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La campaña acabó con la poca unidad de los partidos en Cali y el Valle del Cauca

Dirigentes políticos van buscando sus propios intereses dentro o afuera de sus colectividades.

16 de agosto de 2011 Por: Redacción de El País

Dirigentes políticos van buscando sus propios intereses dentro o afuera de sus colectividades.

A juzgar por lo que viene ocurriendo en los partidos políticos en Cali y el Valle del Cauca, la Ley de Bancadas, que obliga a la unidad de criterio en los partidos, sólo ha servido para reventar internamente las distintas colectividades.Entre otras cosas porque lo que históricamente ha prevalecido a nivel regional son los intereses personales y de las estructuras, por encima del bienestar o el crecimiento del partido.El politólogo Óscar Duque explicó esta situación en el hecho de que en Colombia no hay partidos políticos, “sino una confederación de microempresas electorales donde cada cacique se cree con la autoridad de imponer su propia voluntad y nadie apoya a nadie”.“Es que tampoco hay mucho a quien apoyar, es la verdad, porque la gran mayoría tiene rabo de paja y entonces todos quieren poner su propio candidato y en medio de esas fricciones legales la Ley de Bancadas queda en nada y los partidos se revientan por debajo”, dijo Duque.Luis Alejandro Arévalo, director de ciencias políticas de la Universidad Javeriana Cali, dijo que eso es normal mientras se componen las fuerzas y que la Ley de Bancadas funciona más en el Congreso o las corporaciones que en la campaña. “Creo que los partidos nominalmente juegan con la ley en el papel, pero realmente están jugando a los apoyos según las fortalezas de las redes políticas a nivel de Concejo y Asamblea y no creo que eso termine por dividir aún más los partidos porque el poder se juega es dentro de las corporaciones. Ya lo de la campaña está fuera de control, a menos que haya un líder regional que pueda unificar a los diversos candidatos”, dijo Arévalo. Así están las relaciones en el interior de los partidos políticos en el Valle.Conservatismo, con el corazón divididoLa división en el interior del Partido Conservador para las elecciones a Alcaldía de Cali y Gobernación del Valle es clara. En torno a la candidatura de Milton Castrillón, quien tiene el aval para salir a buscar el primer cargo de la ciudad, permanece un sector importante del partido. No obstante, hay otros dirigentes de peso y trayectoria que están dispuestos a ir hasta el final con su respaldo al médico Rodrigo Guerrero, también dirigente conservador y que decidió inscribirse por firmas porque no le alcanzaron los tiempos.El tema por la Gobernación del Valle es similar. Quienes apoyan a Milton no están respaldando la candidatura de Ubeimar Delgado y cada cual anda buscando y ofreciendo apoyos por su lado, pese a que el Directorio Nacional negó la posibilidad de alianzas con otros partidos en los lugares donde se tengan candidatos propios.Concejales liberales y su doble agendaDe poco o nada ha servido el llamado que les hizo a los concejales de Cali el jefe del Directorio Nacional Liberal, Rafael Pardo, para que se unan en torno a la aspiración a la Alcaldía de Sigifredo López.La verdad es que esa rivalidad que se formó durante la campaña por elegir a un candidato único terminó afectando seriamente el partido porque los concejales esperaban lograr el aval para Carlos Pinilla.Incluso, el jefe departamental del liberalismo anunció que demandaría a Rafael Pardo por violar las normas internas del partido y no haber realizado la consulta interna.Y aunque públicamente pareciera que los concejales Clementina Vélez, Orlando Chicango y Carlos Pinilla se han acogido a las normas del partido y apoyarán el candidato liberal, en privado cada uno de ellos anda buscando dónde puede salir mejor librado.La falsa obediencia en el Partido de la UPor los lados del partido del presidente de la República, Juan Manuel Santos, las cosas no son mejores.Pese a los esfuerzos que han hecho los senadores Dilian Francisca Toro y Roy Barreras por mostrarse unidos, el inconformismo que hay en sus bases por algunas decisiones salta a la vista.Varios de los candidatos a Concejo y Asamblea están acompañando a personas distintas a sus postuladas Clara Luz Roldán, a Alcaldía, y Alba Leticia Chávez, Gobernación.Se suma a ello el disgusto que internamente generó la manera como se eligieron los nombres y números de la lista para el Concejo de Cali.A este panorama hay que agregarle la incertidumbre por saber cuál de las dos candidatas será la que finalmente deba desistir de su aspiración porque todos entienden que ir con las dos es un suicidio político.Cambio Radical mantiene dos líneasLa división en el interior de Cambio Radical no es nueva. Desde hace mucho tiempo hay una puja interna entre el sector que representa el senador Carlos Fernando Motoa y el grupo que desde Yumbo pasó a encabezar el representante a la Cámara Carlos Abraham Jiménez.Este último acompañó la inscripción de la candidatura del concejal Carlos Andrés Clavijo por la Alcaldía de Cali, mientras el senador Motoa está respaldando la aspiración del médico Rodrigo Guerrero.La otra electora importante del partido, la concejal Noralba García, tampoco acompañará electoralmente a Clavijo y desde el comienzo de la campaña viene presentando al concejal Milton Castrillón como su aspirante a al primer cargo de la ciudad.Para el Concejo de Cali y la Asamblea del Valle, ambos sectores andan también en distinta órbita.Los verdes, con la procesión por dentroAunque de puertas hacia afuera todo parece marchar en armonía en el Partido Verde, cuando se cierran esas puertas es cuando afloran las diferencias en este movimiento político.Uno de esos malestares radica en que no cayó bien la sensatez que tuvo el partido al desistir de ir con candidatos propios a buscar la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle del Cauca.Así lo ha manifestado de distintas formas el ex secretario de Planeación de Cali Johannio Marulanda quien debió resignar la posibilidad de sustituir en el CAM a su anterior jefe.También reina mucho inconformismo por la forma en la que se eligieron los nombres y los números en la lista del partido para el Concejo de Cali.Al respecto, varios de los candidatos han asegurado que todo se hizo prácticamente a dedo y sin que se atendieran los reclamos.Diferencias irreconciliables en el PoloEl caso del Polo Democrático merece un capítulo aparte. Los intereses del partido han quedado reducidos a la rencilla personal entre el senador Alexánder López y el alcalde Jorge Iván Ospina, quien curiosamente no hace parte del partido de izquierda.En medio de esa pelea le fue retirado el aval al concejal Fabio Arroyave, quien ha debido a última hora inscribir a su hijo para esa corporación con el aval del Partido Cambio Radical por negarse a apoyar a María Isabel Urrutia, a quien llamó “paracaidista”. En cuanto a respaldos a la Alcaldía, unos van con Guerrero y otros acompañarán a Sigifredo. Estos últimos dicen que el Polo quedó a merced de Alexánder López y Wilson Arias, quienes querían a Arroyave por fuera para buscar el espacio con su candidata Patricia Molina. El problema, dicen, es que se pueden quedar sin curul en el Concejo.

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