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Julio Nava renace de las cenizas

El caleño exorciza sus demonios en ‘El Cóndor Fénix’. Con la misma novia y nuevo tiple se alista para regresar a escena. El próximo 22 de octubre se presentará en el teatro Jorge Isaacs.

7 de octubre de 2010 Por: Isabel Peláez | Reportera de El País

El caleño exorciza sus demonios en ‘El Cóndor Fénix’. Con la misma novia y nuevo tiple se alista para regresar a escena. El próximo 22 de octubre se presentará en el teatro Jorge Isaacs.

El próximo 22 de octubre, en el Teatro Jorge Isaacs, será el día de Julio Nava. Un año después de enfrentar una demanda por lesiones personales y de conciliar con el empresario Santiago Montoya, el rockero caleño reaparecerá en la escena musical. Lo hace luego de darle feliz término a una situación que lo tenía agobiado, no sólo por lo que vivió en carne propia, sino por lo que tuvo que vivir su familia.Y a petición de sus propios seguidores, que lo animaron a través de las redes sociales a que regresara, presenta ‘El Cóndor Fénix’, producción que se podrá descargar por Internet. ¿Amar es una condena?‘Condena’ es ese amor platónico, que perdemos cuando crecemos, que sólo pasa una vez. Y no vuelve... ¿Cómo llegó a sus manos el tiple que toca en su video de ‘Condena’?Lo vi caminando yo por La Caracas, en Bogotá, en una prendería y lo compré. Jugué con él un año. Me gusta su sonoridad. Y decidí hacer esa canción no con guitarra eléctrica sino con tiple, instrumento colombiano por excelencia, con el que se gestaron nuestros pasillos y bambucos, nuestro folclor. ¿Cuál es el mensaje subliminal del título de ‘El Cóndor Fénix’?El que la gente conoce, el del Ave Fénix que renace de las cenizas, que se reinventa. Este funk rock, una canción carnal, muy sincera, habla de las dificultades que uno debe sortear con un agravante que es ser latinoamericano. Los colombianos la tenemos más difícil para sacar una visa, somos marginados en ciertas partes del mundo. Decidí que el ave fuera el cóndor, que es nuestro símbolo y tiene un problema grandísimo: la amenaza de extinción. ¿Después del escándalo que suscitó al darle un mordisco en la nariz a un empresario, se siente renacer? Los escándalos, no sólo los que se saben sino los que están ocultos, son parte de la vida privada de todos, el problema es que los artistas tenemos que compartirlos con toda la gente. ‘El Cóndor Fénix’ está encaminado no al escándalo mismo, sino a la oportunidad de sortearlo, de perseverar en el sueño, de mantenerse uno estable emocional y físicamente para continuar. Siempre hay una fuerza interna que lo impulsa a uno a seguir adelante.¿Y usted sintió esa fuerza interna?Pero ya no quiero hablar más de eso.¿Pero sus seguidores sí lo apoyaron?Mis seguidores siempre han estado presentes. Yo los adoro. Y me mandan muchos mensajes. Cuando se desencadenó el escándalo, siempre estuvieron muy firmes, a través de las redes sociales, pero ya, suficiente de eso, ya es demasiado darle vuelta a lo mismo.Quiere borrar eso...Pues no borrarlo, no, sino hablar de cosas más chéveres.Hablemos entonces de cuál es su lado A y cuál, el B...Mi lado A es cuando voy a cine o la paso muy bien con alguien que me gusta, pero por esa belleza bonita, no tan sexual. Cuando cocino algo rico para mis amigos y nos tomamos una cerveza o jugamos básquet o voy a la playa. Y mi lado B va de las 3:00 a las 7:00 a.m., cuando sólo están los vampiros y hay ese deseo de lujuria y embriaguez, de querer continuar ese pico que se nos escapa y toda la noche perseguimos...Está ya en los 35 años, ¿le han dado las típícas crisis de la edad?Me ha dado duro saber que cada exceso es cobrado a cabalidad. Pero no me doy por mal servido, he tenido una vida de excesos, con la rumba, con el deporte, me he accidentado en carro, en caballo, en el Ejército tuve cuatro accidentes gravísimos. Me he caído de escenarios y me he partido dedos. Y me he recuperado. Mi cuerpo y mi mente los he exprimido mucho. Ahora me toca hacer más ejercicio, comer mejor. Antes dormía tres horas diarias, ahora duermo más y me pinto el pelo cuando estoy canoso. Pero no me siento viejo. Cumplí lo que me decía a los 20 años: “no quiero llegar a los 50 y pensar que dejé de hacer cosas”. Entonces a lo que me invitan, me le mido.¿Está ennoviado?Hace rato, pero me porto mal. Nunca la revelé, porque la gran mayoría de mis noviazgos se vieron muy afectados por el escrutinio público. ¿La misma que estaba con usted en el momento del lío con el empresario?Sí, es la misma. Ha estado firme y nos amamos mucho, nos cuidamos y nos tenemos mucho respeto... hasta cuando me voy de gira...(risas).

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