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La Cabalgata de la 56 Feria de Cali, entre aciertos y lunares

Pese a que la hora de inicio se adelantó para lograr una mejor organización, se presentaron algunos inconvenientes durante el recorrido.

27 de diciembre de 2013 Por: Elpais.com.co

Pese a que la hora de inicio se adelantó para lograr una mejor organización, se presentaron algunos inconvenientes durante el recorrido.

A la Cabalgata no fueron tantos espectadores como al Salsódromo, pero sigue teniendo sus seguidores. Aunque las graderías no lucieron llenas ni las zonas de acceso gratuito a reventar, caleños y turistas le cumplieron al segundo evento principal de la gran fiesta caleña.El recorrido encabezado por tres mil caballistas se cumplió en medio de una tarde soleada, con la asistencia de algunos conocedores del desfile equino y otro tanto de simples aficionados. De hecho, dentro del mismo desfile podía verse la poca experticia de muchos para llevar sus ejemplares a lo largo del recorrido.Y aunque todo transcurrió con normalidad, hubo algunos inconvenientes que volvieron a poner a la Cabalgata en el centro de las críticas.Según el reporte del Centro de Zoonosis, entidad encargada de velar por la salud de los equinos durante el desfile, dos caballos resultaron heridos a lo largo de la jornada. El primero de ellos sufrió una fractura en el lote de salida luego de que otro equino lo golpeara y no pudo participar en la Cabalgata; el segundo también se fracturó una pata al enredarse con otro a lo largo de la Avenida Pasoancho con Carrera 49. Ambos animales fueron recogidos por la Policía Ambiental y trasladados al refugio Villa Lorena.Además, cerca de las 6:00 p.m., en la Autopista Suroriental con Carrera 68, uno de los equinos sufrió un infarto. "El caballo se infartó porque estaba muy gordo, pero le brindaron los primeros auxilios y quedó en perfectas condiciones", aseguró Abelardo Álvarez, director de la Cabalgata.En otros puntos del trayecto también se presentaron reportes de caballos caídos, pero con heridas leves que fueron sanadas en el mismo lugar para que pudieran continuar con el recorrido.Aunque una de las prohibiciones era el consumo de licor por parte de los caballistas, esta medida no fue acatada en su totalidad. En botellas de agua, varios jinetes envasaron bebidas alcohólicas y las consumieron a lo largo del desfile. Otros, por su parte, fueron más arriesgados y cabalgaron con las botellas de licor en mano. No obstante, según reportes oficiales de los organizadores del evento, los jinetes finalizaron el desfile en muy buenas condiciones. "En años anteriores, los caballistas se bajan de los caballos y se caen porque están muy borrachos. Esta vez no ha sido así, logró controlarse mucho más el consumo", afirmó el director de la Cabalgata.A las 11:00 a.m., un grupo de Alta Equitación de la Escuela Nacional de Carabineros de la Policía abrió el desfile, que debía ser seguido por los jinetes que ya deberían encontrarse en el punto de partida. Sin embargo, varios de estos no llegaron a la hora pactada y otros se negaron a salir tan temprano, lo que ocasionó un retraso al inicio.El cambio de horario para agilizar el recorrido de la Cabalgata y evitar en lo posible el consumo de licor no tuvo el efecto esperado. El desfile tuvo retrasos al principio y al final del recorrido. De hecho, terminó pasadas las 7:00 p.m., a la misma hora que en años anteriores. Pero para Abelardo Álvarez, "el adelanto de horario fue muy positivo porque permitió que el desfile terminara temprano, con luz del día, como nunca antes. Durante el recorrido hubo algunos jinetes que trataron fuerte a sus caballos porque eran poco conocedores, pero se les prestó la ayuda necesaria".Para una de las asistentes, "por el clima de Cali, es mejor que la Cabalgata empiece un poco más tarde para que no sufran tanto ni los caballos, ni los jinetes, ni los espectadores".Otros espectadores reconocieron la pertinencia de las vallas ubicadas a ambos costados de las calles por donde transitaron los equinos: "esto es una gran mejoría con respecto al año pasado, estas barandas aseguran que los caballos no se van a pasar y que la gente no se va a meter, porque eso podía ocasionar accidentes. El año pasado había algunos pedazos sin barandas y era peligroso", comentó uno de los espectadores.Por otra parte, a pesar de que los organizadores de la Cabalgata garantizaron nueve puntos de atención durante el trayecto, se constató que algunos de estos no funcionaron correctamente. A la 1:30 p.m., el puesto ubicado en la Avenida Pasoancho con Carrera 66 todavía no había recibido dotación de agua para que los caballos pudieran hidratarse. Ante este problema, uno de los jinetes tuvo que bajarse de su caballo y comprar una botella de agua para hidratar a la bestia, que ya en ese punto se mostraba agotada. Los encargados de logística en dicho puesto de atención afirmaron no tener noticias sobre el agua, que estaba planeado que llegara en horas de la mañana.En contraparte, el director del evento afirmó que "los mayores cólicos que les dan a los caballos es por exceso de agua. Nunca habíamos tenido una cabalgata con caballos tan bonitos y bien cuidados, cualquiera pudo haber hecho el recorrido sin tomar líquido".Ante la posibilidad de cancelar la Cabalgata en las futuras versiones de la Feria de Cali o trasladarla a la zona rural, la gerente de Corfecali, Luz Adriana Latorre, puntualizó que "hay que evaluar alternativas porque los controles de Corfecali se cumplieron. El tema no es de organización sino de comportamiento ciudadano, hay que lograr que ese comportamiento sea adecuado y que las malas prácticas de algunos jinetes no empañen todo el desfile".De todas maneras, la pregunta sigue abierta ¿qué debe pasar con la Cabalgata de la Feria de Cali? ¿debe salir de la ciudad y ser el eje central de la Feria Rural?

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