cambiando el concepto de la Feria de Cali dando más realce a los bailarines caleños. “El Alcalde le apostó a nuestros bailarines. Cuando uno habla con los operadores turísticos el baile de la salsa es el producto estrella de Cali”. Complementó que el presupuesto este año es de $8.140 millones, es decir, $1.360 millones menos que el año pasado. Del dinero invertido $5.000 millones corresponden de un contrato administrativo entre la Alcaldía de Cali y Corfecali a través de la Secretaría de Cultura y Turismo y lo demás se obtendrá producto de la comercialización y ventas de puestos de gradería, según explica Amú. En relación con el trato diferencial entre artistas locales y extranjeros en los espectáculos, el funcionario señaló que es “más cuento que realidad”. “Sí hay trato diferencial entre el artista local e internacional, pero es una cultura aceptada por todos ya que cuando viene un cantante extranjero dentro del contrato hay unas exigencias. Por su parte, el artista nacional no pide nada y eso es coherente”, explicó. Añadió que los cuestionamientos a la feria se dan por desconocimiento de la gente. Sin embargo, afirma que todo lo ha explicado a Cali a través del Concejo Municipal y los entes de control.

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