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La eyaculación precoz se camufla

Aunque esta es la preocupación masculina más prevalente, paradójicamente es la menos consultada por los hombres. Temor a embarazo, lo que más le preocupa a ellas.

22 de octubre de 2012 Por: Alda Mera, reportera de El País

Aunque esta es la preocupación masculina más prevalente, paradójicamente es la menos consultada por los hombres. Temor a embarazo, lo que más le preocupa a ellas.

La preocupación más latente en los hombres es por las dificultades de erección. Es un tema de rápida consulta, casi que de urgencia. Sin embargo, la problemática masculina más prevalente es la eyaculación precoz, pero paradójicamente es la menos consultada. Quizás se debe a que los hombres se inventan estrategias y trucos para enfrentarla y de esa forma la camuflan y ellas evitan ponerlos en evidencia porque la mujer ha sido educada para protegerlos y no cuestionar su desempeño sexual. De hecho, casi siempre las mujeres con disfunción de deseo o disfunción orgásmica tienen por compañeros a hombres eyaculadores precoces. “A veces uno encuentra pacientes que llevan hasta diez años con eyaculación precoz o sea que pasó todo su vida siendo un eyaculador precoz y nunca consultó”, dice la psicóloga Ana Lucía Paredes, de Profamilia.El hombre solo recurre a la consulta cuando cambia de pareja, porque ante una nueva compañera eso no tiene presentación. O porque el vínculo ya se debilitó tanto que su pareja le pone en una disyuntiva: “o arreglas el asunto o nos separamos”.Ellos disminuyen el ritmo, se retiran de la vagina, sin saber si ella está en la fase de meseta, a punto de desencadenar el orgasmo. Otro truco es tomarse la copita de vino o la botellita de ron, porque el alcohol vuelve lentas las respuestas neuronales a los estímulos, incluidas las de índole sexual como la eyaculación.Casados en el clósetLucio David González, psiquiatra con máster en psicoanálisis de la Universidad de León, España, dice que una consulta frecuente es la de la familia modelo en el que el esposo y la señora tienen una buena relación, igual con los hijos, pero al cabo de 15 o 20 años de matrimonio, por un descuido del señor, la señora descubre que su marido tiene encuentros eróticos de vez en cuando con el empleado de la oficina o de la empresa, o con un amigo.Esta situación genera una grave crisis que resquebraja la estructura familiar y rompe con los valores sociales y familiares establecidos, en la que la esposa considera que ha estado casada con un pervertido o con un monstruo.En la terapia se busca que la esposa entienda que la bisexualidad no es anormal ni una perversión, sino que se oculta porque no es socialmente aceptada y al señor que debe tomar una decisión: seguir casado o salir del clóset y admitir su homosexualidad.Adolescentes: Y yo, ¿qué vengo siendo?Solos o acompañados por sus padres, preadolescentes o adolescentes entre los 10 y los 19 años sienten inquietud porque están buscando su identidad sexual. Esta es la consulta más frecuente en este rango de edad. Son los que llegan preguntando: ¿Será que soy homosexual? ¿O soy bisexual?O cuando los padres ven que “su hijo o hija tiene comportamientos extraños”, generalmente buscan consejo del terapeuta para “ver cómo se arregla esa conducta del hijo”, dice la médica Liliana Arias Castillo. Y cita el ejemplo de una pareja con tres hijas que siempre deseó un hijo varón y tiene una cuarta hija. Esta última no feminizó su cerebro, entonces en la adolescencia empieza a ser víctima de discriminación y maltrato por sus pares y hasta por sus padres que no quieren aceptar su identidad sexual.Situaciones similares se han vivido con niños. En estos casos, hay mucha presión social de parte de los pares o demás jóvenes que acosan al adolescente para que “ligue” con las chicas de su edad y él dice: “es que no me gustan”, “es que no me dan ganas”, “pero cuando veo un amigo sí tengo erección”. Esa crisis los lleva a consulta profesional. En este caso, hay una variable, menos frecuente, pero real: es la consulta por adolescentes o jóvenes con trastornos del desarrollo de diferenciación sexual o intersexo. Son aquellos con genitales definidos de femenino o masculino, pero su desarrollo psicológico, mental y emocional, es del sexo opuesto.Algunos expresan su deseo de someterse a la cirugía transgénero, pero eso requiere un manejo multidisciplinario que puede demorar hasta cuatro años el proceso para tomar esa decisión, incluidas las consideraciones legales y jurídicas ante la ley.Temor a embarazoEl miedo a quedar embarazada, la inquietud que mayor votación obtuvo por parte de las mujeres y de unos pocos hombres en el sondeo de elpais.com.co, sería más bien un pretexto para no enfrentar los problemas sexuales reales, opina la psicóloga Ana Lucía Paredes.Con la cantidad de información que hay hoy y la facilidad para acceder a los métodos de planificación familiar, el problema real son las actitudes negativas que existen social y culturalmente alrededor de la vida erótico-afectiva que hacen que la gente no sepa utilizar esa información y esos medios.Todos saben qué es el condón y para qué se usa, pero en el momento de tomar la decisión, el hombre dice: ‘Con eso no se siente’, ‘eso no es lo mismo’, ‘¿es que tú no crees en mí? y ella responde ‘yo te amo’, ‘no te quiero perder’. “Eso significa que la persona no ha aprendido a asumir su vida erótica, pero ¿quién le ha enseñado?”, pregunta Paredes.Vea también:Primera parte: Estas son las mayores preocupaciones sexuales de la población caleña Segunda parte: El deseo inhibido es el mayor motivo de consulta médica de las caleñas con el sexólogo

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